Sánchez protagoniza otro número de escapismo y esquiva las presiones a Prisa y el pacto con Junts

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Sánchez protagoniza otro número de escapismo y esquiva las presiones a Prisa y el pacto con Junts

Quien asiste a las sesiones de control del Congreso al Gobierno, que no al revés, es testigo directo de una habilidad en la que demuestran cada semana su destreza el presidente y sus ministros: la de no responder a las preguntas que se les formula, atacar a la oposición y esquivar cualquier polémica en el interrogatorio de dos minutos y medio que tiene cada orador. Nadie hay más puntero en esa lid que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, quien este miércoles ha vuelto a protagonizar un nuevo número de escapismo al marcharse de la Cámara Baja sin haber contestado nada.Su primer oponente, el único fijo en cada sesión de control, ha sido el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. La cuestión registrada por el presidente del PP era lo suficientemente ambigua —«¿Va a ofrecer la información que le demandan los españoles?»— como para enmarañar los derroteros por los que podía discurrir el dirigente popular. Los asesores de Sánchez apostaron al rojo, el gasto en defensa y la postura de España ante la guerra de Ucrania, y Feijóo ha tirado por el negro, las supuestas presiones del Ejecutivo para intentar hacerse con el control del diario ‘El País’ .Así, Feijóo ha sorprendido a Sánchez con el pie cambiado y le ha preguntado por la reunión mantenida en París entre el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, el recientemente nombrado presidente de Telefónica, Marc Murtra, y un empresario del gigante audiovisual francés Vivendi para intentar que esta última compañía vendiese a Telefónica sus acciones en el Grupo Prisa. Esa sería la vía utilizada por el Gobierno para influir directamente en ‘El País’, cuyo presidente, Joseph Oughourlian, publicó el lunes un artículo muy duro contra el Ejecutivo en el cual tachó de «inaceptable» cualquier intento de «adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder».Noticia Relacionada estandar Si Las comunidades autonomas tendrán que acoger a los menores aunque acudan al TC Nati Villanueva Juristas consultados por ABC ven «poco recorrido» al recurso en el Constitucional al ver justificada la urgenciaEra la primera de las tres preguntas formuladas a Sánchez, pero el resultado ha sido idéntico. ¿Qué hora es? Manzanas. El presidente del Gobierno ha decidido que Feijóo le había cuestionado por el gasto en defensa y ha sacado pecho de haberlo elevado en 10.000 millones de euros desde que llegó al Palacio de la Moncloa. Cuando gobernaba el PP, ha apuntado el secretario general del PSOE, esta partida suponía un 0,9 por ciento del producto interior bruto (PIB), muy alejado del dos por ciento al que ya se comprometió Mariano Rajoy en 2014.La réplica de Feijóo estaba botando: «Miente hasta en la formulación de la pregunta que le hago. Dice que le he preguntado sobre defensa. No dice ni una verdad». El líder del PP ha leído entonces la pregunta literal que había registrado, en la que en ningún caso se habla de seguridad. Sánchez miraba a su alrededor con un gesto contrariado, extrañado, como si alguien le hubiese chivado mal la respuesta de un examen.«Con lo que le gusta controlarlo todo, ya es mala suerte que no se entere de nada de lo que ocurre a su alrededor. El presidente de ‘El País’ tuvo que recordarle que usted no puede comportarse como un dictador. Ha estado más ocupado en la guerra de Prisa que en la de Ucrania», ha criticado Feijóo, quien ha exigido a Sánchez que no le haga a la principal cabecera de Prisa «el daño» efectuado, según él, a Telefónica. «Quiere controlar la información pública».«Ha estado más ocupado en la guerra de Prisa que en la de Ucrania» Alberto Núñez Feijóo Presidente del PPYa sin que Feijóo tuviese turno de réplica, pero igualmente ignorando su pregunta, Sánchez ha manifestado su alegría al darse este por enterado del gasto en defensa, erre que erre, y ha pasado al ataque contra él por el preacuerdo presupuestario con Vox anunciado el lunes por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón , en un discurso en el que el barón popular asimilaba las posiciones migratorias y climáticas de la formación de Santiago Abascal. «Llegó tapando la corrupción de Ayuso y pretende quedarse tapando la negligencia del señor Mazón», ha concluido el jefe del Ejecutivo.Tras el calentamiento con Feijóo, le ha llegado el turno al presidente de