El pueblo donde creció uno de los menores implicados en la muerte de Belén: «Su padre no podía con él»

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El pueblo donde creció uno de los menores implicados en la muerte de Belén: «Su padre no podía con él»

Es un ambiente extraño. Reina el silencio, pero basta tomar un café en uno de los céntricos locales de Villafranca de los Barros, para entender que en cada mesa, en cada barra de bar, las conversaciones apuntan en una sola dirección: el asesinato de la educadora social en un piso tutelado de Badajoz. En un municipio de poco más de 12.000 habitantes, no hay persona que no sepa quién es J.J.G., de 15 años, uno de los menores acusados de la muerte violenta de Belén Cortés . La gran mayoría de los vecinos se niegan a hablar de ello. Los que se atreven, coinciden en que «el pueblo está consternado».Las calles que rodean la Plaza de España, que es el corazón de Villafranca, son las mismas por las que correteaba J.J.G , cerca del antiguo local de su padre, el reconocido chef extremeño Antonio Granero, y próximas también al lugar en el que su progenitor impartía un curso de hostelería: «A él y a sus hermanos se les veía siempre en el parque, jugando, corriendo», dice una vecina. De pequeño, era un «chico nervioso, travieso…», como apuntan varias de las personas que han coincidido laboralmente con su padre.Noticias relacionadas estandar Si Diario de un centro de menores: «Me cogió del cuello» Gregoria Caro estandar Si Así es el centro de menores de Badajoz donde reina «la ley del miedo» con motines y agresiones Adrián García DuránEl sentir general es el de que, efectivamente, este niño creció en una «familia desestructurada», en un ambiente complicado, donde las drogas ocupaban un mayúsculo hueco: «Ese muchacho ha vivido cosas muy feas». Después de tener tres hijos juntos, sus padres se separaron. Fue un divorcio traumático, muy complicado, donde «ninguno de los dos estaba bien». Al principio, la custodia la tenía la madre, hasta que después de varios años, Granero consiguió recuperarla. Él mismo ha asegurado públicamente que esos años fueron determinantes para su hijo, con numerosas faltas de asistencia en el Colegio San José, donde estudiaba.«Un pieza», «malas ideas»…A medida que fue creciendo, las cosas se complicaron. Hay quien dice que era «un pieza». Otros van algo más allá y hablan de «malas ideas», pero en lo que coinciden la mayoría es que, hasta hace relativamente poco, no se supo la magnitud que tenían sus problemas. El pasado verano hubo rumores sobre varios «robos de vehículos», pero nadie podía imaginar que se llegara a «estos límites». Sebastián -nombre ficticio- es un amigo muy cercano de Antonio Granero, que le ha «visto crecer», tanto a él como a sus hijos. Dice que el grupo de amigos «está destrozado, con mucha pena», después de haber conocido la noticia. Cuenta que una semana antes del crimen de Belén, el padre ya le contó que tenía problemas con el joven: «Me decía que se había escapado varias veces y que no podía con él». Sobre Granero, reconoce que «de joven fue un poco loco», pero que «ha luchado por sus hijos» y que es él «quien los ha criado». Otros vecinos que también conocen al chef aseguran que ha peleado por sus hijos. Hablan de un hombre «trabajador», de un «artista en lo suyo». Es, de hecho, el cocinero más famoso de toda Extremadura, donde acabó siendo líder y candidato del partido regionalista Juntos X Extremadura con el que consiguió casi 16.000 votos en las últimas autonómicas. En Villafranca fue la tercera fuerza más votada.Su madre, de guapa del pueblo a perdida por las drogasEste diario también ha podido hablar con Ana (nombre ficticio). Compartió clase con la madre del menor en Las Carmelitas de Villafranca, donde «ya llamaba la atención». Esta mujer tiene 40 años. En su juventud, era «una de las mujeres más guapas» de todo el pueblo. Fue camarera, pero acabó cayendo en las drogas, una situación de sobra conocida por todo el pueblo. Ana asegura que ha tenido una vida «sin control» y ahora está muy desmejorada: «No es que se vaya arrastrando por la calle, pero la reconoces solo porque sabes que es ella», dice. No son solo habladurías de pueblo. La familia del otro de los tres menores acusados por la muerte violenta de Belén Cortés denunció a esta mujer por haberles facilitado cocaína y heroína a los dos menores e incluso «consumirlas con ellos», en una de las fugas del piso tutelado.En el pueblo otro vecino asegura haber visto a la madre del menor «hace poco» con J.J.G. en un conocido bar del pueblo. Nadie sabe muy bien dónde vive, si en un «corralón», en una «caravana» o en una vivienda en muy malas condiciones. Ni siquiera lo ocurrido estos días tras el crimen parece afectarla. Uno de los vecinos asegura haberla visto esta misma semana, después de conocerse los hechos, y se habría mostrado «impasible».En un psiquiátrico infantilEl entorno más cercano al padre le defiende porque creen que era manifiesta la necesidad de tomar otras medidas con el menor. «Su padre ya no podía con él y avisó», dice Sebastián. De hecho, según ha declarado Granero estos días, la recomendación que tenían encima de la mesa era internar al joven en un psiquiátrico infantil. Sin embargo, tanto él como D.G.P. -de 14 años- volvieron al piso tutelado y se quedaron a solas con su educadora social. Pese a los avisos, a las advertencias y a los problemas que había habido anteriormente. De hecho, J.J.G. se había intentado escapar hasta nueve veces, según su padre. Ese deseo de fuga pudo ser, quizás, piensa Granero, el móvil del crimen. Sea como sea, la realidad es que las calles de Villafranca de los Barros, pese a estar casi en silencio, dicen mucho. Es un pueblo consternado: «Aquí en esta zona somos humildes, trabajadores, nunca esperaríamos algo así», lamentaba visiblemente afectado uno de los vecinos.

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