Es, junto a Mireia Belmonte y Arantxa Sánchez Vicario, la deportista española que más medallas olímpicas ha ganado (cuatro, tres de plata y una de bronce). Andrea Fuentes (Tarragona, 1983) es un referente en la natación sincronizada que, tras retirarse en 2013, siguió vinculada a la piscina como entrenadora. Primero con Estados Unidos (2018-2024) llevando a un país sin experiencia a la plata en los Juegos de París, donde España logró el bronce. El pasado mes de agosto tomó las riendas de la selección española, sustituyendo a Mayuko Fujiki. A principios de marzo llegaron los primeros éxitos en la Copa del Mundo, en París, donde logró seis medallas: oro en equipo, en solo (Iris Tió) y en dúo (Txell Ferré y Lilou Lluís); plata en dúo mixto (Jordi Cáceres y Aurora Lázaro); y bronce en solo (Jordi Cáceres) y dúo mixto ( Dennis González y Sara Saldaña).Noticia Relacionada DESPUÉS DE LA NATACIÓN ARTÍSTICA… reportaje Si Gemma Mengual, una sirena convertida en emprendedora multifacética Sergi Font-¿Qué valoración hace de la primera Copa del Mundo en París?-Superpositiva. Quería conseguir estos resultados, pero sobre todo que el equipo se sintiera confiado compitiendo y diera una imagen muy profesional; y hemos superado con creces las expectativas.-Vuelve con seis medallas…-Sí, es verdad. Imagínese… Hemos dado en el clavo con la estrategia para esta competición. Era la primera desde los cambios de normas y ahora hay que ver cómo reacciona la gente. Cuando hay cambios, hay que liderar lo antes posible y no copiar a nadie. Que nos copien ellos y así siempre vamos un paso por delante. Ahora tenemos que movernos rápido, van a empezar a copiarnos y hay que despegar.-Ganó la plata olímpica con Estados Unidos, ¿cómo sienta quedar por delante de ellas en este campeonato?-Fue duro emocionalmente. Mucha mezcla de sentimientos porque son chicas que he entrenado durante siete años, que he visto lo que les ha dolido y también tengo un sentimiento hacia ellas. Pero ya lo sabíamos, lo hablamos y nos dijimos que el deporte es el deporte. Pero también emocionada de darle a mi país todo lo que tengo dentro, que ya tocaba.-¿En España, hay que triunfar fuera para que te valoren?-No lo sé. Supongo que había que demostrarlo antes. Estados Unidos tenía un nivel muy bajo. Es normal que me quisieran. Nunca había sido entrenadora y necesitaban a alguien. España estaba arriba. Ni España iba a confiar en alguien sin experiencia ni yo me sentía preparada. Ahora es el momento justo. He hecho mi carrera y quiero dar más a España.-¿Respiró con este primer resultado como seleccionadora española?-No estaban China ni Rusia… Ahora hay que ganar a los lobos de verdad. Rusia no estaba el año pasado. Rusia es una selección top, top top. Hemos superado a uno y ahora vamos a por más. El siguiente objetivo es China.-¿En serio?-Sí. Habrá que trabajar mucho, muy inteligentemente y defender las fortalezas que nosotras tenemos y ellas no. No sé cuánto tardaré, si un año o veinte, pero se puede.-En el Mundial de Singapur ya estará Rusia…-Estoy contenta de que vuelvan, aunque evidentemente es más difícil obtener resultados. Es un país que daba mucho al deporte y que se echaba de menos.-¿Usted hubiera aceptado a nadadoras rusas?-Bastantes de ellas nos llamaron a la puerta hace poco. No me gusta porque esto no es un mercado. No me gusta echar a una española por otra de fuera, aunque sea mejor porque ha entrenado en otro lado. -¿Qué es más fácil: un equipo como Estados Unidos, que no tenía experiencia, o uno como España que ya tiene un nivel?