Santa Teresa de Jesús medía 1,56 y sufría varias dolencias crónicas

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Santa Teresa de Jesús medía 1,56 y sufría varias dolencias crónicas

El reconocimiento canónico de Santa Teresa de Jesús , dirigido por el antropólogo italiano Luigi Capasso, ha arrojado este lunes una síntesis de sus conclusiones, entre las que se desvela una estatura de 1,56 y el sufrimiento, por parte de la Santa Andariega, de varias enfermedades crónicas. El trabajo realizado desde hace seis meses por los expertos en Roma y Alba de Tormes, provincia de Salamanca, culminará el viernes a primera hora con el descubrimiento de su auténtico rostro.De hecho, el equipo médico científico ya ha entregado a la Orden del Carmelo Descalzo un documento preliminar de 53 páginas, cuyo original en italiano se encuentra depositado en los archivos de la Casa General del Carmelo Descalzo, en Roma, y del monasterio de la Anunciación de Nuestra Señora del Carmen, de las Madres Carmelitas Descalzas de Alba de Tormes.De él se desprende que los análisis químicos permiten descartar que se haya implementado un proceso de momificación artificial, tanto en el caso del cuerpo como en el caso de cada una de las otras partes conservadas por separado. Esto hace que el fenómeno de la momificación, especialmente el del brazo izquierdo, el pie derecho y la cara, sea «un fenómeno natural verdaderamente excepcional», con una perfecta conservación de todos los tejidos blandos. En los de la cara, por ejemplo, «se conserva el cuero cabelludo» con «todavía muchos rastros de pelo que son de color castaño». Además, el ojo derecho «aún conserva los párpados».Noticia Relacionada estandar No Santa Teresa: el estudio del sepulcro permitirá reconstruir su rostro c. r. El análisis se está realizando en el centro australiano del Victorian Institute of Forensic MedicineMás de cuatro siglos después de su muerte, «los restos examinados son los de una mujer con una estructura esquelética pequeña, con masas musculares frágiles y con un tejido subcutáneo adiposo pobre». La altura en vida, reconstruida por cálculos antropométricos, resultó ser de unos 156,8 centímetros. El estado de mineralización del esqueleto es acorde con la edad a la que murió Santa Teresa de Jesús, a los 67 años, y el tejido óseo de las vértebras, tanto torácicas como lumbares, muestra cierto grado de osteopenia, asociada a la alteración morfológica de algunos cuerpos vertebrales, con caras superior e inferior ligeramente cóncavas, como ocurre en la osteoporosis senil o alteración de las llamadas ‘vértebras de pescado’.Una característica sobresaliente de la columna vertebral es la cifosis cervical y dorsal severa , es decir, la curvatura anterior del cuello y el tronco. Esta conformación le dio a la Santa una apariencia inclinada hacia adelante, con la cabeza inclinada hacia abajo que también tuvo que obligarla a una posición supina «forzada e incómoda», con la cabeza que no podía apoyar en la almohada cuando estaba recostada.Los cambios en la columna vertebral se asocian con la osificación de los cartílagos costales que soldaban el extremo anterior de las costillas al esternón, disminuyendo significativamente la movilidad torácica durante la respiración. Tanto debido a la cifosis como a la osificación de la parte frontal de las costillas, la respiración se volvió en ella «incompleta y dificultosa».Hay artrosis bilateral de rodilla, muy grave en la izquierda y más leve en la derecha. En la izquierda, el cartílago de la articulación entre el fémur y la tibia estaba completamente desgastado, con rastros de contacto directo entre los dos huesos y con grandes neoformaciones óseas también en la rótula llamados osteofitos. En la izquierda, la artrosis fue más leve, con preservación del cartílago articular.A nivel de la planta del pie izquierdo, por debajo del talón, se encuentra el llamado ‘espolón’ subcalcáneo, una neoformación ósea llamada entesopatía de la fascitis plantar, a menudo asociada a dolor y dificultad para apoyar el pie en el suelo. La radiografía del pie derecho, conservado en Roma, muestra que esta lesión era bilateral, en ambos pies.Por último, la exploración radiográfica del pie derecho también muestra alteraciones óseas derivadas de la inflamación en la región distal de la falange terminal del primer dedo del pie. Estos son signos de inflamación quizás debidos a una infección originada alrededor de la uña del dedo gordo del pie derecho, lo que se denomina ‘uña encarnada’.Como ejemplo del estado de conservación de los restos, el profesor Capasso señaló que en los pies de la Santa se aprecian las señales de las cuerdas de esparto clásicas de las alpargatas teresianas al igual que la marca de la toca carmelitana en su frente.Solo se encontraron «tres dientes»: el segundo molar superior izquierdo y los dos caninos inferiores y tienen «un desgaste severo» en consonancia con la edad que tenía la Santa a su muerte con «una salud bucal muy deteriorada»La radiografía del brazo derecho «muestra una patología» que concuerda con su «hábito de escribir». En cambio, en el izquierdo «no encontramos ninguna alteración».Respecto al corazón se recuerda que se conserva sólo «una porción» que incluye el ventrículo «posiblemente derecho» y que no presenta «ninguna patología»También se hace hincapié en que faltan partes del cuerpo «debido a desprendimientos intencionados realizados con el propósito de obtener reliquias y no debido a una mala conservación».En general, el informe destaca que el estado de conservación es «extraordinario» en el caso del «pie derecho, la mano izquierda, el corazón y el brazo izquierdo» con «piel intacta y masas musculares bien conservadas y sin signos de degradación».

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