Iglesias compara a Yolanda Díaz con Errejón: «Se enamoró de la fama y cambió»

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Iglesias compara a Yolanda Díaz con Errejón: «Se enamoró de la fama y cambió»

En realidad, Pablo Iglesias nunca se fue. Pese a abandonar todos sus cargos orgánicos en Podemos, así como la política institucional, a mediados del año 2021, el que fuera exvicepresidente del Gobierno en la anterior legislatura continúa ‘de facto’ ejerciendo como gurú político del partido morado en la sombra y en la no tan sombra ya sea para reventar el bipartidismo con su discurso antisistema o para ordenar a la actual cúpula no dejarse seducir por los cánticos de sirena de una Yolanda Díaz que llama a la reconciliación y que da por «muerto» a Sumar , esa operación política que el PSOE orquestó, según dicen tanto él como Irene Montero o Ione Belarra, para matar a Podemos y sustituirlo por una izquierda dócil que suavice sus discursos a cambio de cinco sillones en el Consejo de Ministros. Ahora, cuatro años después y a las puertas del congreso ordinario de la formación morada, que revalidará a Belarra, su sucesora al frente del partido (que no del grupo parlamentario porque esa fue la mismísima Díaz) en el poder, ajusta cuentas con si no todos, gran parte de sus rivales políticos y mediáticos en su última publicación ‘Enemigos íntimos. Cómo entender la derechización de España’, el cual, pese a recibir este título, dedica la mayoría de sus páginas a figuras del espacio de la izquierda de nuestro país . Entre ellas, la exalcaldesa de Madrid y fundadora de Más Madrid, Manuela Carmena; el exportavoz de Sumar en el Congreso y también fundador de Podemos, Íñigo Errejón; o la propia vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo del Gobierno desde 2020, Yolanda Díaz, a quien dedica un capítulo entero llamado ‘Yolanda en la corte del rey Felipe’. Según escribe en el prólogo su editora, la ex del equipo del Ministerio de Igualdad de Irene Montero y periodista de ‘Canal Red’, la tele de Podemos, Irene Zugasti, el libro de Iglesias « no es una ‘vendetta’ ni una sastrería de trajes baratos a unos cuantos personajes aunque bien se lo merece». Cualquiera lo diría. Noticia Relacionada estandar Si La nueva cúpula de Podemos: propalestinos, antifascistas, gente de la tele del partido y un consejero de RTVE Patricia Romero La líder morada busca perpetuar el tándem que ya forma con la artífice de la ley del ‘sí es sí’, la exministra Irene Montero«Yo a Yolanda la quería mucho. Era una amiga personal, no solamente una compañera […]. Era una de esas figuras amables de la izquierda amiga, una mujer con un discurso duro y una persona de confianza. Siempre los consideré a ella y a su familia amigos personales. Políticamente también confiaba mucho en ella […]». Con este atisbo de rendición de pleitesía, que ya no se repite más en todo el capítulo, es como el fundador de Podemos arranca las páginas que dedica a Díaz, a quien explica que conoció en las juventudes comunistas de los años noventa, aunque no volvieron a coincidir hasta años después en una iniciativa sobre la refundación de la izquierda organizada por el líder del PCE y actual diputado de Izquierda Unida, integrado en Sumar, Enrique Santiago. A partir de ahí, él se fue a trabajar con ella a Galicia y se hicieron «finalmente amigos».Todo ello sumó para que, en junio de 2021, Iglesias y el resto de la entonces cúpula de Podemos decidieran apostar por una figura «aliada», «capaz» y que «no hubiera sido golpeada mediáticamente» como él y su pareja, Irene Montero, lo llevaban siendo durante años. «Yolanda era ideal», sostiene al tiempo que reconoce que la primera opción siempre fue la entonces ministra de Igualdad. «El hecho es que aunque Irene fuera, quizá, la opción natural y con más apoyos, estaba ya en el punto de mira y la reacción a una decisión así, siendo además mi pareja, habría sido tan machista y feroz que no era una alternativa realista que poner sobre la mesa en ese momento». Ahora, en pleno 2025, parece que sí lo es, ya que Belarra ha