Sánchez intenta convencer al Congreso de que se puede subir el gasto en defensa sin sacrificios ni contrapartidas

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Sánchez intenta convencer al Congreso de que se puede subir el gasto en defensa sin sacrificios ni contrapartidas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , ha abierto este miércoles el debate monográfico en el Congreso de los Diputados con un discurso de cerca de una hora, en el que no ha aportado concreción o novedad alguna sobre cómo piensa realizar el aumento del gasto en defensa al que se ha comprometido ante los socios europeos y atlánticos. El jefe del Ejecutivo se ha empleado a fondo en intentar convencer a la Cámara Baja —aunque claramente más a sus socios de coalición y parlamentarios, que la semana pasada votaron contra ese incremento de la inversión militar e incluso a favor de la salida de España de la OTAN— de que ese cambio en la inversión pública, ante la amenaza «imperialista» de la Rusia de Vladímir Putin, se puede hacer sin sacrificios o contrapartidas. Como ya hiciera en una rueda de prensa en la Moncloa tras su ronda con los líderes del arco parlamentario, Sánchez ha llegado a decir que no costará «ni un céntimo de gasto social o de gasto medioambiental». Al contrario, ha defendido que el aumento en el gasto en defensa, que España tiene comprometido a subir al dos por ciento del producto interior bruto (PIB) en 2029, pero que la Comisión Europea pide que sea al tres por ciento e incluso Estados Unidos al cinco por ciento, se puede hacer al mismo tiempo que se fortalecen tanto el crecimiento económico como el Estado del bienestar. Incluso ha hablado del «estímulo industrial» que podría suponer este nuevo plan, que estará completo «antes del verano».El parlamento del jefe del Ejecutivo, de cincuenta minutos de duración (el presidente no tiene límite de tiempo en este tipo de sesiones) ha estado plagado de reiteradas alusiones a los fundadores de la Unión Europa (UE) y a la historia de la construcción europea. Sánchez ha recordado que la Unión «nació como un proyecto de paz» y para «combatir la pobreza» y, mirando al futuro, ha abogado por que los europeos no estén «al albur de los cambios de liderazgo en Moscú o Washington», sino que, al contrario, sean dueños de su propio destino. Noticia Relacionada estandar Si Abascal acusa a Sánchez de intentar «aterrorizar» a la población con amenazas «ridículas» e «inverosímiles» Pilar De la Cuesta Denuncia la «alianza» de PP y PSOE en Bruselas que aleja a Europa de su vínculo con Estados Unidos y la «pone en manos» de ChinaCon especial énfasis, y fuertemente ovacionado por la bancada socialista, el presidente ha apelado a los españoles: «Tengan claro que mientras este Gobierno siga en pie y yo continúe siendo presidente del Gobierno, este esfuerzo adicional de seguridad no se hará en detrimento de nuestro Estado del bienestar».No solo eso, sino que a su juicio puede incluso «complementarlo». En ese sentido, ha recordado: «En estos últimos años hemos incrementado en 10.000 millones de euros el presupuesto en defensa. Y en los mismos años lo que hemos hecho ha sido aumentar en casi 120.000 millones de euros nuestra inversión en servicios públicos y también en prestaciones sociales, y en más de 30.000 millones de euros todo el presupuesto destinado a la transición ecológica».«Vamos a invertir en bienestar y en seguridad, en las dos cosas. Porque ambas cosas, además, son necesarias y complementarias», ha concluido. El presidente ha recordado que ya ha solicitado a la Comisión Europea que se implementen mecanismos de financiación comunitarios a imagen y semejanza de los que se llevaron a cabo durante la pandemia. Aunque en esta ocasión, ha matizado, no serían los países del sur como el nuestro los beneficiados, sino los situados más al este y que por razones obvias tienen la amenaza rusa y el escenario bélico ucraniano más próximo o incluso en su propia frontera. En definitiva, Sánchez ha apostado por «una respuesta conjunta, mutualizada, solidaria… que aglutine los esfuerzos de todos los Estados miembros». «Porque si la seguridad es un bien público europeo, necesitamos también contar con recursos comunes a nivel europeo», ha sentenciado. Transferencias de la UEEl presidente ha pedido que todo se articule con un sistema de transferencias similar al de los fondos Next Generation, que haya compras conjuntas, como ocurrió con las mascarillas y vacunas del Covid-19, que se apueste por consorcios industriales paneuropeos, a la estela de Airbus, y por último, pero no menos importante, Sánchez ha vuelto a defender la creación de un ejército europeo «con una misma bandera y unos mismos intereses». Solo así, ha argumentado, se podrá alcanzar «una verdadera unión y paz duradera». Su discurso, no obstante, ha permitido después, en las réplicas de los grupos parlamentarios, constatar la soledad del presidente del Gobierno. Muchos de ellos le han reclamado una mayor concreción, pero, por otro lado, se han visto posiciones contrapuestas entre quienes le han instado a cuidar las relaciones con Estados Unidos, como PP y Vox, ambos con sus propios matices, y quienes han abierto el debate de si el país presidido por Donald Trump puede seguir considerándose un aliado después de amenazar con la anexión del canal de Panamá, de Canadá y de Groenlandia. Este último territorio, bajo la soberanía de Dinamarca.De nuevo, empezando por Sumar y siguiendo por ERC, Bildu y BNG, sus socios de izquierdas han reclamado el abandono de la OTAN. Pero también aliados situados a la derecha ideológicamente, como el PNV, han llegado a preguntarse si la Alianza Atlántica está «en vigor» ante las posiciones de Trump. