La historia del blindado español 8×8 Dragón se antoja interminable. Han pasado ya 18 años desde que arrancara el proyecto, allá por 2007, 15 desde que se cancelara -en 2010- por falta de financiación, y doce cuando se volvía a retomar -en 2013, en plena crisis económica con el Gobierno de Mariano Rajoy-; pero tras la llegada de Pedro Sánchez al poder, aún hoy sigue sin ver la luz y, a todas luces, parece estar abocado al fracaso.El que se anunció a bombo y platillo como proyecto estrella del Ejecutivo socialista prácticamente en el arranque de su primera legislatura es la mayor inversión del Ejército de Tierra en toda su historia. Tras llevar gastados algo más de 1.200 millones de euros, cinco años de retrasos injustificados, presentaciones a medios y promesas de entrar inmediatamente en producción, el Ministerio de Defensa se ha visto incapaz de homologar el blindado imprescindible para garantizar la seguridad de las tropas españolas en combate.Los años van pasando y el Ministerio liderado por Margarita Robles aún no ha conseguido disponer de su flamante blindado de ocho ruedas, diseñado por Tess Defence -el consorcio formado por Indra, Escribano, Sapa Placencia y Santa Bárbara Sistemas- a pesar del capital que ha adelantado para dar un impulso definitivo al proyecto. De hecho, el Estado, a través del Ministerio de Industria, ha invertido ya 1.208 millones de euros en anticipos y las Fuerzas Armadas españolas no han recibido ni uno solo de los vehículos contratados. Noticia Relacionada estandar Si La conciliación en las Fuerzas Armadas, un derecho que complica la operatividad Pilar De la Cuesta Las unidades de la Flota de la Armada son las que más sufren los efectosEl proyecto se adjudicó al consorcio liderado por Indra en agosto de 2020 por un presupuesto inicial de 2.100 millones, pero en 2023, sufrió un incremento de 420 millones, lo que dejó el coste final en los 2.520 millones. Con esos 1.200 millones adelantados por el Gobierno, Tess Defence se había comprometido a producir 348 unidades del 8×8 Dragón, y a la entrega en 2024 de 92 vehículos blindados, que no han llegado porque ni siquiera han pasado la certificación para darles el visto bueno.Las fuentes conocedoras de lo pactado entre Gobierno y Tess Defence señalan que el 6 de octubre del 2021, firmaron un convenio por el que el Estado entregaría anticipos a cuenta del programa por importe de 293 millones ese año, 302 millones en 2022, otros 312 millones en 2023, y finalmente 300 millones el año pasado, «lo que suma ese total de 1.208 millones de euros». La justificación de esta milmillonaria compra está, desde su gestación en 2007, en sustituir los actuales blindados, fruto de la actualización de los famosos BRM usados en la guerra de Vietnam.Desde el Gobierno, ya sea en boca de la propia ministra de Defensa, Margarita Robles, o de su segunda en la Secretaría de Estado, Amparo Valcarce, no se ha aclarado nada respecto a los continuos retrasos, ni se explica si se va a penalizar al consorcio por haber incumplido el contrato, una cuestión planteada en varias comisiones desde el partido de la oposición. No obstante, según ha podido saber ABC, el Ministerio ha impuesto ya una multa a Tess Defence de 6 millones de euros por el incumplimiento de los plazos pactados, ya que les lleva meses reclamando la entrega inmediata de las primeras unidades, debido a que se antoja de máxima urgencia incrementar la seguridad y protección de los soldados y oficiales en sus distintas misiones, además de proporcionar mejores capacidades para operar en escenarios de todo tipo de intensidad.Con exceso de pesoTorretas de tiro construidas por el Grupo Escribano que no pasan las prueba de tiro; más de mil kilos de sobrepeso del vehículo que le impide subir por las rampas de los aviones de transporte militar Airbus AM-400, fallos en el grupo motopropulsor, defectos en el portón trasero por el que acceden los militares o los problemas adicionales detectados en el encaje de las transmisiones del VCR Dragón han levantado de nuevo todas las alarmas en el seno del Ejército español sobre la viabilidad del proyecto. En diciembre pasado, el coronel Vicente Infante, responsable del programa 8×8 Dragón, perteneciente a la Dirección general de Armamento y Material, presentó la dimisión a petición propia. Fuentes consultadas por ABC afirman que la dimisión estaría relacionada con la negativa del coronel a firmar la recepción de los 8×8 que Tess Defence tenía previsto entregar y que no cumplían con el pliego de especificaciones del proyecto. Las torretas de Escribano, como parte del consorcio Tess Defence, suspendieron las pruebas de tiro en movimientoEn la última de las comisiones a las que acudió Valcarce, el Partido Popular acusó al Gobierno del «fracaso» del programa 8×8 Dragón. Para el diputado popular Agustín Conde, el blindado de ocho ruedas es un «mastodonte», «lento, sin potencia, sin movilidad y que no puede ser transportado» porque «no pueden subirlo por la rampa del A-400 que solo admite una carga máxima de 32 toneladas, cinco menos de las que pesa el 8×8 Dragón».Expertos del sector explican que habría que matizar que las 37 toneladas son del vehículo dispuesto para el combate. El vehículo pesa sin todo el equipo de combate 33 toneladas, aún así una tonelada más que lo que soporta la rampa del avión que debe transportarlo. Además, los certificadores del Ejército español advierten de que el vehículo también mide diez centímetros más de altura de lo que el mismo avión puede transportar, si bien no se le da demasiada importancia porque esa altura la da con antenas que pueden desmontarse sin mayor problema.