La sesión de control del Congreso, descafeinada por el viaje a China del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comenzaba con la resaca del real decreto ley aprobado la víspera por el Consejo de Ministros con la respuesta del Ejecutivo a los aranceles impuestos por Estados Unidos . El plan gubernamental, sumido en la confusión tras anunciar Junts el martes un supuesto pacto para que el veinticinco por ciento de las ayudas vaya a parar a Cataluña, ha contaminado irremediablemente un intercambio de pareceres que, en principio, iba a ir por otros derroteros, tras haber puesto en duda —y rectificado a medias después— la vicepresidenta María Jesús Montero la presunción de inocencia.Minutos antes de las nueve de la mañana, a la carrera, como siempre, en los pasillos del Congreso, se pronunciaban algunos diputados sobre la cuestión arancelaria antes de que la guerra comercial diese paso a la parlamentaria en el hemiciclo. El portavoz del PP, Borja Sémper, ha pedido que el Gobierno aclare si Junts «dice la verdad o no», mientras que el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Cámara Baja, Patxi López , ha dicho que la «realidad» es lo que traslada el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que el lunes habló por teléfono con el popular Juan Bravo para intentar recabar su apoyo.El cruce de declaraciones ‘pasillísticas’ ha sido un aperitivo de lo que estaba por venir. Sin cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo —que ha aprovechado la ausencia del presidente para cerrar varios encuentros en Bruselas con sus aliados europeos—, el plato fuerte de la sesión lo han servido la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La popular había registrado una cuestión reiterada, cuándo piensa dimitir, probablemente por las últimas polémicas de la también secretaria general del PSOE de Andalucía, que se vio obligada a recular tras poner en duda la presunción de inocencia a raíz de la absolución del exfutbolista Dani Alves tras haber sido condenado previamente por violación.Noticia Relacionada estandar Si El Gobierno rehúsa dar ayudas directas a las empresas hasta que la UE negocie con EE.UU. Bruno Pérez El ministro de Economía se guarda esa baza a la espera de que la negociación bilateral entre Bruselas y la Administración Trump atenúe el golpeGamarra, sin irse por las ramas, ha acusado al Gobierno de usar la crisis arancelaria para beneficiar a Junts, cuyos siete diputados en el Congreso son indispensables para que el Ejecutivo mantenga su pírrica mayoría. «Cuando tienen que elegir entre España y sus socios, siempre eligen a los segundos», ha sentenciado la número dos del PP, hoy voz cantante de su partido, para después recuperar el espíritu primigenio de su pregunta: «Han pasado once días desde que atacó la presunción de inocencia y todavía no ha dimitido. Si a alguien le interesa defender la presunción de inocencia, es a usted, rodeada de presuntos culpables».Montero, que esperaba claramente el requiebro de la popular, ha respondido que la formación conservadora parece buscar «una excusa» para votar en contra de la respuesta del Gobierno a los aranceles del presidente de Estados Unidos, Donald Trump . Como es habitual, ha tratado de trasladar la presión a la oposición contestando con otra pregunta: «¿Van a votar a favor de los españoles o van a sacar rédito político y partidista?».«Le preguntaba cuándo va a dimitir, pero lo que está claro es que está cesada de facto. Ha sido cesada de la crisis de los aranceles», ha contraatacado Gamarra, haciendo hincapié en el rol secundario de Montero en la guerra comercial, cuya respuesta ha quedado claramente en manos del titular de Economía, Carlos Cuerpo . «No hay ningún tipo de acuerdo que beneficie a ningún partido político ni a ningún territorio. Cuerpo se lo explicó ayer a uno de los suyos», ha repuesto la vicepresidenta, negando un privilegio a Cataluña que, según dijo este martes el PP en un comunicado, lo alejaba de cualquier posible acuerdo.Una mención a Albert RiveraLa número dos del Gobierno y del PSOE todavía ha tenido que contestar otras cuatro preguntas y otras dos —de