Sánchez echa mano de un nuevo núcleo duro para la guerra arancelaria

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Sánchez echa mano de un nuevo núcleo duro para la guerra arancelaria

Cada momento, en política como en la vida, tiene su afán. Y la guerra arancelaria iniciada esta semana por Donald Trump desde el jardín de la Casa Blanca -que ya ha sembrado el pánico en las bolsas de todo el mundo- ha llevado a Pedro Sánchez, como a todos los gobernantes europeos afectados por los aranceles del 20 por ciento impuestos desde el otro lado del Atlántico, a reaccionar. El presidente del Gobierno se rodeó el pasado jueves de los sectores afectados y de los agentes sociales en el solemne salón Barceló de La Moncloa, el de las más grandes ocasiones, para pronunciar un discurso en el que, además de detallar las primeras medidas a las que el Consejo de Ministros dará luz verde esta misma semana, habló de la «guerra de un solo hombre», en inequívoca referencia a Trump. Y anunció que el titular de Economía, Carlos Cuerpo, comparecerá en el Congreso de los Diputados (lo hará este mismo miércoles) para explicar la situación, tras una ronda con los partidos políticos del arco parlamentario. Con Cuerpo al frente, que ese mismo día por la tarde celebró la primera reunión con el responsable económico del Partido Popular (PP), Juan Bravo, y al día siguiente con el resto de fuerzas salvo Vox, vetada de nuevo por Moncloa, Sánchez saca a relucir a un nuevo núcleo duro de su Gabinete. Una ‘segunda unidad’, por utilizar una terminología propia del baloncesto, su deporte favorito, que rebasa incluso las lindes del Consejo de Ministros, y que tiene una diferencia esencial con el ‘quinteto inicial’, apurando la analogía, su carácter mucho menos bronco y desligado de la batalla política. Noticia Relacionada estandar No Los aranceles de EE.UU. ponen en riesgo 400 millones de exportaciones de vino español y más de 1.000 de aceite Claudia T. FerreroLa guerra arancelaria sitúa en segundo plano, por primera vez desde la investidura de noviembre de 2023, a figuras como la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, al ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños o a, entre otros, el titular de Transformación Digital y anterior jefe del Gabinete presidencial, Óscar López, hasta ahora puntales clave del Ejecutivo. Se trata de dirigentes, además, marcados por sus relevantes responsabilidades en el PSOE , dentro de un Consejo de Ministros donde hay hasta cinco líderes territoriales socialistas, una nómina a la que junto a Montero y López hay que sumar a Diana Morant (Ciencia), Pilar Alegría (Educación y Deportes, además de portavoz gubernamental) y Ángel Víctor Torres (Política Territorial), secretarios generales y aspirantes a la presidencia de la Comunidad Valenciana, Aragón y Canarias, como Montero y López lo son en Andalucía y la Comunidad de Madrid. La ‘segunda mitad’La ‘segunda unidad’ que entra ahora a la cancha, a pocos meses de que se cumpla en agosto el ecuador de una legislatura que Sánchez pretende llevar a término en 2027, aun sin Presupuestos, se aleja deliberadamente de la refriega política, al menos a priori. Aunque el propio Cuerpo ya dejó claro recientemente, en su disputa con la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz a cuenta de la reducción de la jornada laboral, que también puede jugar en ese terreno menos técnico o distinto de su perfil como economista. Junto a él, gana enteros ante el escenario que se avecina el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. A sus 72 años, es el ministro más longevo con diferencia, en un Gabinete que destaca por una media de edad joven , y de los pocos que llevan junto a Sánchez desde su primer gobierno, el surgido en junio de 2018 tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Veterano dirigente socialista con experiencia tanto en las instituciones comunitarias (fue de los primeros eurodiputados tras la entrada de España en la Unión Europea en 1986) como en la diplomacia, pues ejerció como embajador en Marruecos durante seis años con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, nunca ha dejado de ser un puntal para Sánchez, aun en un discreto segundo plano. Buen conocedor del sector, ayudó hace un lustro sino a frenar al menos mitigar la rebelión del campo, y ahora su interlocución en ese ámbito vuelve a ser fundamental. Junto a Cuerpo y Planas emergen figuras fuera de la mesa del Consejo de Ministros cuyo papel será fundamental. Empezando, sin duda, por los embajadores en Estados Unidos. En Washington, Ángeles Moreno, antigua numero dos de José Manuel Albares en Exteriores antes de recalar en la capital norteamericana, y el embajador ante la ONU, el exministro Héctor Gómez, que también fue en su día portavoz del PSOE en el Congreso, durante la pasada legislatura, y en quien siempre termina confiando Sánchez para puestos de responsabilidad.De la Rocha y ApariciDe vuelta a Madrid, la batalla arancelaria, que abarca aspectos tanto meramente económicos como diplomáticos, se librará también con dos figuras de peso específico desde hace tiempo en Moncloa. En primer lugar Manuel de la Rocha, al que Sánchez