«Es para guardar el jamón y el queso». Esa fue la respuesta en voz baja que dio el inspector jefe Óscar Sánchez a sus compañeros cuando en el registro de su despacho, en la tercera planta de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el pasado 7 de noviembre encontraron una máquina de envasar al vacío junto a un paquete de bolsas transparentes, escondidos bajo llave en un armario. El detenido señaló a la pequeña nevera en la que había algunos alimentos, mientras los seis policías que asistían a ese registro -incluido el comisario, su jefe directo- se miraban. Sánchez ya no era uno de los suyos. El día de antes habían descubierto casi 20 millones de euros ocultos hasta en el cobertizo del jardín del chalé del agente en Villalbilla.Acababan de encontrar otro dineral camuflado con impunidad en su despacho, el que tenía asignado como jefe de Blanqueo de la UDYCO de Madrid desde julio de 2020, con tres grupos policiales a su cargo. Solo en ese registro hallaron 896.400 euros en billetes de 200, de 100, de 50… de todo tipo, fajos y más fajos, que tardaron horas en contar y que los agentes tenían claro de dónde procedían. Cuando empezaron a aparecer esos fajos envasados en bolsas al vacío, él les dijo a los que habían sido sus compañeros que se los habían entregado así (como pago por los servicios prestados a la organización), pero al tener delante la máquina envasadora supieron que también mentía en ese punto tan insustancial. Noticia Relacionada Corrupción policial estandar Si El exjefe de UDEF blanqueó 1,7 millones de euros a través de empresas de su cuñada Adriana Cabezas La cifra corresponde a pagos por consultas en bases policiales y podría aumentar según avancen las pesquisasLas vigilancias a las que fue sometido antes de su detención, como al resto de los sospechosos principales, evidenciaron que al menos en los meses de septiembre y octubre de 2024 algunos de esos personajes llevaban bolsas y mochilas con dinero en efectivo al bufete donde trabajaba el abogado Mario Pestaña, al que se considera la figura clave del blanqueo tanto para el policía como para su socio y que fue detenido el pasado diciembre, en una segunda fase de la operación Augur. Es el único de la trama al que el juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge dejó en libertad bajo fianza de 20.000 euros. Pestaña, según las pesquisas, montó la operativa de lavado de dinero por encargo del confidente-socio del policía y supuesto líder de la organización Ignacio Torán, y en esa operativa participa también Almudena Sánchez, a la que Torán define como su «secretaria». Esta mujer trabaja, además para el holding Pumba Gestión S. L., cuya administradora Yolanda Ruiz, la cuñada del inspector jefe, que ejerce también de testaferro. Barrio de SalamancaTanto Ignacio Torán como Almudena Sánchez entregaron al abogado en sus lugares de trabajo (en pleno barrio de Salamanca) bolsas y mochilas con dinero en efectivo en los últimos meses de hasta cien mil euros. Lo hicieron en varias ocasiones, tal y como consta en las actuaciones, y en fechas muy cercanas a la sorpresiva incautación del contenedor con trece toneladas de cocaína el pasado octubre. La droga llegó al puerto de Algeciras y el contenedor debía recepcionarlo Abadix Fruits, otra de las empresas creada expresamente por Ignacio Torán para introducir cocaína y cuyos responsables sobre el papel se entregaron esta semana en una comisaría de Madrid. El inspector jefe no había pedido ninguna medida ni contra Abadix, cuyos contenedores había investigado decenas de veces en teoría, ni contra su administradora Vilma Águila, ni contra el resto de individuos y sociedades vinculadas. El abogado Mario Pestaña adminisrador único de Iuride Instituto Jurídico de Urbanismo, una asesoría jurídica en la calle Velázquez, y socio de otro bufete madrileño, apareció relacionado con los llamados ‘Papeles de Pandora’ como beneficiario de una sociedad panameña que continúa activa y que está a su vez vinculada con un despacho de ese país. Fue él, según las pesquisas, el que montó las dos estructuras paralelas de blanqueo para Óscar Sánchez e Ignacio Torán, en los últimos meses, de ahí las entregas de efectivo para introducir los pagos de la droga en el sistema legal. Según las pesquisas, los pagos al policía y a su esposa tienen dos fases: una primera en la que esos abonos los ordenan sociedades controladas por los dirigentes de la organización criminal a las cuentas corrientes de la familia y una segunda