El inusitado hermetismo interno que rodea la preparación de la tercera visita a China en apenas dos años realza la supuesta involucración de intereses ilegítimos que estarían explotando la debilidad institucional española. Todas las sospechas recaen sobre José Luis Rodríguez Zapatero . Múltiples fuentes han confirmado a este diario su presencia reiterada en China, sus intereses empresariales mediante proyectos como Gate Center o Onuart, así como sus actividades lobistas para afianzar la relación de China con España y otros países latinoamericanos , aunque coinciden también en la dificultad de probar su grado de intermediación efectiva. El último merodeo del expresidente tuvo lugar este martes como participante en el Foro Boao para Asia . Su figura, en cualquier caso, encaja con un patrón recurrente al que algunas voces consultadas por ABC se refieren como «paradiplomacia».Noticia Relacionada Supuestos sobornos a eurodiputados estandar Si Huawei, afilada punta de lanza de la tecnología china Jaime Santirso | Corresponsal en Pekín «Hay muchas empresas que buscan promover la relación para obtener algún tipo de ganancia personal, y se convierten en instrumentos para avanzar los intereses económicos y políticos de China en una dinámica muy unidireccional», expone un individuo involucrado desde hace años en los vínculos bilaterales, quien por motivos de seguridad prefiere mantener el anonimato. «China necesita amigos en Europa y España siempre va a cumplir, eso viene de lejos: nos dan cacahuetes en lo económico a cambio de apoyo político. China tampoco olvida que Zapatero promovió levantar el embargo de armas que la UE mantiene desde la matanza de Tiananmen». «El problema es de España», añade. «¿Qué hay más allá de una mera representación institucional? ¿Acaso tenemos oficinas especializadas en Exteriores, Defensa o Comercio, con equipos numerosos para preparar visitas regulares con fines administrativos y técnicos? Los chinos sí tienen esos mecanismos para empujar sus intereses, ya sea mediante el talonario o con herramientas institucionales muy ajenas a nuestra tradición, como por ejemplo las llamadas asociaciones de amistad».«Coladero»En países vecinos estas redes de influencia ya están bajo la lupa de las autoridades. En el caso de Francia, por ejemplo, un informe realizado en julio de 2024 por el centro de estudios Sinopsis alertaba de la existencia de «asociaciones profesionales» con «vínculos significativos con el aparato estatal del Partido Comunista Chino, especialmente con el Frente Unido», destinadas a facilitar «la transferencia de tecnología», su objeto específico de estudio. «Su condición jurídica como asociaciones francesas les ha permitido ser aceptadas como socios legítimos por instituciones del país » y «eludir las herramientas de seguridad económica, como los controles de exportaciones y la supervisión de inversiones extranjeras». La misma descripción y finalidad, en otros ámbitos, aplicaría a organizaciones similares presentes en España.«Aunque estas medidas han reducido la exposición de Francia […], todavía se ha hecho poco con respecto a este tipo de ‘riesgos internos’», concluía el informe. No consta que las autoridades españolas hayan llevado a cabo investigaciones similares, pese a la existencia de organizaciones activas de perfil y finalidad similar. «Cuando el Estado es débil China consigue colocarse en ambos lados de la relación», apunta otra fuente involucrada en el diálogo gubernamental. «No hay ningún país europeo que esté dejando entrar a tantas empresas chinas. España ahora mismo es un coladero».

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