-Es diferente. Un equipo que no sabe nada lo tienes que construir desde cero; y en uno que ya sabe mucho hay aspectos en los que todo es más rápido, pero hay cosas que tienes que deshacer y volver a construir, porque los hábitos son muy diferentes. Su filosofía era muy diferente a la mía. Me he pasado dos meses deconstruyendo para volver a construir. En realidad, de trabajo hemos hecho menos que de cambiar hábitos que, para mi gusto, un equipo número uno no debe tener.-Lo que si habrá tenido son más recursos, ¿no?-Claro. En Estados Unidos no había presupuesto. Teníamos dos calles de una piscina para entrenar, con el agua muy fría. A veces nos echaban… La gente se piensa que las ayudas e infraestructuras de Estados Unidos son muy importantes y no. El presupuesto era diez veces menos que el que hay aquí. Esto me ha ayudado a demostrarme a mí misma que no necesitas grandes cosas, sino simplemente trabajar muy bien. Y hacer que pase. En España tengo muchos más recursos. El CAR es un lujo. Tenemos profesionales increíbles, una piscina estupenda y un equipazo. Ahora tenemos que juntar dos cosas: las condiciones y trabajar bien.-¿En su cargo existe el vértigo?-Sí, empiezas a subir, se mueve todo y dices: ‘ay’. Pero luego sabes que valiente no es el que no tiene miedo sino el que aun con miedo sigue para adelante.-¿Conseguir todo dentro de la piscina le ha dado crédito ilimitado fuera de ella?-Al principio sí que notaba que gracias a que había sido muy buena nadadora me respetaban, pero también existe el tópico de que la gente que ha sido muy buena deportista no sabe ser buena entrenadora. Guardiola o Steve Kerr son dos grandes ejemplos de grandes jugadores que han sido buenos entrenadores, así que yo me fijé en ellos dos y dije: ‘Si ellos pueden, yo también puedo’.Fuentes da instrucciones a Iris Tió y Dennis González David Ramírez-¿Qué queda de aquella Andrea nadadora?-La pasión por el deporte y el cómo quiero que me traten. Yo trataré a las deportistas como a mí me gustaría que me trataran.-Sustituye a Mayuko Fujiki. ¿Qué se ha encontrado y qué cambiará?-La cultura japonesa es muy diferente a la española. Así como cuando me fui a Estados Unidos me tuve que adaptar a la cultura americana y aportar lo bueno de la española, aquí lo que he visto es que hay mucha autocrítica. No sé si viene de la antigua entrenadora o es algo innato de esta generación concreta. Había mucha autocrítica y no la suficiente unión ni colaboración para mi gusto. En Estados Unidos trabajé mucho para construir la confianza y cuando tú crees que puedes, puedes más. Si crees que no puedes, te estás poniendo barreras.-¿Qué recibimiento se ha encontrado? ¿La miraban con admiración, con recelo?-Muy bien. De hecho, el vértigo viene de ahí. Noto que llego a un sitio en el que parece que sea ultrapoderosa, pero soy humana. Les dije: ‘yo también cometo errores y alguna de vosotras también me va a odiar’. Tengo la sensación de que la gente espera un milagro de mí y da vértigo, pero la presión es un privilegio y la abrazo, es un honor. También les digo: ‘algún día voy a fallar y haré algo que no os guste, pediré perdón, aprenderé como aprendéis vosotras y no tengo ningún problema en enseñar mi vulnerabilidad’. Creo que la forma de mostrar más fortaleza es cuando no te preocupa perder ninguna autoridad. Ser completamente transparente. Es lo que más me está ayudando para progresar.-¿Ha recuperado esa unión que echaba en falta cuando se retiró?-Cada equipo es diferente y las nuevas generaciones son diferentes a las anteriores. Lo que sé es que cuando llego a un equipo lo que quiero es unirlo y hacerlo más fuerte. Siempre quiero más, que sea más proactivo, más unido, más colaborativo. Me dedico mucho a trabajar esto.-De usted destacan sus coreografías. ¿Cómo es ese proceso?