Volvía a los ruedos el torero marcado por la sombra de su propio genio. Volvía el hombre que ha recorrido el infierno del sufrimiento, sin apenas recuerdos, con las arrugas que surcan el camino del dolor. Prisionero de una mente que lo atormenta, de esa mente que ha bordeado ese mar de Marinha Grandes, de ese mar que es el pensamiento, regresó doscientos largos después. Lo que su genialidad oculta ya no es un secreto. Y con toda su torería desgarrada, con un trébol de verónicas santas, regresó a la cara del toro en Almendralejo después de dos suspensiones por la borrasca en Olivenza. Fue igualmente la tierra extremeña testigo de su reaparición, de ese runrún a medio camino entre el miedo, la ilusión y el enigma. ¿Cómo vendrá el maestro? Desatado.Con un cuarto de hora de retraso arrancó el paseíllo. Las colas rodeaban el coso de la localidad pacense, que colgó el cartel de ‘No hay billetes’ casi dos décadas después. De buganvilla y oro pisó la arena en medio de una ovación general. Al principio y la final, cuando tuvo que salir a saludar una ovación interminable. Aplaudían los tendidos, aplaudían los matadores, aplaudían las cuadrillas, aplaudían los monosabios, aplaudían los areneros. El eco llegaba hasta al hotel Acosta donde había respirado los otros miedos, los miedos del otro toro. Para Guiomar, la madre de Pedro, su apoderado, fue el brindis de Cornetero, al que cortó las dos orejas. Puerta grande asegurada ya en su reaparición.Almendralejo Plaza de toros de Almendralejo. Sábado, 29 de marzo de 2025. Lleno. Toros de Juan Pedro Domecq Morante de la Puebla, de buganvilla y oro. Estocada desprendida (dos orejas). Emilio de Justo, de Borja Jiménez, de

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