«Señor. ¿Qué? Ahí está el público. Que pase». Una pantalla en la que de forma vertiginosa se reproducen fotografías de decenas de montajes teatrales y una vitrina con una maqueta del histórico montaje que firmó Lluís Pasqual en 1987 de ‘El público’, de Lorca -al que pertenece el diálogo con el que se abren estas líneas-, reciben al visitante del Museo Nacional de las Artes Escénicas (nueva denominación del Museo Nacional del Teatro ), de Almagro, que abrió ayer sus puertas después de cerca de dos años cerrado. La localidad manchega reclamó ayer, Día Mundial del Teatro , su condición de capital del teatro español en un acto presidido por Su Majestad el Rey. Estuvo acompañado, entre otras autoridades, por el Ministro de Cultura, Ernest Urtasun , y el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page . Como preámbulo a la visita inaugural, la actriz Ana Belén y el actor Pedro Casablanc han leído el manifiesto por el Día Mundial del Teatro 2025, escrito este año por el dramaturgo y actor griego Theodoros TerzopoulosEl espacio ha levantado de nuevo el telón con un lema: ‘Un viaje en el tiempo a través de la historia y la evolución escénica’. Beatriz Patiño , directora del museo, dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas (Inaem) , justifica el cambio de nombre en acercar la institución «a nuestra misión. Nos nutrimos y nos alimentamos del resto de unidades de producción, que no solamente se ocupan del teatro, sino de las artes escénicas. La colección ha crecido en danza, por ejemplo, pero estamos en el inicio; tenemos el compromiso de acercar el resto de las artes escénicas; siempre desde la calma, porque requiere mucho estudio, mucha investigación y es un proceso muy lento».Ángel Martínez Roger , doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense además de licenciado en Interpretación por la Real Escuela Superior de Arte Dramático (Resad), es el comisario de la exposición permanente del museo. «Le faltaba el mundo contemporáneo -explica-; las artes escénicas del siglo XXI y buena parte del siglo XX estaban sin reseñar. Faltaban imágenes en movimiento y faltaba sonido. Las artes escénicas son fundamentalmente movimiento».Hasta ahora, explica Beatriz Patiño, el museo «no estaba creado como tal según la ley. Ahora se ha creado por real decreto , tal y como establece la ley de patrimonio. Adquirimos personalidad jurídica propia y se ha constituido un patronato con expertos y asesores técnicos tanto en artes escénicas como en museografía».Dos aspectos del museo; el comisario de la exposición permanente, Ángel Martínez Roger, y la directora del musceo, Beatriz Patiño Guillermo NavarroEl origen del museo se fecha en noviembre de 1919, cuando el entonces ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, José del Prado Palacios , autorizó la creación del ‘Museo-Archivo Teatral’, para el que se nombró director a Luis París . En 1924 se habilitaron dos salas en la planta noble del Teatro Real para la primera exhibición de los fondos de este museo. Desde el cierre, en 1925, del Teatro Real, dichos fondos pasaron por distintos lugares: el Museo Romántico, el antiguo Hospital General (hoy Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía) y el antiguo Museo Nacional de Arte Contemporáneo, en la Ciudad Universitaria de Madrid. En junio de 1989 se terminó la construcción de un edificio en la Plaza Mayor de Almagro, que se inauguró un mes después con una exposición temporal dedicada al teatro en España en el Siglo de Oro -hoy es la sede del Museo del Encaje-.El 4 de febrero de 2004, los entonces Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía inauguraron el nuevo Museo Nacional del Teatro, en los Palacios Maestrales de Almagro, un edificio situado junto a la Plaza Mayor que nació como sede cortesana del Maestre de la Orden de Calatrava y residencia de los frailes y caballeros calatravos.Guillermo NavarroCuenta Beatriz Patiño que los fondos del museo incluyen actualmente alrededor de 17.500 piezas -pintura, grabados, escenografías, figurines, legados y fondo antiguo…-, de las que solo hay expuesto un 0,2 por ciento, poco más de doscientas cincuenta piezas. El museo cuenta únicamente con una superficie de 470 metros cuadrados de exposición. La reforma efectuada en los últimos meses en el edificio ha permitido eliminar unas escaleras y sumar espacio expositivo. «Se ha ampliado en 142 metros cuadrados, al suprimir esas escaleras laterales que estaban pegadas justo en el cubo. Nos ha permitido que sea un edificio más limpio visualmente y, además, poder exponer obras pictóricas de gran formato que hasta ahora no podíamos mostrar».