-Desde pequeña, mis padres y mi escuela valoraron mucho el que uno defendiera su autenticidad. Nunca me han obligado a no salirme de una línea. Siempre me ha gustado hacer cosas nuevas, cambiar las reglas del juego para mejor. Nunca quiero hacer algo que ya esté hecho. Me gusta mucho el arte en todos los sentidos. Me inspira mucho, soy una persona con las emociones a flor de piel y quiero vivirlas. No quiero aburrirme.-Siempre ha sido muy reivindicativa como nadadora. ¿Veremos esa rebeldía ahora también?-Hay veces que creo reglas nuevas. Me encanta ese doble filo porque es el que hace que el deporte crezca. Cuando hay un vacío legal en este sentido, está bien exponerlo porque empujas una barrera más lejos y cosas nuevas ocurren.-Hábleme de Víctor Cano (es su pareja) y de su importancia como responsable de acrobacias. ¿Se puede desconectar en casa?-Nuestros hijos a veces se quejan (risas). Tenemos la suerte de entendernos y equilibrarnos muy bien porque a mí me gusta mucho el riesgo y a él la seguridad y tenerlo todo bajo control. Si fuera solo lo mío nos caeríamos y si fuese solo lo suyo no progresaríamos. Es la unión perfecta de riesgo bajo control.-Usted no es partidaria de entrenar ocho horas. ¿Eso no va en contra de la cultura del esfuerzo?-No. Prefiero el esfuerzo eficiente. Entrenar más y más no es inteligente porque muchas veces repites el error. Cuando fallas siempre en lo mismo tienes que buscar soluciones distintas. Se ve en las nuevas generaciones. Cuando nosotros éramos pequeños veíamos la película de los domingos por la tarde fuera lo que fuera. Ahora ven ‘youtube’ dos segundos, no les gusta y fuera. No pueden aguantar concentradas doce horas al día. Tengo que hacerlo ameno, muy proactivo.-¿Los hombres están preparados para competir en unos JJOO dentro de los equipos, tradicionalmente femeninos?-Hasta ahora no. Yo estoy provocando este cambio todo lo rápido que puedo con Dennis González y Jordi Cáceres. Quiero ser el primer equipo que tenga a los chicos al mismo nivel que las chicas.-¿Y por qué sucede, por calidad o por el sistema?-Porque llevan menos tiempo entrenando. Ya es difícil ser chico en nuestro deporte… Y los hemos cuidado tanto que han entrenado menos, menos años, menos horas… Y, además, dan mucho más pero su concentración dura menos. Entonces hay que entrenarlos de forma diferente. Hasta ahora no sabíamos cómo entrenarlos.Fuentes graba un entrenamiento David ramírez-¿Estaría a favor de una cuota mínima obligatoria de chicos en el equipo, aunque le perjudicara?-Nos conviene y es bueno para el deporte. A veces si no fuerzas un poco las cosas no pasan. A veces hay que ayudar un poco desde fuera para que la gente rompa barreras. -Fue pupila de Anna Tarrés. ¿Hay algo de ella en Andrea Fuentes?-Sí, por supuesto. De todas mis entrenadoras he ido recopilando cosas. De Anna, el ‘no hay nada imposible’.-¿Qué pesa más de ella: el qué hay que hacer o el qué no hay que hacer?-A partes iguales. Tengo muchas cosas de ellas, de mantener la creatividad en el entrenamiento, de rutinas creativas, de hacer posible todo lo imposible, pero también tengo todo lo que no quería que pasara de dinámicas de grupos. Eso lo he cambiado a lo que yo creo.-Siempre dijo que prefería aprender de la adversaria, disfrutar y hacerlo pasar bien al público a una medalla. ¿Sigue pensando igual?-Se nos valora por el éxito, que es como la zanahoria que te hace seguir adelante. Pero yo siempre les digo: «No hablamos de medallas, sino de cómo llegar a mi máximo potencial. Eso me va a llevar a las medallas, pero es una consecuencia, no un objetivo». -¿Le gusta que las llamen las sirenas?-Es bastante cursi, pero también es bonito. Llámame sirena que es místico, un ser mitológico y eso siempre va bien.

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