Birmania (Myanmar) se vuelca en las labores de rescate con los escasos medios de un país empobrecido y quebrado por la guerra civil. El violento terremoto de este viernes, d e magnitud 7,7, deja al menos 1.700 muertos, 3.408 heridos, y 138 desaparecidos según unas cifras oficiales que no dejan de aumentar y esconden todavía las auténticas dimensiones de la catástrofe.El daño a carreteras, aeropuertos y otras infraestructuras de transporte dificultan los esfuerzos, por lo que en algunas de zonas más dañadas de Mandalay , la segunda ciudad del país y la más cercana al epicentro, los vecinos tratan de revolver los escombros sin más recursos que sus manos en busca de supervivientes. La falta de conexión y la escasez de agua complica aún más la situación en la zona cero de la catástrofe.«Aunque aún estamos conociendo el alcance total de los daños, la mayoría de nosotros nunca habíamos visto una destrucción de este calibre », narra desde Rangún Haider Yaqub, director de la ONG Plan International en Myanmar. «Sin duda, las necesidades humanitarias serán significativas. Estamos trabajando para establecer contacto con las comunidades en las zonas más afectadas, dentro y alrededor de Mandalay. Sin embargo, ya sabemos que algunas infraestructuras críticas han quedado destruidas, que las líneas telefónicas fijas no funcionan y que viviendas y muchos otros edificios han colapsado». El derrumbe de un edificio en Mandalay como consecuencia del terremoto de magnitud 7,7 AFPEstas escenas contrastan con la operación empleada en Bangkok. Los efectos del seísmo alcanzaron la capital tailandesa, a unos 1.000 kilómetros de distancia, y provocaron daños en muchos rascacielos y el derrumbe de una torre de 33 pisos en construcción, en cuyo interior permanecen atrapados varias decenas de trabajadores, la mayoría de ellos también de origen birmano. Las fuerzas de rescate emplean drones, cámaras y perros de rescate para tratar de liberar a las víctimas 24 horas después del colapso. El número total de muertos en Tailandia se eleva a 17. «La diferencia en la respuesta sanitaria entre Birmania y Tailandia ha sido dolorosamente evidente»« Dos terremotos. Dos países. Dos realidades muy diferente s. Cuando un terremoto sacudió recientemente tanto a Tailandia como a Myanmar, la diferencia en la respuesta sanitaria ha sido dolorosamente evidente», ha criticado un ciudadano birmano de nombre Kyaw Zin Htet por medio de un texto público que se ha vuelto viral en las redes sociales del país.«En Bangkok, los pacientes son trasladados con calma en camas de hospital, atendidos por personal médico. Todo está organizado. Seguro. Apoyado. En Myanmar, la escena es desgarradora. No hay camas de hospital. No hay sistemas de emergencia. Solo heridos tendidos en el suelo—monjes, ancianos y civiles—siendo atendidos bajo luz tenue en el exterior de salas de emergencia desbordadas. Esto no es solo una diferencia de infraestructura. Es una diferencia de supervivencia», sentenciaba. «Nuestro pueblo no solo sufre por los desastres naturales, sino también por un sistema incapaz de protegerlos en tiempos de crisis».Luchas internas El golpe de Estado perpetrado en 2021 por la Junta Militar recrudeció las divisiones internas y se ha convertido desde entonces en una guerra civil abierta entre militares y varios grupos rebeldes. Un portavoz del autodenominado Gobierno de Unidad Nacional (GUN) ha denunciado que la Junta Militar ha seguido bombardeando ayer y hoy zonas afectadas por el terremoto como Monywa, Sagaing, Nawnghkio y el Estado Shan. Estos ataques habrían dejado este sábado 7 muertos y 7 heridos. La Fuerza de Defensa Popular, brazo armado del GUN, ha anunciado esta tarde un alto el fuego, «excepto en acciones defensivas» , durante dos semanas a partir de este domingo, así como la colaboración de sus servicios médicos con las organizaciones humanitarias internacionales. El presidente en funciones del NUG, Duwa Lashi La, ha emitido un vídeo en el que ha llamado «a todas las organizaciones étnicas revolucionarias aliadas y a los grupos de sociedad civil a ofrecer su apoyo a los necesitados» ante el desastre «más devastador en Myanmar en 186 años». «La magnitud de la pérdida es inconmensurable». Sus cálculos iniciales apuntan a 2.900 edificios, 30 carreteras y 7 puentes dañados. Se estima que las víctimas puedan superar las 10.000 Los modelos predictivos del Servicio Geológico de Estados Unidos, por su parte, han estimado que el número de víctimas podría superar las 10.000, y que los daños podrían exceder el PIB del país. La última vez que un temblor de tal magnitud acaeció en tierra firme fue en Turquía en 2023, evento que dejó más de 50.000 fallecidos.Mientras tanto, el líder de la Junta Militar, Min Aung Hlaing, que ayer realizó una extraordinaria petición de ayuda a « cualquier país o cualquier organización» , se ha desplazado a Mandalay. Allí ha ordenado a las autoridades «que apresuren los esfuerzos de búsqueda y rescate y que respondan ante cualquier necesidad urgente». El régimen, cumpliendo sus instrucciones, ya ha permitido la entrada de cientos de efectivos de rescate extranjeros en una misión que apenas acaba de comenzar.

Leave a Reply