Algunos hombres buenos

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Algunos hombres buenos

Mientras continúan los ecos del penalti de Julián Álvarez (hay ya más teorías conspirativas circulando sobre este disparo que sobre el asesinato de JFK), el Real Madrid mantiene activado el «modo superviviente». Se le ve razonablemente cómodo sufriendo, faceta que Ancelotti sabe manejar en sus equipos con maestría. En el Estadio de la Cerámica al Madrid le bastaron dos goles en la primera parte de un acertado Mbappé para poder dar la vuelta al marcador y mantener la renta durante un segundo tiempo en el que buscó claramente economizar esfuerzos y administrar con cabeza su ventaja. El partido del Madrid fue veinte minutos de inversión en renta variable, para luego poner el resto en renta fija, con el menor riesgo posible, sacando a Rüdiger y Modric , valores refugio. Güler quiso correr alguna aventura invirtiendo por su cuenta, producto de su rebelde juventud, pero fue inmediatamente reprendido por varios de los veteranos. No era el día para jugar a la ruleta. La mejor noticia para el Madrid esta semana, más allá del pase a cuartos, puede que sea la vuelta del Camavinga más deslumbrante. Ha tenido una temporada complicada el jugador de origen angoleño, con varias lesiones inoportunas que le cortaron el ritmo en distintos momentos clave. Pero contra Atlético y Villarreal se ha podido volver a ver su mejor versión. Se antoja fundamental el centrocampista francés si Valverde va a jugar, tal y como parece, muchos partidos importantes en el lateral derecho. Quien nunca es noticia es Courtois porque nos ha acostumbrado a la excelencia con esa normalidad con la que los peces del cuento de David Foster Wallace nadaban todos los días en el agua sin saber qué era el agua. Es el mejor portero de la historia del equipo, con todo lo que eso implica, y apenas se le recuerda un mal día, un partido poco inesperado o un tramo bajo de forma. Su lesión, de hecho, es como si nunca hubiera existido. Reapareció un buen día, nueve meses después, y solo le faltó decir aquello de «Como decíamos ayer» mientras levantaba la Decimoquinta. Si el Madrid de Ancelotti se puede permitir sufrir, activar este «modo superviviente», es en gran parte porque Courtois está detrás, aguantado con discreción el fuerte, sin necesidad de palomitas ni adornos, siendo el hombre del muro como Jack Nicholson en ‘Algunos Hombres Buenos’. Y Courtois no es bueno, es el mejor.

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