una vez creada Pumba Gestión, el holding instrumental del inspector jefe, administrado por su cuñada, cuya única función es enmascarar los pagos e introducirlos en el sistema legal. Ese holding, creado el 1 de abril de 2024 bajo las directrices de Pestaña, lo constituyen empresas alimentadas con dinero procedente de sociedades que Óscar Sánchez en teoría investigaba.Hasta 50 millones de eurosAl exjefe de Blanqueo se le atribuyen los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, cohecho y violación de secretos. Recibió pagos desde hace al menos cinco años de la estructura societaria creada por dos de sus confidentes Ignacio Torán y Juan Manuel Cervera, que solo inicialmente se cuantificaron en 1,7 millones de euros, aunque las averiguaciones posteriores han incrementado notablemente esa cifra. Esas cantidades millonarias -se cree que pueden llegar a los 50 millones de euros- y su posterior blanqueo e introducción en el sistema económico legal, se produjeron al inicio a través de numerosas sociedades de la trama y desde abril de 2024 a través de la constitución del holding Pumba Gestion, como se ha dicho.Una empresa de un investigado pagó 18.000 euros al coto deonde caza el policía El Real Madrid y la caza son las dos aficiones conocidas del exjefe de Antiblanqueo de Madrid Óscar Sánchez, las únicas en las que se permitía alguna ostentación el policía encarcelado por pertenecer a una organización criminal que introdujo toneladas de cocaína por los puertos españoles. La operación Augur ha destapado que una de las empresas utilizadas por la trama de sus colaboradores –Incazam– pagó 18.000 euros a la asociación que gestiona el coto de caza de Viñuelas en Guadalajara, uno de los favoritos de Sánchez y al que acudía a abatir piezas con regularidad. Esa misma empresa abonó 99.555 euros a las sociedades que hicieron la espectacular reforma del chalé de Denia (Alicante) de Sánchez y su mujer Noelia Ruiz, en el que también escondió casi medio millón de euros en metálico. La única conexión que había cuando se hicieron esos pagos entre la pareja de policías y Javier M., el administrador de Incazam, era que este es amigo y empleado de Juan Ángel Cervera, investigado supuestamente por Óscar Sánchez que lo tenía dado de alta como uno de sus confidentes, igual que a su socio Ignacio Torán. Cervera es una pieza clave en el entramado de blanqueo. Los pagos son un indicador claro de lavado de dinero, como los 72.632 euros que el matrimonio amortizó anticipadamente de cuatro préstamos sin que se sepa la procedencia del dinero, dado que ellos, policías, cobraban mensualmente por transferencia, o los 53.896 euros que ingresaron en efectivo. La furgoneta Mercedes que el inspector jefe usaba para irse de vacaciones con su familia también pertenece a Incazam, por lo que su administrador se considera el primer testaferro de Sánchez de una lista variopinta.¿Cuándo se pasó al lado oscuro? La respuesta fetén solo la tiene el propio implicado, si bien las investigaciones han determinado que ya desde su etapa como inspector, jefe del grupo 31 de la Brigada de Estupefacientes de UDYCO Central (pasó allí una década entre 2010 y 2020) introducía datos en los sistemas de coordinación policial relacionados con algunos de los individuos de la organización criminal que es la que le hace los pagos por varias vías: a través de empresas instrumentales, en efectivo o en criptomonedas. El salto cualitativo, no obstante, se produce cuando ya como inspector jefe y tras un breve paso por la comisaría de Paterna (Valencia) se le nombra jefe de Sección UDEF en la Jefatura de Madrid (3 de julio de 2020). Se convierte así en jefe de tres grupos, entre ellos el grupo 20, que investiga las organizaciones criminales que se dedican al blanqueo y fraude fiscal. Datos corruptosEn ese puesto vincula el blanqueo con el tráfico de drogas y mete datos en las investigaciones, sobre todo número de contenedores. Pero no solo: también introduce las empresas importadoras y exportadoras de mercancías, los administradores e incluso números de teléfono de los investigados. Cualquier investigación que hicieran otros policías, Guardia Civil o Vigilancia Aduanera sobre esas personas o contenedores le llegaba. Y podía frenarla o alertar a quienes luego le acabarían pagando. La operación ya ha podido cuadrar pagos por alijos de varias toneladas. El último, el de los 13.000 kilos intervenidos le reventó en la cara.

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