«La prosperidad que conocimos ya no existe», ha dicho el ex primer ministro italiano Mario Draghi , recordando que la Unión Europea se enfrenta a amenazas sin precedentes: desde los aranceles comerciales de Estados Unidos , hasta la dependencia energética y la falta de una defensa común. Con un tono sereno pero haciendo ver las urgencias, Draghi, expresidente del Banco Central Europeo (BCE), compareció este martes ante las comisiones conjuntas de Presupuestos, Actividades Productivas y Políticas de la Unión Europea de la Cámara de Diputados y del Senado para presentar su ‘Informe sobre el Futuro de la Competitividad Europea’.Fue su primer regreso a la Cámara desde el fin de su mandato en 2023, y lo hizo con un mensaje claro: Europa debe actuar ya o quedará rezagada en un mundo cada vez más hostil. «Hemos dado por sentada la paz y el crecimiento, pero hoy nuestros valores -seguridad, soberanía, independencia- están en entredicho», afirmó Mario Draghi, que sigue visto hoy en la Unión Europea como una de las voces con más credibilidad en el panorama internacional.Sobre la economía europea y la necesidad de reformas estructurales , fue contundente: «El dato que mejor resume la persistente debilidad de la economía de nuestro continente es la cantidad de ahorro que cada año sale de la Unión Europea: 500.000 millones de euros solo en 2024, ahorro al que la economía europea no puede ofrecer una tasa de retorno adecuada». Noticia Relacionada estandar No Polonia y los Bálticos se retirarán del tratado sobre minas antipersona para mandar un «mensaje claro» a Rusia ABC El Tratado de Ottawa de 1997, firmado por más de 160 países, prohíbe a los signatarios adquirir, fabricar, almacenar y utilizar este tipo de armamentoUn punto destacado de la intervención del exprimer ministro fue la defensa común europea , que la política de Trump ha puesto en duda. Mario Draghi destacó que sirve en este capítulo la deuda pública común. «La defensa común es un paso obligatorio para utilizar las tecnologías que deben garantizar nuestra seguridad».Un proceso en el que «los estrechos espacios presupuestarios no permitirán a algunos países ampliar significativamente el déficit», señaló Draghi, y por tanto «el recurso a la deuda común es la única vía». El expresidente del BCE advirtió que los gastos en defensa no deberían ser en detrimento del gasto social y sanitario, porque eso supondría «la negación» de la identidad europea que queremos proteger defendiéndonos de la amenaza de la autocracia.Defensa de la soberanía nacionalMario Draghi fue especialmente contundente al hablar de soberanía en relación con la defensa. «¿Debemos ceder soberanía nacional? ¡Por supuesto!», afirmó, citando el ejemplo de Carlo Azeglio Ciampi, que era presidente de Italia en el momento de la entrada en vigor del euro, que él defendió con ahínco: «Si dependemos de decisiones ajenas, mejor compartir el poder para tener voz». Draghi pidió acelerar la integración militar europea, especialmente tras el «giro aislacionista de Estados Unidos».Draghi dedicó gran parte de su intervención a tres problemas estructurales que, según él, ahogan a las empresas europeas: El costo de la energía, que sigue siendo un 30% más alto que en Estados Unidos, lastrando la industria; una regulación asfixiante, con trámites burocráticos que frenan proyectos clave; y falta de inversión en tecnología, lo que permite que potencias como China dominen sectores estratégicos.Sobre la guerra comercial desatada por Donald Trump con los aranceles, el expresidente del BCE fue muy crítico: «Sabíamos que esto llegaría, pero Europa no se preparó. Exportamos más que nadie, así que los aranceles nos hacen más daño». Además, Draghi advirtió contra las soluciones bilaterales, evocando la expresión latina ‘divide et impera’ (divide y vencerás): «Dividirnos es lo que quieren nuestros rivales. Juntos tenemos fuerza; separados, seremos ignorados».Pese al escepticismo de algunos eurodiputados, Draghi defendió que sigue muy vigente su informe para relanzar el Viejo Continente, encargado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y que él entregó hace 6 meses. Con el fin de enfrentarse a los desafíos que planteaba -innovación, descarbonización y defensa- Mario Draghi había previsto una inversión de 800.000 millones de euros , la misma cifra que la presidenta de la Comisión, von der Leyen, querría que se destinara al rearme de la Unión Europea. «Los cambios en Estados Unidos -subrayó Draghi- no han dejado obsoleto el informe; lo han hecho más urgente», insistió, pidiendo coraje político para reformar instituciones y acelerar proyectos como el Mercado Único Digital.Draghi cerró con un llamado a la unidad: «Si no actuamos, el sueño europeo se convertirá en nostalgia». Después de su largo discurso, el exprimer ministro dijo a los parlamentarios: «Veo que están mirando el reloj, así que les agradezco». Y se marchó. Entre los parlamentarios, hubo consenso en la gravedad del diagnóstico, pero divergencias en las soluciones. Mientras la izquierda pidió «proteger a los trabajadores», la derecha exigió «menos burocracia».

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