El Papa reaparece en público en la Plaza de San Pedro del Vaticano

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El Papa reaparece en público en la Plaza de San Pedro del Vaticano

«Feliz domingo a todos», ha dicho el Papa Francisco con voz muy débil . «Muchas gracias». La oficina de prensa del Vaticano había avisado de que el ángelus del Papa a mediodía tendría lugar en una modalidad diferente a la de las últimas semanas, pero nada hacía sospechar que el Papa Francisco bajaría personalmente a la plaza de San Pedro para el Jubileo de los Enfermos.Cuando el arzobispo Rino Fisichella estaba a punto de dar la bendición para concluir la misa, el Papa Francisco ha salido en silla de ruedas por las puertas de la basílica , acompañado por el comandante general de la Guardia Suiza, Christoph Graf; el enfermero del pontífice Massimiliano Strappetti y uno de sus secretarios, el sacerdote Juan Cruz Villalón. Los peregrinos lo han visto por las pantallas y han comenzado a aplaudir.Durante los diez minutos que ha estado al aire libre, el Papa tenía las cánulas nasales y no podía mover los brazos con normalidad, pero sí sonreía, se detenía a saludar a algunas personas que le estrechaban la mano y ha impartido con relativa soltura la bendición hacia la plaza. Bajo la sotana llevaba un jersey de lana blanc o. En la silla de ruedas llevaba el dispositivo para recibir oxígeno, y su secretario tenía una botella de agua con una pajita para que pudiera beber cómodamente.Noticia Relacionada estandar Si El Papa mejora levemente pero sigue aislado en Santa Marta Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en El VaticanoAdemás de salir a la plaza, minutos antes, «ha recibido el sacramento de la confesión en la basílica de San Pedro, se ha detenido en oración y ha atravesado la Puerta Santa», según explicó el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni.Después de dos semanas dentro de una burbuja en el segundo piso de Casa Santa Marta, sin recibir a nadie ni mantener reuniones, Francisco ha interrumpido su personal «confinamiento», para mostrarse ante unas veinte mil personas, la mayoría enfermos y sanitarios. El Papa no había aparecido en público ni se había escuchado su voz desde que fue dado de alta del Hospital Gemelli el domingo 23 de marzo, hace justo dos semanas.Esta vez ha pronunciado menos palabras, pero ha tenido que hacerlo dos veces, pues con las prisas no se escuchó su primer saludo cuando le acercaron el micrófono. « Feliz domingo a todos. Muchas gracias», ha repetido . La fisioterapia motora y respiratoria junto a la terapia farmacológica están dando buenos resultados, pues este domingo tenía mejor aspecto y la voz aún muy débil, pero mucho mejor que hace quince días.Ensayo para la Semana SantaSu saludo ha sido probablemente un ensayo general del esquema que desea seguir en las grandes ceremonias de Semana Santa que comienza el próximo domingo: que las misas y el Triduo Pascual sean celebradas por un delegado , y que él entre para la bendición final. Esta semana el Vaticano dará a conocer el plan definitivo. En la plaza ha tenido lugar una misa de clausura del Jubileo de los Enfermos y los Sanitarios. La homilía estaba firmada por el Papa, pero ha sido leída por el arzobispo Rino Fisichella, principal organizador del Jubileo. En ella solicita a la sociedad que «no relegue al que es frágil, alejándolo de nuestra vida, como lamentablemente vemos que a veces suele hacer un cierto tipo de mentalidad». Con tono personal, Francisco reconoce que « la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida , en la que percibimos nuestra fragilidad, pero Dios no nos deja solos»; y por eso compara la cama de los enfermos con un «lugar sagrado de salvación y redención». «En este momento de mi vida comparto mucho con ustedes», dice dirigiéndose a los enfermos. Se refiere por ejemplo a la experiencia «de sentirnos débiles, de depender de los demás para muchas cosas, de necesitar apoyo». « No es siempre fácil , pero es una escuela en la que aprendemos a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir», asegura. A lo sanitarios les dice que al atender a los pacientes también «curan sus propios corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego de la compasión». La ayuda a las personas frágiles es una « oportunidad de renovar vuestra vida , nutriéndola de gratitud, de misericordia y de esperanza; de alimentarla con esa humanidad que se experimenta cuando dejamos caer las máscaras y queda sólo lo que verdaderamente importa, los pequeños y grandes gestos de amor». También el Vaticano ha distribuido un texto que el Papa había preparado para el ángelus, en el que además de rezar por los enfermos, denuncia que «los médicos, enfermeros y trabajadores sanitarios, no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones». «Espero que se inviertan los recursos necesarios para la atención y la investigación , para que los sistemas sanitarios sean inclusivos y atiendan a los más frágiles y pobres», añade.También solicita oraciones por la paz «en la martirizada Ucrania, golpeada por ataques que provocan muchas víctimas civiles, entre éstas muchos niños». También menciona a Gaza, «donde la gente se ve obligada a vivir en condiciones inimaginables, sin techo, sin comida, sin agua potable ». «Que callen las armas y se reanude el diálogo; que se libere a todos los rehenes y se socorra a la población», añade. «Recemos por la paz en todo Oriente Medio; en Sudán y Sudán del Sur; en la República Democrática del Congo; en Myanmar, duramente probado también por el terremoto; y en Haití, donde arrecia la violencia, que hace unos días acabó con la vida de dos religiosas», concluye el mensaje.

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