Juan Ayuso, como un rayo: gana la etapa reina y amarra la Tirreno

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Juan Ayuso, como un rayo: gana la etapa reina y amarra la Tirreno

En el corazón de los Apeninos, frondosos bosques con senderos para el turismo de montaña, en la estación de esquí de Frontignano, el español Juan Ayuso da otro salto. El que le invoca como primer pilar del ciclismo en España y la bendita responsabilidad que eso atrae hacia su persona. Ayuso, que tiene en el Giro de Italia el punto culminante de su temporada, está lanzado. Después de dos victorias en cuatro días de competición, el Trofeo Laigueglia y la Clásica del Drome, exhibe un nivel superior, exhibición en toda regla en la montaña más dura de la Tirreno-Adriático, gana la etapa reina y amarra la ‘clásica de los dos mares’, que concluye este domingo con un recorrido llano.Lo tiene en la mano Juan Ayuso, 22 años, nacido en Barcelona, criado en Jávea previo paso por Atlanta (Estados Unidos), residente en Andorra, como la mayoría de los ciclistas y pilotos de motos en nuestro país, y ferviente seguidor de la Fórmula 1, su pasión más allá de su profesión en la bicicleta.Ayuso empieza a construir su éxito en la Tirreno-Adriático en una contrarreloj inicial en la que solo cede 22 segundos ante el mayor especialista en contrarreloj del panorama ciclista, el italiano Filippo Ganna. Un corredor con la estructura corporal de Induráin que no ha dado el paso hacia mayores cotas y que, con menos peso, podría superar la montaña y ganar carreras más amplias y no solo la órbita de la contrarreloj.El ciclista español se ha mantenido atento a la rueda del gigante de Verbania durante toda la semana, hasta llegar al escenario donde podía clavar el cuchillo. Es el puerto de Frontignano , ocho kilómetros al 7,9 por ciento de desnivel medio, rampas demasiado duras para Ganna.En la ascensión a la estación invernal, todo es milimétrico y casi matemático, sin la aureola de locura y majestuosa jerarquía de Tadej Pogacar , que compite contra sí mismo. Primero aceleran los del Bahrain, mucho optimismo para su Jai Hindley que un año ganó el Giro. La criba que separa la paja del grano corresponde al mexicano del UAE Isaac del Toro, un ritmo cruel incluso para Ayuso.«Me ha costado seguir el ritmo de Del Toro» , admitió el español, quien, calculador en los esfuerzos, el potenciómetro dicta sentencia, aprieta a cuatro kilómetros. Muchos kilos para Ganna, quien se descuelga sin remisión. Aguantan Pidcock, Hindley y Landa, haciendo la goma.Entre la duda de lanzar derrotes o poner ritmo alto, Ayuso se decanta por lo segundo. Un paso firme, velocidad en la montaña. A Pidcock, ciclista en forma excelsa que desafió a Pogacar en la Strade Bianche, le abrasan los pulmones y cede. Ayuso se siente como los viejos gladiadores, un hombre solo al comando.En la recta de meta puede disfrutar de su soledad triunfal. Nadie alcanza su rueda. Vence y celebra. 50 segundos a Ganna, que ahora se queda a 38′ en la general. «Agradezco el gran trabajo al equipo –comenta el ciclista español–. He esperado a mi tiempo ya ha salido bien. Di lo mejor que tenía». Hoy, la coronación.En la París-Niza, jornada gélida, temperaturas cercanas a los cero grados, aguanieve y victoria del australiano Michael Storer en una etapa con protagonismo del vallisoletano Iván Romeo, que se escapó y no llegó a culminar. El estadounidense del Visma Matteo Jorgenson se mantiene como líder y gran favorito a falta de la última etapa.

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