«Lo he matado. Han descansado mis padres y he descansado yo». Esa fue la confesión que Miguel Ángel, de 57 años, hizo este martes a la Guardia Civil después de presuntamente matar a su hermano, Rafael, de 51, en la casa en la que ambos convivían junto con sus progenitores, Heliodoro y Paquita, en La Puebla de Almoradiel . El crimen ocurrió en el patio interior del inmueble, ubicado en el número 10 de la calle Arcoíris, pasadas las once de la mañana. Ambos discutieron. Hay quien dice que por un asunto menor, como la batería del coche, y hay quien se refiere a temas de dinero. En cualquier caso, se pelearon y el mayor presuntamente acabó golpeando al pequeño con la tapa de una arqueta y, posteriormente, le cortó el cuello con un arma blanca hasta matarlo allí mismo. Aunque «son cosas que pasan en las casas», el trágico suceso revela un drama familiar que todo el mundo conocía en este pueblo de algo menos de 5.000 habitantes de La Mancha toledana. El cien por cien de los vecinos a los que este martes preguntó ‘in situ’ este periódico coinciden en una versión idéntica. Miguel Ángel, el agresor, «era buenísimo, un ángel, un ser de luz» . Nadie expresa una mala palabra de él. Siempre se movía en bicicleta, era cariñoso y se dedicaba a cuidar de sus padres, ambos dependientes y muy mayores, y también de su tío, viudo, y de más personas de edad avanzada del municipio. Mientras, Rafael, conocido como ‘Rafa Talega’, era lo contrario. Llevaba, al parecer, una mala vida y se sabían sus adicciones: a la droga, principalmente. «Cuando trabajaba se lo gastaba todo y cuando no, a pedir» , aseguran en el pueblo. Había sido camionero y había sido despedido. «Estaba perdido ya. Era problemático, y siempre ha sido así. Normalmente, la gente se reconduce con los años, pero este no», añaden.Pese a que convivían juntos, a los hermanos, ambos solteros, no se les veía juntos. También era ‘vox populi’ que Rafael, al parecer, «pegaba» a sus progenitores. «Miguel lo ha hecho por defender a sus padres, los tenía arruinados», se comentaba de manera generalizada. Heliodoro, un hombre que ha superado los 90 años, se ganó el jornal como carpintero y, de hecho, tenía el taller en esa misma casa donde ayer se produjo el crimen. Se trata de una vivienda muy amplia con garaje y patio y con otra entrada por una calle contigua. Él y su mujer, Paquita, más joven, son igualmente muy queridos en el pueblo y hace años que no pisan la calle por cuestiones de salud.El alcalde de La Puebla de Almoradiel, Alberto Tostado, manifestó a ABC que están consternados por este acontecimiento. «Es una tragedia en una familia muy buena», afirmó. «Ahora todos los vecinos atamos cabos porque conocíamos los problemas de adicción de la víctima. Pedía dinero a su hermano, le robó hace un mes el coche y se estrelló. Ahora lamentamos no haber visto antes estas señales», expuso en conversación telefónica. Tostado se enteró del crimen tras una llamada de la Policía Local, que a su vez había recibido el aviso del Servicio de Emergencias 112 de Castilla-La Mancha.Los padres, «desamparados»El Ayuntamiento y los Servicios Sociales están viendo cómo ayudar a este matrimonio mayor y dependiente, y también al tío del agresor y la víctima, que se han quedado «en una situación muy mala, están desamparados». La intención de la Corporación municipal es emitir una declaración institucional en apoyo a la familia.Por otro lado, la Policía judicial y el laboratorio de Criminalística de la Comandancia de Toledo se han hecho cargo de la investigación, según informó la Guardia Civil. El detenido fue trasladado a dependencias policiales a la espera de pasar a disposición judicial. Todo indica que habría sido él mismo quien habría llamado a las fuerzas de seguridad para confesar el crimen.

Leave a Reply