La vida de Begoña Barragán (Madrid, 1960) se paró cuando le diagnosticaron un linfoma en estado avanzado hace ya 24 años. Sobrevivió y hoy da voz a pacientes con cáncer como presidenta de la GEPAC. Las denuncias de oncólogos le han permitido construir «el mapa completo» de lo que está pasando. «Hay que agradecer a los médicos que hayan tenido la valentía de dar el paso adelante y sacar la cara por los pacientes», subraya.—¿Qué derechos tiene un paciente?—El primero, fundamental, es tener toda la información completa sobre las opciones de diagnóstico y tratamiento. Y por supuesto recibir el mejor tratamiento disponible en cada momento, el más adecuado en esas circunstancias.—¿Cuándo escuchó hablar por primera vez de Atrys Health-Bienzobas?—Hace tiempo, pero no lo relacioné con ninguna práctica abusiva ni con mala praxis hasta tiempos recientes en los que me ha llegado información de los pacientes y los profesionales sanitarios. En vídeo: Así se intenta rebajar el coste de los tratamientos oncológicos—¿Le parecen creíbles las denuncias?—Cuando los profesionales sanitarios se exponen a denunciar y a sacar a la luz este tipo de prácticas es porque hay una alta credibilidad. Tiene que ser verdad. Si un profesional sanitario me dice que están ocurriendo prácticas no claras en cuanto a la calidad de los tratamientos que se están prescribiendo a los pacientes, que puede haber presiones para no poner el tratamiento más adecuado, o terapias que se están negando, inicialmente me lo creo. Y un paciente no sólo me lo dice, tiene los diagnósticos, las pruebas, los tratamientos que le han prescrito. No es que se pueda estar confundiendo. Es que lo estoy leyendo en sus informes. —¿Qué valoración hace entonces de las prácticas de Atrys?—En muchos casos están dando a los pacientes tratamientos que no son los más adecuados en el momento en el que los reciben y en muchos casos les están invitando a que se trasladen de la sanidad privada a la pública. Entiendo que para ahorrarse costes porque siempre hablamos de tratamientos de alto impacto económico. Derivar pacientes a la sanidad pública tiene gravedad siempre porque el paciente empieza a dar tumbos, se siente en tierra de nadie. Y cuando pertenece a Muface, todavía es peor porque está en el limbo. Con el cáncer no podemos estar esperando meses a ver qué pasa. En muchas ocasiones es cuestión de ir rápido.MÁS INFORMACIÓN noticia Si Los funcionarios de Muface, Mugeju e Isfas, los más afectados al no tener Sanidad pública noticia Si ¿Cuánto valen cinco años más de vida? video No En vídeo Así se intenta rebajar el coste de los tratamientos oncológicos estandar Si Secretario general de la Fundación ECO Pedro Pérez Segura: «Es un error usar el dinero como medida coercitiva contra el oncólogo» Ana Sánchez—¿Desde cuándo le llegan casos que asocie a malas prácticas de Atrys?—Hace tiempo que me llegan casos de Muface y desde GEPAC intentamos ayudar a los pacientes porque tenemos mucho contactos con oncólogos. —¿Se ha notado un crecimiento en los pacientes que sufren estas prácticas?—Últimamente nos están llegando bastantes. No sé si es alarmados por los propios oncólogos. —¿Qué consecuencias tiene un tratamiento incorrecto?—Puede haber pacientes que no superen la enfermedad, que tengan una calidad de vida peor o que los años de vida que podrían tener con un tratamiento adecuados se reduzcan. El problema principal está en los pacientes que no saben si les están poniendo lo correcto. No me preocupan tanto los pacientes que dan la voz de alarma y se les ayuda a recibir el tratamiento correcto. Me preocupa el paciente que no tiene por qué saber si está recibiendo el mejor tratamiento disponible. Es un delito. Ese paciente se puede morir. Nos preocupa muchísimo esta situación, nos parece muy grave. Tenemos que ayudar a los pacientes a que sepan y se preocupen. Y es una tensión muy grande porque bastante tienes con el diagnóstico.
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