La muerte de tu pareja: cómo sanar la herida que deja esa pérdida

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La muerte de tu pareja: cómo sanar la herida que deja esa pérdida

¿Hay algo que dé más miedo que la muerte? Y no hablamos de la propia… La que aterra de verdad es la de un ser querido: un familiar, un amigo, la pareja… y ninguna de ellas se vive de la misma forma.Se habla de muchos procesos de duelo pero no en concreto de la muerte de una pareja, que es una experiencia profundamente dolorosa y puede desencadenar una serie de procesos psicológicos complejos . En general, las personas suelen pasar por varias etapas de duelo que pueden incluir la negación, la ira, la negociación, la depresión y, finalmente, la aceptación . Es decir, tras la pérdida, es completamente normal sentirnos perdidos y sentir emociones muy intensas.Noticias relacionadas estandar No María de León «La plenitud se logra viviendo alineado con quién eres» Laura Pintos estandar No Qué son los incels y qué significa la regla 80/20 según una psicóloga Melissa GonzálezCada persona vive el duelo de manera diferente, y no hay un «camino correcto» a seguir. La tristeza profunda , confusión y soledad suelen estar presentes, pero también puede haber momentos de nostalgia y recuerdos felices que pueden ser tanto reconfortantes como dolorosos.Además, es posible experimentar cambios en tu identidad en tu vida cotidiana, ya que la relación con tu pareja era una parte fundamental de tu vida. Es importante permitirse sentir y expresar estas emociones, y buscar apoyo en amigos, familiares o profesionales si es necesario. El proceso de duelo puede ser largo y complicado, pero con el tiempo, muchas personas encuentran formas de seguir adelante y honrar la memoria de su ser querido. Recuerda que no estás solo en esto y que está bien buscar ayuda.Qué supone perder a la parejaEste proceso psicológico y emocional no es igual para todos. Aunque todos atravesamos las mismas fases (negación, negociación, ira, depresión y aceptación), hay varios factores que influyen en la intensidad del duelo y en cómo vamos a gestionarlo. «Igual que el amor en la pareja se va transformando y madurando conforme va pasando el tiempo por esas dos personas, el dolor tomará sus formas dependiendo del momento de la pérdida. Es conveniente observar los distintos efectos si, por ejemplo, el fallecimiento de la pareja es en torno a la vejez influyendo así en un duelo por toda una vida en común, o si por el contrario, la pareja acababa de iniciar ese proyecto vital en común, con o sin la crianza de unos hijos, etc.», recalca Mar Agüeros, psicóloga en el Centro Psicológico Madrid Cepsim . Indica la experta que son partes de nosotros mismos que se ponen al servicio de ese dolor y nos conecta y resquebraja de distintas formas: «La sensación de finitud, la actitud frente a la vida, las motivaciones internas, la disponibilidad de recursos, la vitalidad… estos y otros tantos elementos entran en juego en este frente a la adversidad tomando diferentes formas y diferentes expresiones». Este duelo se vive de una forma muy personal e intensa, precisamente por el vínculo emocional, vital y cotidiano que hemos compartido hasta el momento. Paloma Rey , psicóloga, indica que existen diversos factores: – Pérdida del proyecto de vida y la cotidianidad : con el fallecimiento de la pareja, no sólo perdemos a nuestro compañero de vida, sin también el proyecto de vida que juntos hemos creado. Nuestros planes de futuro, rutinas y sueños se ven truncados por la pérdida y esta ausencia puede provocar un vacío emocional y existencial muy profundo. – Pérdida de identidad y de rol de la persona afectada : tras el fallecimiento, no sólo perdemos a nuestro ser querido, sino también perdemos una parte de nosotros mismos. «Quiénes somos ahora y qué vamos a hacer son algunas de las preguntas que más solemos hacernos y son consecuencia de la desorientación y más cuando llevamos muchos años juntos», dice la experta.- Sentimiento de soledad : aunque tengamos muchos (y grandes amigos) y familia que nos ayude a transitar el duelo, lo cierto es que la intimidad compartida con la pareja es difícil de reemplazar. – Duelos asociados : la pérdida de la pareja conlleva también otro tipo de duelos secundarios: rutinas, amistades comunes, posición económica, roles familiares… – Proceso más largo : este tipo de duelos suelen tardar más en resolverse por el nivel de reestructuración que implica no sólo en la vida cotidiana sino también en la forma que tenemos de vernos a nosotros mismos.No olvidar al fallecido«El duelo es un proceso de afrontamiento , de poder dar lugar al dolor, que se recoloque en nuestro mundo interno para que esa herida escueza menos. La vida no es ni justa ni ordenada, y el dolor inevitablemente va a llegar y se va a quedar con nosotros», recalca Mar Agüeros. Es importante ser conscientes de esto, darnos la posibilidad de no pelearnos y rebotarnos con algo que es superior a nuestra lógica. Sabemos que la vida tiene un inicio y un fin, pero el proceso del dolor no va con esa lógica, tiene su propio tiempo, su propio recorrido, es arduo y complejo y no nos queda otra que obedecerlo. Tenemos la posibilidad de hacer una revisión de lo acontecido, de construir algo nuevo después de lo derribado, adaptarnos al medio en el que nuestro fallecido ya no está». La disponibilidad del doliente para empezar nuevas relaciones, nuevas rutinas, etc. depende no de olvidar al fallecido, sino de encontrarle un lugar apropiado en nuestra vida psicológica, un lugar importante, pero que deje espacio para lo demás y los demás. Pensar el dolor sin negarlo, sin dulcificarlo, pero también sin reducirlo a una experiencia oscura y sin salida, es la clave», concluye la experta Mar Agüeros.

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