El clavo «mágico» que salvó la pierna de Juan Antonio a punto de amputar

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El clavo «mágico» que salvó la pierna de Juan Antonio a punto de amputar

«Dos tibias y peroné, fémur, aplastamiento de vértebras…». Un accidente de tráfico cuando tenía 28 años le dejó un rosario de secuelas y la pierna derecha «destrozada». Juan Antonio pasó por quirófano más de 30 veces , usaba muletas y tenía una vida limitada y con «dolor, mucho dolor». Y ya cuando se la iban a amputar porque «nada funcionaba», los médicos del hospital Son Espases de Palma encontraron un clavo magnético en EE.UU. (es el primero que se pone en España ) e hicieron una operación pionera para desplazar el hueso 8 centímetros. La operación ‘tranvía’ -porque simula la vía de un tren- ha sido un éxito y el paciente no sólo conserva su pierna, ha vuelto a ir en bici y recorre 60 kilómetros hasta el pico más alto de Mallorca. Los médicos dieron en el clavo. Y nunca mejor dicho.Este mallorquín de 60 años había llevado todo tipo de dispositivos -placas, clavos, fijadores externos- pero siempre surgían complicaciones. «Iba con la pierna doblada. Tenía mucho dolor y estaba amargado. Tenía una depresión de caballo porque no podía hacer nada. No podía hacer la compra ni coger peso. Apenas podía ducharme y cocinar, poco más», cuenta sobre lo limitada que era su vida este ciclista semiprofesional que tuvo que dejar su pasión, la bicicleta.Cuando llegó a la consulta del doctor Miguel Cámara en el hospital Son Espases de Palma, Juan Antonio sufría una pseudoartrosis séptica, tenía un gran defecto de 6 centímetros en la tibia y un colgajo, «una cobertura que hacen los plásticos cuando hay un defecto de las partes blandas», explica el traumatólogo, que planteó una nueva cirugía con un fijador externo circular. Pero Juan Antonio se negó porque tenía muy mala experiencia. «Prefería morir», respondió desesperanzado.En febrero de 2019 la FDA (Food and Drugs Administration) había autorizado un nuevo sistema totalmente interno para solucionar defectos óseos con un sistema de transporte. En junio de 2019, el equipo de traumatología de Son Espases buscaba una solución para Juan Antonio y apostó por este clavo. Era un «’pariente’ cercano» de los clavos de alargamiento que ya se usaban en niños con patologías como la acondroplasia (enanismo), pero en vez de alargar su «principal misión» era el transporte óseo. Se metieron en el primer grupo del mundo. «Éramos los primeros 40 y no sabíamos si iba a funcionar, pero ha funcionado», celebra el doctor, que agradece a la sanidad pública que no escatimara en recursos para salvar la pierna de este paciente.«Sabíamos que vale dinero, pero ¿cuánto vale la calidad de vida de mantener la pierna a un paciente?», pregunta el doctor Cámara que asegura que en «EEUU o cualquier otro país le habrían amputado la pierna» mientras en España «tenemos que estar orgullosos de nuestra sanidad pública que apuesta por cirugías de rescate con estos sistemas internos». En agosto de 2019 operaron a Juan Antonio. El equipo de Cámara llevó a cabo con éxito el primer transporte óseo de España con clavo intramedular magnético . Una pionera cirugía denominada de osteogénesis por distracción que permitió transportar un segmento óseo para reconstruir defectos del hueso.«Imagina un chicle que se va estirando y va creciendo hueso y se va moviendo el fragmento como si fuera un vagón por un raíl», explica el traumatólogo sobre el transporte óseo con el que consiguió rellenar ocho centímetros de defecto óseo de su paciente Juan Miguel.Hicieron una fractura controlada y separaron el hueso lentamente, lo que permitió que durante la curación el propio hueso llenase el defecto. «Es mover un fragmento óseo hasta que llegamos al atraque, que es el acoplamiento, se rellena el defecto y va creciendo hueso donde hemos hecho la fractura controlada», prosigue Cámara ejemplificando el funcionamiento de un tranvía.Sin fijador externo«Esta técnica hasta ahora se hacía siempre con la ayuda de un fijador externo. Pero en este caso no, que es lo bueno», recalca el doctor, que considera que este sistema interno es una alternativa para pacientes con grandes defectos óseos por accidentes de tráfico, tumores o procesos infecciosos severos que no pueden llevar un hexápodo.La operación dura unas dos horas y presenta menos complicaciones al paciente, menos dolor, menos infecciones y menos rigidez articular. Además, es más confortable porque no llevan un aparato voluminoso por fuera y pueden viajar más cómodos. Desde el punto de vista psicológico es menos traumático, ya que es un sistema totalmente interno y no tienen que explicar a nadie su enfermedad.«Pero no todos pueden llevar este clavo», advierte el doctor. Sólo los que tienen «una buena alineación del hueso afectado, siempre que no tengan infección y tengan una buena cobertura de las partes blandas».Juan Antonio muestra cómo está su pierna actualmente Así fue la ‘operación tranvía’ Rdiografías con la evolcuión de paciente «Imagina un tren», ejemplifica el doctor Miguel Cámara para explicar la ‘operación tranvía’. «Cuando hacemos el transporte óseo para rellenar un defecto óseo, rompemos el hueso de una manera controlada, lo que sería como separar la locomotora de los vagones, pero llevando un vagón». La locomotora con su vagón va desplazándose por el clavo magnético gracias a que el clavo es magnético y motorizado. El paciente tres veces al día se pone un ‘mando a distancia’ que hace mover el fragmento hasta chocar con el fragmento distal, que sería la ‘estación de tren’. «En este caso en el lugar de desenganche del vagón, crecería ‘otro vagón’: la regeneración ósea». Una vez que llega el tren a la ‘estación’ -fase de atraque- «hay que esperar a que se consolide el hueso regenerado, el nuevo vagón, y el hueso que ha chocado, la locomotora en estación». Son Espases ha operado con éxito dos pacientes más.En plena pandemia, Juan Antonio hizo la rehabilitación en su casa. Se ponía un control remoto encima de la piel tres veces al día en su casa. «Una especie de mando de la Playstation» que activa el clavo motorizado para que vaya bajando y desplace el hueso un milímetro al día.«Sentía un leve hormigueo», define el paciente sobre la sensación cuando el «clavo mágico» se desplazaba por su pierna. Dos meses después de la operación empezó a caminar con muletas con carga parcial hasta que poco a poco la pierna le iba pidiendo «guerra». Al año ya caminaba por sí solo . «No he vuelto a tener dolor ni complicaciones», certifica inmensamente agradecido al equipo de traumatología de Son Espases formado por Miguel Ángel Cámara Baeza, Alberto Duran Morell, Pedro Calafell Mas y Ana Belén González Gil, sin olvidar al servicio de Cirugía Plástica y el de Medicina Interna Infecciosas del hospital. «Me salvaron la tibia». La única secuela: una dismetría de aproximadamente 4,5 centímetros de acortamiento respecto de la pierna contralateral que suple con un alza sin mayores restricciones.Juan Antonio se arremanga el pantalón y baja su calcetín navideño para mostrar la cicatriz que le ha quedado. «Por aquí entró el clavo ‘mágico’ hasta aquí abajo», señala. Él no lo dice pero está orgulloso de ese costurón de piel que le recorre la pierna rodilla abajo. «Está hecha un cristo pero aquí la tengo», presume acariciándose el muslo como si fuera un tesoro. Lo es. Y mañana si no llueve subirá en bici hasta el Puig Major.

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