La foca monje sobrevive en Grecia, su último refugio en el Mediterráneo

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La foca monje sobrevive en Grecia, su último refugio en el Mediterráneo

El 18 de noviembre de 2024, un equipo de biólogos marinos encontró el cadáver de una hembra de ‘Monachus monachus’, la foca monje del Mediterráneo, frente a las costas de Famagusta, al este de Chipre. Tras examinar el cuerpo de la foca, los científicos confirmaron que había dado a luz recientemente y que había fallecido debido a complicaciones durante el parto. De forma inmediata, activaron un protocolo de rescate para encontrar a la cría, que fue localizada tan solo tres días después. El pequeño ‘Panayís’, nombre con el que se conoce a la cría huérfana , tenía solo diez días cuando fue encontrada por los biólogos chipriotas. Tras una breve estancia en el Centro de Investigación de Acuicultura Marina de Chipre, la pequeña foca fue enviada a Grecia, a las instalaciones en Atenas de ‘MOm’, una organización no gubernamental dedicada a la protección de la foca monje, la única especie de foca en el Mediterráneo y una de las más amenazadas del planeta.Noticia Relacionada Región de Argólida estandar Si Descubren restos sumergidos de un antiguo puerto en Grecia Marta Cañete Las excavaciones arqueológicas en Asini están siendo fundamentales para el conocimiento de los puertos en la Antigüedad, especialmente sobre lo relacionado a la infraestructura portuaria y su rol en el comercioPeligro de extinciónLa foca monje del Mediterráneo es una especie amenazada. Actualmente, se calcula que quedan apenas 800 ejemplares en el mundo, y la mitad de ellos se encuentran en Grecia, mientras que en Chipre solo quedan unos 20 especímenes. Esta foca se encuentra en las costas del sur de Europa, especialmente en las islas e islotes del Egeo, donde estos pinnípedos encuentra refugio en grutas marinas y playas rocosas de difícil acceso, lugares recónditos que les proporcionan la seguridad necesaria para parir a sus crías y cuidarlas hasta que aprenden a nadar y a cazar.A lo largo de los años, las focas monje del Mediterráneo han tenido conflictos con la pesca local, ya que solían romper las redes para obtener los peces atrapados, lo que generó conflictos con los pescadores; se calcula que entre los años 1960 y 1980, la caza y la persecución de estas focas llevaron a la especie al borde de la extinción. Sin embargo, desde la década de 1980, los esfuerzos de conservación han permitido que la población se recupere lentamente. La isla de Gyaros, su último bastiónEn 2019, la isla de Gyaros, al sur de Grecia, fue declarada área protegida para la foca monje del Mediterráneo prohibiéndose la pesca en la zona. Esta medida ha sido clave en la recuperación de la población de la especia, ya que la sobreexplotación pesquera en el Egeo estaba dejando sin alimentos a estos pinnípedos mediterráneos. Para la conservación de la foca monje del Mediterráneo, la labor de ‘MOm’ ha sido fundamental. La organización no solo protege su hábitat natural, sino que también ofrece asistencia veterinaria a las focas heridas, que a menudo sufren lesiones causadas por las hélices de los barcos o las redes de pesca.Las crías que requieren atención médica son trasladadas al centro de rehabilitación en Atenas, donde se les brinda el cuidado necesario hasta que están listas para ser liberadas en su hábitat natural, en islas como Gyaros o Alónisos. Desde el año 1990 existe, además, el Centro de Rehabilitación y Reintroducción de la Foca Monje, el único de sus características en el área del Mediterráneo oriental y que tienen como misión la supervivencia de las focas huérfanas o heridas que no podrían sobrevivir por sí mismas en la naturaleza. La rehabilitación de las crías huérfanas puede durar hasta cinco meses, y solo se realiza la reintroducción cuando la foca está completamente recuperada y capaz de valerse por sí misma.Han pasado tres meses del hallazgo de Panayís, ya está casi lista para regresar al mar y lo hará con una etiqueta satelital que permitirá a los científicos griegos obtener valiosísima información sobre el comportamiento, la dieta y las habilidades de buceo de la foca monje. Hace unas semanas, las buenas noticias llegaron a ‘MOm’ cuando los biólogos de la organización descubrieron que Nicole, una foca rehabilitada en sus centros y liberada en el año 2020, ha tenido una cría, confirmándose así que las focas rescatadas no solo sobreviven tras ser liberadas, sino que también son capaces de integrarse en las poblaciones silvestres y participar en los procesos reproductivos.Se calcula que desde que comenzaron los programas de rehabilitación y liberación de las focas del Egeo en el año 1990, las organizaciones implicadas han conseguido curar y rehabilitar a 35 focas heridas y a 25 crías que habían quedado huérfanas —11 de ellas fueron liberadas con éxito en su hábitat natural—.

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