Última hora de un proyecto estrella Fallos que lo hacen aún inviable Problemas más que técnicos Torretas de tiro construidas por Escribano que no pasan las prueba de tiro; más de mil kilos de sobrepeso del vehículo que le impide subir por las rampas de los aviones de transporte militar Airbus-400, fallos en el grupo motopropulsor, defectos en el portón trasero por el que acceden los militares o los problemas adicionales detectados en el encaje de las transmisiones del VCR Dragón han levantado de nuevo todas las alarmas sobre la viabilidad del proyecto. Toma de control del consorcio Todo queda en casa Indra tomó en octubre de 2024 una posición de control en Tess Defence –el consorcio que lidera junto a Escribano, Sapa y Santa Bárbara–, por casi 107 millones de euros para dirigir el programa del 8×8 Dragón. Se da la circunstancia de que el actual presidente de Indra es Ángel Escribano que, hasta su nombramiento en enero, era CEO de la que es aún su compañía Escribano. Diciembre de 2024 Dimite el responsable militar del 8×8 En diciembre pasado el coronel Vicente Infante, responsable del programa 8×8 Dragón, perteneciente a la Dirección general de Armamento y Material presentó la dimisión a petición propia. Algunas fuentes afirman que la dimisión estaría relacionada con la negativa del coronel a firmar la recepción de los 8×8 que Tess Defence tenía previsto entregar y que no cumplían con el pliego de especificaciones del proyecto. Según las fuentes, en el momento actual hay nueve vehículos en proceso de entrega, pero aún están pendientes de certificación. Los problemas técnicos que están sufriendo estos vehículos no pasan la supervisión de los expertos del Ejército español. De hecho, según ha podido saber ABC, el informe de la brigada legionaria española -clasificado como material reservado- desvelaría que el vehículo dispara bien en parado, pero en movimiento es un auténtico desastre, «algo altamente peligroso para los soldados españoles».Mientras, el propio presidente de Indra, Ángel Escribano, explicaba el pasado jueves en el Congreso, a petición del PP, que confía en que en las próximas semanas se entregarán no nueve si no once unidades. Y todo ello en un momento en el que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está presionando y exigiendo a sus aliados en la OTAN un mayor gasto en Defensa, el 5% del PIB del país. Los populares lo tachan de «mastodonte, lento, sin potencia, sin movilidad, y con exceso de peso para ser transportado en avión»Recordar que Indra tomó a finales de octubre del año pasado una posición de control en Tess Defence, por casi 107 millones de euros, precisamente para dirigir el programa del 8×8 Dragón; tal y como informó la compañía a la CNMV. Se da la circunstancia de que el actual presidente de Indra era hasta su nombramiento a finales de enero, CEO de Escribano Mechanical & Engineering, compañía de su propiedad junto a su hermano, hoy presidente de la misma. Recurso sobre la torretaSegún fuentes militares consultadas por este periódico, la empresa israelí propiedad del gigante Rafael, Pap Tecnos, retiró el recurso contra la decisión de haber seleccionado la torre remota de 30 mm Guardian de Escribano para el futuro vehículo de combate sobre ruedas (VCR) 8×8 Dragón del Ejército de Tierra, al ver peligrar su posible participación como proveedores de los misiles Spile LR 32, que es otro contrato mucho más importante. El fracaso del 8×8 ya se compara con el proyecto del sumergible Isaac Peral Expertos del sector aseguran a ABC que ya son muchos los que comparan el proyecto del 8×8 con lo sufrido también con el del submarino S-81 ‘Isaac Peral’, el primero de una serie de cuatro sumergibles de la serie S-80 que el astillero público Navantia entregó, con bastante retraso, para la Armada española en noviembre de 2023, tal y como adelantó este periódico. La moderna nave, con un presupuesto que se disparó por encima de los 4.000 millones de euros, tuvo, como el 8×8, un exceso de peso, de entre 70 y 100 toneladas, que logró corregir pero no en el tiempo acordado. La propia Navantia explicaba, en su momento, que en una revisión técnica se detectaron desviaciones con el balance de pesos del submarino. Pap Tecnos presentó su propia torreta para el 8×8, pero fue desechada, al ser elegida la de Escribano, a pesar de «que la torre seleccionada -dijeron en su recurso- es un producto todavía en fase de desarrollo, sin certificar el blindaje, unos sistema electrópticos que serán reemplazos y una inexistente integración del misil Spike, elemento crítico que se exige en los documentos de la solicitud de oferta facilitados por Tess Defence a los licitadores». Recurso de reposiciónPap Tecnos consideró, en julio de 2021 al presentar un recurso de reposición contra la torreta de Escribano, que «el adjudicatario, que fue invitado a participar en el concurso por tratarse de un accionista de Tess Defence, pese a no haber participado en el programa de reducción de riesgo, ha presentado un sistema de armas que incumple el requisito de madurez tecnológica exigido». Para la compañía israelí, la decisión de la Dirección General de Armamento y Material resultaba «contraria a derecho», porque, a su juicio, «se han infringido de forma manifiesta normas y principios del procedimiento de selección del suministrador» y, adicionalmente, las torres (de Escribano) incumple los requerimientos técnicos exigidos en el procedimiento.

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