ya reforzó en el diseño de su nuevo Gabinete ascendiéndole al rango de secretario de Estado, manteniendo intactas sus funciones como secretario general de Asuntos Económicos y G-20 dentro del organigrama monclovita. El equipo de seguridad del presidente, en España y en otros lugares del mundo, ha vivido en muchas ocasiones una escena repetida que demuestra su ascendente sobre Sánchez. Y es que con frecuencia el jefe del Ejecutivo, antes de subirse al coche oficial, reclama su presencia en el mismo, cuando en principio iría en otro vehículo de la comitiva. «Manolo, que venga Manolo» , suele ordenar, para despachar mano a mano, aun de manera improvisada, asuntos con De La Rocha en el interior del coche oficial. China y Vietnam, primera parada para sortear los aranceles El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, emprenderá viaje a China y Vietnam este lunes, en lo que supone su tercera visita al gigante asiático en tres años. El viaje, acompañado por el ministro de Exteriores José Manuel Albares, llega en un momento propicio para fomentar las relaciones económicas y comerciales con ambos países, un viejo objetivo del Ejecutivo que con la amenaza para la economía española de las tarifas arancelarias impuestas por Donald Trump aparece como más oportuno aún. La intención del Ejecutivo, según fuentes del mismo, es empezar ese reequilibrio de fuerzas en la balanza comercial española tratando de abrir camino para los empresarios españoles, muchos de los cuáles viajarán en el avión presidencial, en los dos países asiáticos, dominados por sus respectivos partidos comunistas. Vietnam, que hasta ahora no había visitado ningún presidente español (José María Aznar tuvo que suspender a última hora una visita en 2000 por un atentado de ETA, dentro de una gira que sí le llevó posteriormente a Corea del Sur e Irán), supone una oportunidad de inversión dados sus cien millones de habitantes y su crecimiento sostenido al 6 por ciento. Especialmente en productos fitosanitarios y farmacéuticos, según detallan fuentes gubernamentales. En cuanto a China, el desequilibrio con ese país representa el 70 por ciento del déficit comercial total español. El Gobierno, aunque sabe que no es fácil penetrar en ese mercado ni tratar con sus autoridades (Sánchez volverá a reunirse con Xi Jinping durante la visita) aspira a lograr buenos acuerdos para las empresas españolas de diversos sectores, incluidas las de cosméticos, donde según las estimaciones hay importantes oportunidades. Sin descuidar el agropecuario, el porcino o los mercados más tecnológicos, con especial atención al de baterías. España ya se opuso en otoño a los nuevos aranceles de la Comisión Europea a los coches eléctricos chinos, un gesto que el Gobierno espera que tenga recompensa.Coetáneo y paisano de Sánchez, pues como el presidente nació en Madrid en 1972, es economista y ha trabajado para el Banco Mundial y para la Comisión Europea. Tras la llegada de Sánchez por primera vez a la secretaría general del PSOE, en 2014, se ocupó del área económica del partido, hasta que en junio de 2018, nada más llegar el líder socialista al poder, se convirtió en director de Asuntos Económicos y G-20. Es hijo del dirigente socialista Manuel de la Rocha Rubí , primer alcalde democrático de Fuenlabrada (Madrid) y luego consejero de Educación y Juventud en el primer Gobierno de la Comunidad de Madrid, que presidió Joaquín Leguina. Otra coincidencia biográfica con el presidente, hijo de un socialista que ocupó cargos de relevancia en la administración de Felipe González en los años ochenta.Y por último, pero no desde luego menos importante en esa ‘segunda unidad’, aparece la figura menos conocida para la opinión pública de todas las citadas, la diplomática Emma Aparici , secretaria general de Asuntos Exteriores. Siempre en la sombra, pero siempre junto al presidente, sobre todo en sus viajes al exterior, como el que esta semana hará a China y Vietnam, o en las reuniones del Consejo Europeo en Bruselas. La cercanía de Sánchez con Aparici no es menor que con De La Rocha, siendo dos de las personas que mejor saben incluso anticipar lo que el presidente piensa en cada momento o requiere. La respuesta a los inéditos aranceles impuestos desde Washington, y el rearme europeo y atlántico ante la situación en Ucrania, aunque Sánchez aboga por evitar ese término , marcarán la agenda mundial, comunitaria y nacional hasta, al menos, el verano. Y la ‘segunda unidad’ de Moncloa ya está activada para ello.Carlos CuerpoEl ministro de Economía explicará este miércoles en el Congreso el plan sobre los aranceles y ya ha negociado con el PPLuis PlanasEl veterano ministro de Agricultura tiene de nuevo el reto de calmar a un sector que está entre los principales afectados por los arancelesManuel de la RochaDesde 2018 es uno de los principales colaboradores de Sánchez, que en 2023 le dio rango de secretario de Estado en Moncloa y a quien siempre recurre como consejeroEmma ApariciLa secretaria general de Asuntos Exteriores en Moncloa es una figura muy poco conocida para la opinión pública pero escencial en el engranaje de Moncloa

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