Yolanda Díaz ha tratado este domingo, sin éxito, pasar desapercibida en la clausura de la segunda asamblea estatal de Sumar, ya apodada como la del ‘rearme’. Pese a los esfuerzos por camuflarse entre el pelotón de dirigentes a su entrada al Teatro Alcázar de la capital y de ceder el protagonismo a los dos nuevos supuestos coordinadores generales de Movimiento Sumar -Lara Hernández y Carlos Martín Urriza-, la vicepresidenta segunda y líder fáctica del partido lo ha terminado acaparando todo. La también ministra de Trabajo ha tirado una vez más del que ya se ha convertido en uno de sus colores fetiches, el azul bebé, para darse un baño de aplausos de militantes que le gritaban ‘¡Presidenta, presidenta!’ sin que ella haya podido hacer nada por evitarlo. Tampoco ha hecho amago. Hernández, secretaria de Organización, y Urriza, diputado y portavoz económico, se estrenaban en el liderazgo orgánico después de que la lista que encabezaban saliera vencedora con Díaz como número tres detrás de estos dos desconocidos afines a ella, desde donde seguirá moviendo los hilos de la formación parapetada en la coordinación institucional. Un cargo que fuentes internas llegan a equiparar al de la exministra Irene Montero en Podemos. Pero la puesta de largo ambos nuevos dirigentes quedó opacada por una Díaz que ha vuelto a llamar a la unidad de todas las organizaciones de la izquierda, incluido Podemos, a las que ha pedido «caminar juntas» para que Sumar vuelva a ser «clave» en el Gobierno de cara a las próximas generales, previstas para el año 2027, e incluso ha llegado a proclamar como vencedor de las mismas a su proyecto. Ese mismo que dejó descabezado y en manos de una gestora interina sólo diez meses después de lanzarlo.En cualquier caso, la estrella era ella. Hasta Pepe Álvarez, secretario general de la UGT, lo ha reconocido en su intervención, que no dudó en dedicar a la figura que, según él, dirige Sumar: Díaz. «Yolanda, eres una mujer comprometida, valiente, que no se arruga, que nunca da por perdida ninguna batalla», le ha dicho, deshaciéndose en halagos con la ministra de Trabajo pese a haberse mostrado muy crítico estos últimos días con el hecho de que haberle arrancado al PSOE la exención tributaria del salario mínimo sólo para este 2025. Noticia Relacionada estandar Si Sumar se prepara para revivir tras meses a la deriva Patricia Romero Yolanda Díaz saldrá elegida número tres de la lista que dirigirá su partido, por detrás de dos desconocidos afinesA los principales líderes sindicales de nuestro país -también ha hablado Unai Sordo, de CC.OO.-, les han seguido los portavoces del grupo parlamentario, Verónica M. Barbero, y del partido, el ministro Ernest Urtasun, que se han encargado de dar paso al momento álgido de la jornada, únicamente frustrado al inicio por un intento de escrache de una mujer enmascarada que, desde uno de los palcos, le ha atinado a decirle a Díaz segundos antes de ser expulsada de la sala: «De comunista a comunista, ¿cuántos depredadores sexuales más van a salir de sus filas?». «Ella no necesita presentación», se ha escuchado por los altavoces del Teatro Alcázar al tiempo que Yolanda Díaz ha hecho aparición en su escenario, siendo la única ponente de los allí presentes, incluidos los nuevos líderes, capaz de poner al público en pie con su sola presencia. Claro, que iban a verla a ella. Tras hacer un llamamiento a la unidad de la izquierda, incluido el partido de Ione Belarra, en línea con las resoluciones aprobadas e incorporada al nuevo ideario de la formación, la vicepresidenta segunda ha proclamado a Sumar como fuerza política que se proclamará vencedora en los próximos comicios generales o, al menos, como llave para reeditar un tercer gobierno de coalición progresista. «Sumar va a ser clave de nuevo para que el año 2027 volvamos a gobernar. La gente lo que quiere es que caminemos juntas, lo hemos hecho, nos hemos dado la mano. Nos quedan dos años para no sólo ganar las elecciones, sino para cambiar la vida de la gente, para ganar el país», ha señalado, al tiempo que ha apelado al mismo discurso del miedo a la llegada de la derecha y la extrema derecha al que se juraron no recurrir en exclusiva. «¿Os imagináis la España negra de Feijóo y Abascal? No van a ganar […] Para esto, Sumar, es decisiva», ha abundado.«¿Cuántos depredadores sexuales más van a salir de sus filas?», atinó a gritarle a la vicepresidenta segunda una espontánea del público a la que expulsaronDíaz está convencida, además, de que «ahora es el momento» de relanzar la agenda social del Gobierno de España y es aquí donde Sumar, que nació precisamente al calor de las generales de 2023 como ha explicado su líder, ha de jugar un papel clave como ha venido haciendo hasta la fecha, dice, para sacar adelante, entre otras medidas, la prestación universal por hijo a cargo, la universalidad de la escuela pública de 0 a 3 años, el llamado estatuto del becario o la intervención del precio público de la vivienda. En general, ha señalado, «sacar adelante a nuestro país de la precariedad». No se ha bajado del escenario sin sacar pecho las que son sus dos medidas estrellas de la legislatura -la reducción de la jornada laboral y la subida del salario mínimo- a la que añade una tercera: la exención tributaria del SMI. «Hemos demostrado que ganando derechos laborales, mejorábamos y le dábamos la vuelta a la economía de nuestro país», ha proclamado una Díaz enorgullecida de su labor al frente del Ministerio de Trabajo. En lo relativo a la defensa nacional, durante la media hora aproximada que ha durado su discurso (frente a los diez del de cada uno de los recién elegidos ‘líderes’) ni una referencia tan siquiera velada la OTAN, pese a posicionarse a favor de la salida de España en el Congreso hace apenas dos semanas. Los militantes de Sumar quisieron también enmendar el documento político para poner negro sobre blanco la salida de nuestro país de la Alianza Atlántica y que finalmente fue rechazada en la fase de votaciones aún reformulando la idea de abandono por la de «superar» la organización atlantista. «No es momento de rearmar Europa con 800 mil millones de euros, sino de refundarla. No es el cuánto, es a dónde vamos», se ha limitado a decir.
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