Vox, Santiago Abascal. Este ha centrado su intervención en la inmigración en general y en particular en las protestas en Salt (Gerona) por el desalojo de un imán que había ocupado ilegalmente una vivienda. «Los energúmenos que destruyeron Salt aplaudían a Sánchez. ¿Está dispuesto a la islamización de España con tal de que lo aplaudan? Está dispuesto a todo», ha apuntado el dirigente derechista, que previamente había asegurado que la política migratoria del Gobierno está provocando, siempre según él, un aumento de las violaciones y de las mujeres obligadas a llevar velo.La víspera, el Gobierno cerró un acuerdo con Junts para el reparto de los menores extranjeros no acompañados hacinados en Canarias entre el resto de las comunidades autónomas. Una política de la que reniega Vox, más si significa que Cataluña reciba entre veinte y treinta niños y la Comunidad de Madrid, más de setecientos, como aseguran los independentistas. «Ha pactado el reparto de los menas, es decir, de la inseguridad, por toda España menos por Cataluña y el País Vasco. Lo que hay que hacer es devolver a los niños con sus padres», ha dicho Abascal, quien ha augurado que terminarán repartiéndose 400.000 adolescentes en vez de 4.400 y le ha pedido al presidente que no critique tanto al PP, porque pacta esas políticas en Europa con la popular Ursula von der Leyen.«Ha pactado el reparto de los menas, es decir, de la inseguridad, por toda España menos por Cataluña y País Vasco» Santiago Abascal Presidente de VoxSánchez ha aprovechado los vínculos de Abascal con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para eludir también su polémico pacto con Junts y arremeter contra los aliados internacionales de Vox. «Le escucho y pienso cuánto odia a los extranjeros que trabajan en este país y qué admiración siente por los oligarcas que trabajan desde fuera contra los intereses de España», ha comenzado, para enumerar a continuación una lista de lo que «amenaza» a España: los aranceles a la industria y al campo, «los tecnooligarcas a los que [Vox] pone la alfombra roja y que trabajan para esparcir odio en las redes sociales», los Gobiernos como el del húngaro Viktor Orbán, que prohíben manifestaciones del colectivo LGTBI, y los Ejecutivos «negacionistas», ha dicho, como el que Vox apoya en la Comunidad Valenciana. «La verdadera amenaza para Europa y para España es la internacional ultraderechista, cuya filial en España es usted y su partido», le ha espetado, de nuevo, sin responder a la cuestión.Después, el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, le ha preguntado a Sánchez qué cree que quieren los catalanes. El presidente le ha contestado que vivienda, empleo e igualdad, pero el republicano ha sacado a colación las incidencias en los trenes de cercanías en Cataluña, ante las que hay, ha señalado, tres actitudes: las de quienes quieren arreglar el servicio (ERC), quienes dan 55.000 millones de euros para el AVE y 8.000 millones para los Rodalies (PSOE) y las de quienes se aprovechan (Junts). «Imagínense la impunidad mediática que tiene esta gente [la derecha independentista catalana] cuando coloca a sus amiguetes en Renfe. Ruedas de prensa con la bandera española no, meter a sus amiguetes en empresas españolas sí», ha dicho Rufián, en dirección a su homóloga de Junts, Míriam Nogueras, que se revolvía en su escaño.Apenas media horaOtra vez el presidente ha tomado las de Villadiego y, tras solidarizarse con los usuarios de Rodalies que «sufren estas dificultades», ha comparado los datos del precio de la vivienda en Cataluña con los de las comunidades donde gobierna el PP. El presidente ha permanecido en su asiento durante las dos primeras preguntas a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y después se ha ido para completar su homenaje a Harry Houdini. Apenas ha durado media hora en el hemiciclo.En poco ha diferido el resto de la sesión de control, con la mayoría de ministros evitando responder directamente sobre la inmigración o los casos de corrupción que cercan al Gobierno. Cayetana Álvarez de Toledo (PP) ha preguntado a Félix Bolaños si, como el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, borró los mensajes de su móvil. Una treta, según el ministro, para no hablar del pacto entre Mazón y Vox. Ha sido el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Miguel Tellado, quien ha resumido el sentir general en la oposición: «Hay que ver cómo está el Gobierno de acorralado y de nervioso, basta ver que no responde a una sola pregunta».

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