La herencia de Manuel Borja-Villel en el Reina Sofía se va diluyendo y su sucesor, Manuel Segade , está imponiendo poco a poco su sello propio. Las exposiciones programadas por el anterior equipo han tocado a su fin (salvo alguna colaboración, como una antológica de Juan Uslé a partir del 22 de octubre) y ya ha comenzado a mudar de piel la reordenación de la colección permanente, dispuesta en ocho episodios. La ‘era Segade’ empieza por el tejado. Concretamente, por las terrazas del edificio Nouvel , de donde sale una pieza de Antoni Miralda , ‘Wheat & Steak’, y se incorporan desde hoy tres de Martín Chirino, Jesús Rafael Soto y Edgar Negret, bajo el título ‘Un orden distinto. Geometría utópica y arte cinético en las terrazas de Nouvel’. Se recupera así el interés por la escultura geométrica y cinética de los años 60 y 70, contenidos que no habían sido visibles hasta ahora. Muchas obras de estos años de la colección del museo fueron concebidas en su origen para estar expuestas al aire libre. Segade hace hincapié en que no se trata solo de instalar esculturas en las terrazas, sino que se ha concebido como una nueva ‘sala’ del museo que exhibe escultura inédita de su colección. Y es que las tres obras, pese a estar en sus fondos, se exponen por vez primera en el Reina Sofía. El acceso es gratuito , aunque hay que pasar por taquilla para recoger la entrada. Noticias relacionadas reportaje Si ARTE Clonando a Miguel Ángel Natividad Pulido reportaje Si El Thyssen, a la busca del arte amado por Proust Natividad PulidoDel venezolano Jesús Rafael Soto (1923-2005) se ha seleccionado una pieza de su serie ‘Penetrables’ , de 1982. Realizada en aluminio e hierro pintados y tubos flexibles de PVC, se invita al espectador a que la atraviese. Decía el artista que «el penetrable no es ni siquiera una obra, es una idea del espacio que puede materializarse en cualquier situación y a cualquier escala». Para Soto, «ya no hay espectadores, sino participantes». ‘Vigilante rojo’ (1979), de Edgar Negret Museo Reina SofíaPor su parte, ‘Vigilante rojo’ (1979), del colombiano Edgar Negret (1920-2012) , ha estado expuesta en el Tribunal de Cuentas Europeo, en Luxemburgo, adonde llegó como depósito temporal en 2015. Ha sido necesaria una restauración integral de esta pieza antes de su presentación. Realizada en chapa de aluminio pintada en rojo, deja el ensamblaje a la vista y parece bailar. Pertenece a una de sus series más emblemáticas. En su primer viaje a España en 1953 se obsesionó con Gaudí y sus ‘Guerreros’ de la Casa Milá (La Pedrera), de Barcelona. ‘Mediterránea (10)’, de Martín Chirino, 1971 Museo Reina SofíaFinalmente, ‘Mediterránea (10)’ (1971), de Martín Chirino (1925-2019) , uno de los fundadores del grupo El Paso. Décima obra de esta serie, que remite a sus viajes por Grecia e Italia (otras se hallan en el edificio Chrysler de Nueva York y en el Museo Middelheim de Amberes), la cultura mediterránea fue permeando su trabajo, con formas curvas, femeninas. La pieza, en acero laminado, soldado y pintado, cuenta con un acabado industrial, casi automovilístico. Explica Segade que irán rotando esculturas por las terrazas. Su intención es encargar a artistas piezas ‘site specific’ para el exterior del museo. De las cerca de 25.000 obras del Reina Sofía, entre 6.000 y 8.000 son esculturas. En el jardín de Sabatini lucen piezas monumentales de Miró, Calder (recientemente restaurada), Chillida, Cristina Iglesias, Dan Graham… En la plaza Juan Goytisolo, junto al acceso principal al museo, se halla una réplica de la escultura ‘El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella’, de Alberto Sánchez. La original se instaló en el exterior del Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937. Y en el patio del edificio diseñado por Jean Nouvel se alza ‘Brushstroke’ (Pincelada), de Roy Lichtenstein . La reordenación de las colecciones del Reina Sofía , que se prevé concluya en 2028, afectará a las tres plantas superiores de Sabatini (2, 3 y 4), que estarán dedicadas íntegramente a la colección permanente, mientras que las salas de Nouvel, la Sala A1 y la A0 se dedicarán a exposiciones temporales. Solo se mantendrá en su sitio actual el ‘Guernica’ . «No va a moverse de sitio» , advierte tajante Manuel Segade. ¿Y se atreverá a restaurarlo? Su antecesor así lo anunció, pero finalmente se echó atrás. Comenta el director del museo que lo ha estado hablando con el equipo de restauración y «no parece que tocándolo suponga un impacto significativo ni genere una mejora en el color que sea ventajosa. Por tanto, no se tocará». Salvo el icono de Picasso, todo el relato puesto en marcha por Borja-Villel será historia en 2028, incluido el contexto del ‘Guernica’ y las salas de las vanguardias históricas que acogen a otros pesos pesados como Miró, Gris y Dalí .

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