Son noticias reconfortantes para los aficionados al deporte, a la Fórmula 1. El mejor coche no puede con el mejor piloto. Aún hoy, año 25 del siglo XXI, cuenta más la voluntad y el talento que la ingeniería y la industria. Max Verstappen hunde a McLaren en el Gran Premio de Japón. Gana la carrera por liderazgo, autoridad y clase al volante frente a un rival inferior, Lando Norris, y un auto superior al Red Bull, el McLaren. Fin de semana modélico de Verstappen, sólido, siempre enfocado en el objetivo de la victoria, sin un error, sin hacer malabarismos y someter al personal porque no tiene ya la mejor montura. Autor de la pole en una vuelta estratosférica y vencedor de principio a fin en Suzuka, la 64 de su vida, sin dar una sola opción a un Norris que no puede con él.A los españoles les queda el amargo sabor de luchar por poco, un esfuerzo poco visible, sin cuota de pantalla en las imágenes de televisión, Fernando Alonso undécimo y Carlos Sainz decimocuarto, en franja similar de rendimiento del Aston Martin y el Williams.Noticias relacionadas estandar Si De Lawson a Kvyat: las víctimas que deja Verstappen en Red Bull José Carlos Carabias estandar Si fórmula 1 | Ferrari «Déjame a mí, por favor»: el tenso debut de Hamilton con su ingeniero por la radio José Carlos CarabiasHabía comentado Lando Norris, chico amable, familia acomodada, piloto rápido, que «no es necesario tener instinto asesino» para ganar en F1. No puede haber afirmación más equivocada en un mundo de caimanes donde solo con dentelladas se puede progresar.Norris tuvo una actuación muy decepcionante en Suzuka, al nivel de su rendimiento frente a Max Verstappen en el tramo final de la pasada temporada. Viaja en el bólido más rápido de la F1, pero se topa con el piloto que marca la diferencia. Según el antiguo patrón Ecclestone , «el mejor piloto de la historia».Y no es descabellada la afirmación, aunque la arrogancia del neerlandés lo convierta en ocasiones en un tipo insufrible. La carrera se resume en una imagen aérea. Dos motas papayas persiguen a un punto blanco (redecorado así en Japón, última carrera con el motor Honda) . Una vuelta detrás de otra, sin opción al cambio, sin posibilidad de aproximarse a menos de un segundo y usar así el DRS, el invento del alerón trasero abierto que permite más velocidad.Norris no necesita instinto asesino, dice, y eso se nota en su actitud durante el gran premio. Ni una sola vez le lanza el coche a Verstappen porque no se acerca, hay un muro tal vez psicológico entre él y el holandés. Un segundo. Se pasa la vida, las 53 vueltas de Suzuka, en una franja que navega entre 1,2 y 1,4 segundos. Incidente en el pitSolo una vez lo tiene a tiro, y no es por su pericia, sino por la velocidad de los mecánicos de McLaren en el cambio de ruedas. Entran juntos Verstappen y Norris al garaje y salen más juntos aún, los empleados de McLaren han ganado el segundo con las pistolas y los neumáticos.Salen en paralelo en la calle del ‘pit’, pero Verstappen con el morro por delante. Norris se coloca en línea, donde se puede luchar, pero atraviesa la hierba en la estrecha pista de Suzuka. «Me ha echado fuera», se queja. Ni ahí tiene razón. Verstappen ha sido legal en la maniobra, sin mover el volante ni cambiar la trayectoria.«Hay que adelantar a Max en pista», le dicen por la radio a Norris, mientras su compañero Piastri reclama cambio de posiciones por tener más ritmo. McLaren levanta las manos en son de paz. No permite el intercambio.Verstappen es un mazo, clava cada vuelta, sus neumáticos no desfallecen, siempre redondo, y Norris sigue como siempre, a 1,2 segundos, nada que hacer. «Ha sido duro, porque los McLaren han empujado mucho, pero tenemos un coche en buena forma», miente Verstappen en las declaraciones. El otro Red Bull, el del debutante Tsunoda, acaba duodécimo, fuera de los puntos.«Nos faltó algo, sí, Max no ha cometido ningún error, teníamos un ritmo parecido», explica Norris. Faltó el nivel de pilotaje de Verstappen, un tipo que da sentido a las carreras.Por detrás pasaron pocas cosas en una carrera más bien aburrida. El circuito de Suzuka es fantástico, sus trazadas, su concepción a la antigua, sus eses, la curva 130R y demás, pero es casi imposible adelantar.Alonso salió duodécimo y terminó un puesto por delante, undécimo, en una mañana en la que quedan al aire las limitaciones de velocidad del Aston Martin (su compañero Stroll fue el último). A la tercera, es el primer gran premio que concluye el asturiano en 2025.Y Carlos Sainz se pasó el día detrás de Liam Lawson, el descendido a Racing Bulls. Finalmente consiguió superarlo para sellar un puesto 15º que dice poco, toda vez que su compañero Albon finalizó noveno, en los puntos.

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