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha abierto el buzón de las críticas contra un plan inconcreto: «Ha venido a hablar aquí, pero no ha contado nada». El presidente del PP se quejaba amargamente de que todo lo dicho por Sánchez lo podría haber leído en los periódicos, escuchado en la radio o visto en televisión antes de su comparecencia.«O se somete a las Cortes o se somete a las urnas, son las dos únicas salidas dignas y por eso no escogerá ninguna»» Alberto Núñez Feijóo Presidente del PPFeijóo ha hurgado en la división del Gobierno y se ha preguntado cómo se va a comprometer con la OTAN a elevar el gasto en defensa al dos por ciento del PIB si la mitad de su Ejecutivo está en contra de permanecer en la Alianza Atlántica. «Europa tiene que aumentar el gasto militar porque está amenazada, sin eufemismos», ha sentenciado, y la ha conminado a presentar los presupuestos generales del Estado, detallar su plan en defensa y someterlo a autorización del Congreso. «O se somete a las Cortes o se somete a las urnas, son las dos únicas salidas dignas y por eso no escogerá ninguna», ha clamado.Sánchez, de una réplica cercana a la hora y media, le ha dedicado solo a Feijóo 44 minutos. Casi el mismo tiempo que en su intervención inicial, como el propio Feijóo ha recalcado después. El presidente del Gobierno, en un tono mucho más bronco que el empleado en su primer alegato, mucho más institucional, ha reiterado hasta el hartazgo que la legislatura concluirá en 2027, que hay seis comunidades autónomas gobernadas por el PP con los presupuestos prorrogados y que fue Mariano Rajoy, en 2014, el primero en comprometerse, «sin pedir permiso» al Parlamento, a subir el gasto en defensa al dos por ciento del PIB.El líder de Vox, Santiago Abascal, ha reiterado sus críticas a la alianza de socialdemócratas y populares en Europa y ha responsabilizado a ese entendimiento de la dependencia energética de Rusia. A la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, la ha acusado directamente de erigirse en una suerte de canciller Palpatine, el personaje de Star Wars, para procurarse su propio ejército con el aumento de 800.000 millones de euros del gasto en defensa comunitario. Frente a las amenazas migratorias sobre Ceuta y Melilla, Abascal ha criticado las «inverosímiles» y «ridículas» que, según él, ha aireado Sánchez en la tribuna de oradores. Tanto Feijóo como él han cuestionado el viaje del presidente a China en el actual contexto prebélico e incluso Abascal ha aprovechado para ironizar con el compromiso climático del gigante asiático, el país «más contaminante del mundo».La portavoz de Sumar en el Congreso, Verónica Martínez Barbero, ha pedido que no se iguale el gasto en defensa con mayor seguridad, ha afirmado que la OTAN «ha dejado de tener sentido» y ha llamado a combatir la internacional liderada por Trump. Hay que rechazar, ha dicho, tanto la invasión «criminal» de Ucrania a manos de Putin, como el «genocidio» en la franja de Gaza perpetrado por Benjamín Netanyahu. Un tono similar al empleado por Mertxe Aizpurua (Bildu) e Ione Belarra (Podemos).Salirse de la pancartaGabriel Rufián, de ERC, en posiciones más pragmáticas, ha apelado a no quedarse detrás de la pancarta y, aunque ha hablado de gastar «mejor» y no « más», ha reivindicado la resistencia republicana frente al golpe de Estado franquista. «A esa guerra, sí, yo iría», ha dicho, pese a definirse como antimilitarista, igual que hacen el resto de aliados a la izquierda del PSOE. Él ha hablado de Putin como «un zar» y de Trump como un «multimillonario» del que no se sabe si Elon Musk, el hombre más rico del mundo, es su amigo o su jefe. «La única diferencia entre Gaza y Auschwitz es que el mundo está a tiempo aún de parar lo de Gaza», ha rematado.Su homóloga en Junts, Míriam Nogueras, ha apuntado que ha terminado la era de confiar «ciegamente» en la protección de Estados Unidos, antes de enredarse en la operación Cataluña, que nada tenía que ver con el objeto de la comparecencia. En su última comparecencia en el Congreso, antes de dar el salto al liderazgo del PNV, Aitor Esteban se ha mostrado especialmente crítico con Trump, se ha preguntado si la OTAN continúa vigente, ha dicho que no tienen justificación los ataques de Israel en Gaza y ha advertido de la configuración de una nueva alianza entre Estados Unidos, Israel y Marruecos. España, ha lamentado, nada tiene que decir ya sobre el Sahara Occidental. El peneuvista ha reclamado más concreción a Sánchez, sí, pero también ha lanzado una indirecta al PP y ha pedido, dado lo que hay en juego, que se tenga voluntad de alcanzar un acuerdo. Desde luego, no parece que el Gobierno lo vaya a tener fácil. Como es habitual, Sánchez ha rebajado el tono empleado contra PP y Vox en la réplica a sus apoyos parlamentarios. Ha esquivado el tema más conflictivo, la salida de la OTAN que le exigen varios de ellos, apenas ha reivindicado «el vínculo transatlántico», y solo se ha puesto a la defensiva frente a la exministra Ione Belarra, a la que ha recordado que con Podemos en el Consejo de Ministros también se incrementó la inversión en defensa. «Entonces no me llamaba señor de la guerra, ¿y ahora sí?», le ha preguntado.

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