Mirian Guardiola (PP) e Ione Belarra (Podemos)— las ha derivado al ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños. El popular Jaime de Olano ha hurgado en la herida al incidir en que, en la crisis de los aranceles, Sánchez ha optado por «arrinconar a la ministra de Hacienda». «Son una banda peligrosa para la democracia y para los bolsillos de los españoles», ha dicho el diputado, lo que ha dado pie a la vicepresidenta a acordarse del exlíder de Ciudadanos Albert Rivera, el primero en utilizar esa expresión, quien ahora «no está en esta cámara». «A lo mejor es que quiere seguir su estela», ha apostillado.En su derbi andaluz con el también popular Elías Bendodo, que se está convirtiendo en todo un clásico, el fútbol ha sentado una base metafórica que ha usado el diputado del PP para preguntarse si alguien entendería que se anulase el partido entre el FC Barcelona y el Borussia Dortmund en el caso de que el segundo alegase que lo va a perder. «Eso es lo que hacen ustedes con los presupuestos generales del Estado», ha dicho Bendodo, que le ha preguntado a la ministra de Hacienda cuándo los presentará —la Constitución obliga a hacerlo—. Montero ha argumentado escasez de conocimiento futbolístico para no responder y la sesión ha vuelto por sus fueros.José María Figaredo (Vox) y Josep Maria Cruset (Junts) le han preguntado a la vicepresidenta por la «sangría» de impuestos, pero esta ha negado la mayor e incluso ha hablado de una bajada impositiva que ha permitido, según ella, que las clases trabajadoras se ahorren 38.000 millones de euros. «Trampas», en palabras de su aliado independentista, de una vicepresidenta que ha echado en cara a Vox su abrazo a Trump —la portavoz de su grupo parlamentario en el Congreso, Pepa Millán , ha reiterado después su oposición a los aranceles— y a los separatistas que estén en la parte conservadora del hemiciclo que cree que la mayor recaudación se debe a «mayor presión fiscal» y no al rendimiento económico.Un debut en el hemicicloBolaños, que ha recogido el testigo de Montero, ha recetado a Mirian Guardiola (PP), Cayetana Álvarez de Toledo (PP) y Pepa Millán (Vox) que se lean el Boletín Oficial del Estado (BOE), porque, según él, así comprobarán que el real decreto ley aprobado este martes por el Consejo de Ministros no concede ningún privilegio a Cataluña. Después le ha llegado el debut a la nueva portavoz del Grupo Parlamentario Vasco en la Cámara Baja, Maribel Vaquero, quien en un tono técnico y alejado de estridencias ha preguntado a Cuerpo cómo responderá España a las amenazas arancelarias de Trump. El ministro de Economía ha apelado a la inmediatez, la unidad, el diálogo, la puesta en marcha de todos los mecanismos financieros y comerciales y la cohesión, también, a nivel europeo.Tras ese oasis de calma, el PP ha repetido la estrategia que había seguido con Montero con la ministra Margarita Robles, quien está ejerciendo un papel testimonial en el aumento del gasto en defensa, donde es el titular de Asuntos Exteriores, Cooperación y Unión Europea, José Manuel Albares, quien parece haberse hecho con la batuta. Primero, el portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Miguel Tellado, le ha reprochado la división interna del Gobierno, donde Sumar planteó este martes objeciones a aumentar la inversión en seguridad. Después, Carlos Rojas le ha trasladado la preocupación en la OTAN y la Unión Europea por la falta de coherencia entre PSOE y Sumar en un momento tan sensible, donde Estados Unidos negocia con Rusia la paz en Ucrania sin sentar en la mesa al país invadido. Y por último, Sofía Acedo ha dicho explícitamente lo que estaba en la mente de toda su bancada: «El ministro Albares se está encargando de robarle la cartera». Robles, sin entrar al trapo, se ha limitado a manifestar su orgullo por el esfuerzo de España en su materia. Ante Tellado, que le ha preguntado por el ataque de Montero a la presunción de inocencia como jueza que es, Robles ha subrayado hasta en tres ocasiones que la vicepresidenta primera pidió «disculpas». Por si no había quedado claro.

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