«Por la naturaleza de los materiales que contiene el museo -sigue su directora-, la exposición permanente va a tener un carácter rotatorio, sobre todo para garantizar la conservación; estamos hablando de material orgánico. Nos va a permitir también que seamos una institución viva y que podamos ir conociendo los fondos que están depositados». El museo contará próximamente con una sala de exposiciones temporales; el Inaem ya ha alquilado el monasterio de la Concepción Bernarda , edificio cercano a los Palacios Maestrales, que se dedicará a este cometido.Ángel Martínez Roger ha dispuesto un recorrido cronológico inverso en el museo; comienza con la sala dedicada a ‘Las artes escénicas en la actualidad y el siglo XX’; siguen ‘Entre el Romanticismo y la Ilustración’, ‘El Siglo de Oro y la Edad Media en escena’ y ‘Los orígenes’. Además, hay espacios dedicados a ‘La naturaleza y los elementos representativos’ -con salas dedicadas a los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego, y su tratamiento en las artes escénicas-; y diversas reproducciones de máquinas escénicas (con las que antiguamente se simulaba el sonido del viento, de la lluvia…), realizadas por Miguel Ángel Coso en el claustro del edificio. En todas las salas hay un vídeo con imágenes de montajes relativos a esas épocas, «para mostrar que el museo es una institución viva», dice el comisario.La exposición permanente cuenta con varias obras cedidas en depósito por instituciones como el Museo del Prado (piezas de Antonio María Esquivel y Vicente Palmaroli), Patrimonio Nacional (un significativo óleo de Germán Álvarez de Algeciras titulado ‘El último ensayo de un drama o El bufón del Rey’, de 1876), el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (un retrato de María Guerrero, obra de Daniel Vázquez Díaz) o el Museo de Historia de Madrid.No puede verse, por ley, una de las joyas históricas del museo: el corazón del tenor italiano Giuseppe Anselmi (1876-1929); éste, enamorado de Madrid dejó dispuesto que, tras su muerte, su corazón se quedara en el Teatro Real. Andrés Peláez , histórico director del museo, hablaba de él como «la sección de casquería». Pero hay otras piezas de gran valor, como el tapiz de lana ‘La cólera de Aquiles contra Agamenón’, de Jean van Leefdael (1603-1668), o la Real Orden, firmada por Pedro Contreras , sobre impuestos o limosnas de los Hospitales General y de la Pasión, propietarios de los Corrales del Príncipe y de la Cruz; un manuscrito del auto sacramental ‘El pleito matrimonial’, de Pedro Calderón de la Barca ; o la baraja del siglo XVIII que se encontró en 1953 el Corral de Comedias de Almagro y que fue el origen de que esta ciudad manchega sea la capital del teatro español. Además el museo cuenta, entre las últimas donaciones, los legados de Núria Espert, Lluís Pasqual o Gerardo Vera , que se suman a los de José Tamayo, la familia Burmann, la familia de Victorina Durán, los herederos de José Luis Alonso, Carlos Cytrynowski, Gregorio Martínez Sierra-Catalina Bárcena y la familia Gutierrez Caba, entre otros.Noticia Relacionada ciudad real estandar Si El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro recibe la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes ABC La directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Irene Pardo, ha recibido la Medalla en nombre de todo el equipo del certamen, expresando la «gran emoción» que representa este reconocimientoLa reforma del museo la han realizado los arquitectos Jesús Donaire y María Milans del Bosch. Las proyecciones son obra de Álvaro Luna, la iluminación de Juan Gómez Cornejo, el diseño gráfico de Inés Atienza, el espacio sonoro de Luis Miguel Cobo, y el diseño del vestuario de l personal de sala es de Rosa García Andújar. «El museo es un homenaje a las gentes del teatro -concluye Martínez Roger-. Para montar un museo de una disciplina o de un oficio, hay que ser un apasionado, hay que estar enamorado de lo que haces. Si no, es mejor que no lo montes».

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