La Comisión Europea tiene la competencia exclusiva sobre todo lo que se refiere al comercio exterior de la UE, lo que no impide que los gobiernos nacionales puedan jugar un papel en determinado momento a la hora de preparar el terreno o de transmitir ciertos mensajes. El viaje a China del presidente del Gobierno Pedro Sánchez tiene carácter «bilateral» según fuentes oficiales, lo que no excluye que pueda transmitir informalmente un mensaje sobre el ambiente en las instituciones comunitarias. En todo caso, la Comisión pide a todos los gobiernos de los países miembros una coordinación «al máximo posible» con las líneas de Bruselas, para evitar que se produzcan distorsiones o malas interpretaciones en asuntos delicados.«La presidenta ha estado en contacto con los líderes en los últimos días en este contexto de los aranceles. Naturalmente, cuando habla con líderes hablan de estos problemas» ha explicado Paula Pinho, la portavoz de Von der Leyen a preguntas sobre el viaje de Sánchez a Pekín. Esta formulación se refiere a los contactos habituales y genéricos que tiene Von der leyen con los gobiernos nacionales, pero no especifica que la visita a China haya sido objeto de una preparación concreta con Bruselas. Es más, la portavoz ha dejado claro que en estos momentos «no voy a llegar a decir que haya un jefe de gobierno que represente a la UE en estos viajes al extranjero» como se ha llegado a dar a entender desde el entorno del Gobierno, y además «la idea es que cuando un líder viaja ha de tener en cuenta que sus mensajes tienen que estar lo más coordinados posible» con la Comisión.Noticia Relacionada estandar Si La sombra de la «paradiplomacia» de Zapatero enturbia una visita a China llena de incógnitas Jaime Santirso | corresponsal en Pekín El exjefe del Ejecutivo hace ‘lobby’ por el país asiático en España y América LatinaFortaleza en la unidad La fortaleza de la posición europea se fundamenta precisamente en la unidad entre sus miembros. Si cada país pretendiese influir por su cuenta sin tener en cuenta al conjunto del mercado interior, sería catastrófico incluso para la supervivencia de la UE . En ocasiones, hay dirigentes nacionales que acompañan a la presidenta de la Comisión en determinadas gestiones, para reforzar sus posiciones. Marco Buti, ex director general de Economía y jefe de gabinete del anterior comisario, el italiano Paolo Gentiloni, lo explicó recientemente en una entrevista: «Los mediadores son importantes cuando hablan en nombre de la unión, no cuando representan sus intereses nacionales». Por ejemplo, el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, sorprendió a todos cuando se reunió personalmente con Donald Trump en su residencia de Florida el pasado sábado 29 de marzo, pero no habló en ningún momento de representar a la UE en estos tensos momentos . La información oficial habla de que «los presidentes se reunieron para desayunar, jugaron una ronda de golf y almorzaron juntos. Durante la visita, abordaron, entre otras cosas, las relaciones entre Finlandia y Estados Unidos, así como cuestiones actuales de política exterior y de seguridad, incluida Ucrania». Desde La Moncloa han dejado claro que la visita de Sánchez a Pekín es un viaje bilateral, lo que no es óbice para que «como siempre se hace, haya habido una coordinación a todos los niveles con la UE», de la que no se ha informado. En todo caso, se entiende que si el presidente del Gobierno quiere hablar en nombre de la UE o manifestar las posiciones europeas ante sus interlocutores en Asia, eso le obligaría a informarles a su regreso de sus eventuales resultados.La situación de las relaciones entre China y la UE no tiene las mismas características que puede tener la crisis arancelaria que ha desencadenado la Administración Trump y tiene que ver con otro tipo de factores muy diferentes. Estados Unidos ha sido hasta ahora el principal socio estratégico de la UE, mientras que China se considera un competidor no amistoso. En su viaje a Pekín el año pasado , Sánchez abogó por la retirada de los aranceles a los vehículos eléctricos chinos que había impuesto la Comisión y que habían sido apoyados por otros países, entre ellos Alemania, que es el principal fabricante europeo de coches. Esta posición de Sánchez fue mal vista en Bruselas, porque desautorizaba la política comunitaria, y no tuvo el menor efecto ni en la posición de Bruselas ni en la de Pekín, salvo dar a entender que llegado el caso Sánchez podía ser un eslabón débil dentro del Consejo Europeo.Actualmente, la Comisión mira hacia China con bastante desconfianza teniendo en cuenta la implicación directa de Pekín en la asistencia técnica y tecnológica a Rusia en su agresión contra Ucrania . Aunque China es, junto a la UE y Estados Unidos, el tercer lado del triángulo que enmarca más de la mitad de los intercambios comerciales de todo el mundo, Bruselas contempla con gran desconfianza al gigante asiático. Recientemente se ha aprobado una legislación para reforzar la independencia estratégica de Europa frente a China en aspectos fundamentales como los minerales estratégicos o los semiconductores, lo que significa que existe una voluntad precisamente de tratar de reducir el dominio de China en determinados campos. Alternativa a la EE.UU.Sin embargo, también es cierto que China quiere presentarse en estos momentos como una alternativa a Estados Unidos . «China sigue confiando en Europa. Las dos partes tienen la capacidad y la sabiduría para resolver adecuadamente los problemas existentes a través de consultas amistosas», dijo hace unos días el ministro chino de exteriores Wang Yi. Y también reconoció que cuando quieren hablar con la UE, se dirigen a sus instituciones y recordó lo que dijo el presidente chino, Xi Jinping, en enero pasado tras hablar con el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa: «cuanto más grave y complicada es la situación internacional, más deben China y Europa fortalecer la confianza mutua».

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