pedido a su número dos que encabece una futura candidatura electoral a próximas generales que «no sea sólo de Podemos» y en la que habrán de batallar por atraer a los actuales aliados de Díaz y de Sumar. Yolanda, «el error más grande» de PabloY así fue cómo, siendo consciente desde un principio de que «no iba a ser lo mismo […] pero que sería leal», Iglesias y Montero cedieron el poder de Unidas Podemos a la persona que años más tarde calificarían como «el error más grande» cometido por la formación morada en los últimos años como hizo precisamente la actual eurodiputada también en su último libro ‘Algo habremos hecho’, en el que también se desquita con la vicepresidenta Díaz. Explica Iglesias a continuación el cómo empezó todo o, mejor dicho, dónde. Fue en el acto de Valencia de ese mismo año, organizado como una escenificación de posibles alianzas de cara al próximo ciclo electoral, que contó con la participación de Mónica García (Más Madrid), Mónica Oltra (Compromís) y Ada Colau (comunes), y para el que, sin embargo, no recibieron invitación ni Montero ni Belarra. «Si hubiera sido un poco más cínica y no hubiera sido tan evidente su voluntad de destrucciòn de Podemos […], Yolanda habría podido reconfigurar las cosas y habrìa contado con los cuadros políticos a su favor porque son pragmáticos y saben reorientar sus lealtades. Pero ella no supo ser nada de eso», lamenta.«No es muy diferente de lo que le pasó a Errejón»Con todo, opina que lo que realmente le ocurrió a Díaz tras ser designada su sucesora fue que la ahora líder de Sumar «se enamoró de la fama y cambió su forma de actuar, su imagen, su tono». «Nunca imaginó que fuera a tener un papel tan relevante, con tanta exposición, con tanto poder y que generase tantas atenciones, tantas pasiones […]. No es muy diferente de lo que le pasó a Errejón », prosigue. Algo que, a su juicio, acabó derivando en una «personalidad forzada, que durante un tiempo parecía que iba a ser arrolladora y que iba a llevar a la izquierda muy lejos». No es el único paralelismo que dice Iglesias encontrar entre Díaz y Errejón, quienes «en un momento dado se creyeron eso de que ‘a mí España me ama’». « Ambos eran una construcción mediática para construirnos . Así se lo advertí a ella una de las últimas veces que nos vimos, aunque me temo que entonces ya había subida a esa nube de narcisismo de la que no ha sabido bajar». Recuerda escribirle un mensaje para pedirle explicaciones sobre los vetos a las ministras Montero y Belarra en el acto de Valencia al cual le «contestó con mentiras»: «Que ella no sabía nada, que eran otros los que lo habían organizado…», recuerda Iglesias que le dijo. «A partir de ahí, se empieza a formalizar el mentir como estrategia y el exhibir una hipocresía que llegaba a ser esperpéntica», la acusa en el libro. Y en paralelo a ese proceso, ahonda el exvicepresidente, lo que operó también fue «el miedo a perder ese poder de seducción, a dejar de ser esa persona a la que todos miran cuando entra a una sala, al vacío de quedarse desposeída de todo eso».Ahora bien, concluye Iglesias en referencia a los vetos en las listas del 23-J, «si el objetivo de Sumar era retener el poder que había acumulado Podemos, lo que se ha demostrado es que el pegamento de ese espacio era básicamente quien habían dejado fuera. Y este proceso representa el fracaso de Yolanda en la construcción del partido sin primarias, sin procesos, con formas autoritarias, un acuerdo entre direcciones políticas cuyo botín era repartirse Podemos. Apenas un año después de las elecciones de 2023, ya se evidenció que Sumar no funcionaba, porque ni sirve para que el PSOE gobierne con comodidad ni mucho menos para ganar unas elecciones».Iglesias no ve a Díaz seguir en políticaEn cualquier caso, no ve a la actual vicepresidenta segunda «siguiendo en política después de todo lo que ha pasado» y en este sentido, no cree que Díaz vaya a querer repetir encabezando una lista electoral ni ejercer otra vez como diputada rasa. «Aunque quién sabe», dice.

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