Irán y Estados Unidos retomaron el diálogo nuclear y el primer encuentro preliminar fue «constructivo», según el comunicado emitido por el ministro de Exteriores iraní, que adelantó que la próxima semana se producirá una segunda reunión. En medio de la gran desconfianza entre las partes, iraníes y estadounidenses mantuvieron una reunión indirecta de 2,5 horas con la mediación del jefe de la diplomacia omaní, Badr bin Hamad al-Busaidi, y centrada en fijar una hoja de ruta. Al final de la misma, Abbas Araghchi, ministro de Exteriores de la república islámica, y Steve Witkoff, enviado de Donald Trump, hablaron cara a cara durante «varios minutos», explicaron los iraníes. La segunda reunión, prevista para el próximo sábado, podría abrir las puertas al diálogo directo y en una misma sala. La tarea que tienen por delante los equipos de negociación no es nada sencilla. Para llegar al pacto nuclear de 2015 fueron necesarios años de reuniones, pero esta vez Trump da un plazo de dos meses y amenaza con una intervención militar a gran escala si el proceso no avanza. Antes del comienzo de la cumbre en Mascate, el presidente estadounidense dejó claro que Irán «puede ser un país maravilloso, grandioso y feliz, pero no pueden tener un arma nuclear«. Todos saben que no hay tiempo y Araghchi declaró a la televisión nacional de Irán que «ni nosotros ni la otra parte buscamos un diálogo estéril, conversaciones por conversaciones y una pérdida de tiempo. Nuestro objetivo es un acuerdo que pueda alcanzarse lo antes posible». El portal Axios consultó fuentes europeas cercanas al contencioso nuclear que indicaron que Teherán podría buscar una «acuerdo temporal» que le permita ganar tiempo. Los iraníes estarían dispuestos a suspender algunas de las actividades de enriquecimiento y permitir a los inspectores de la ONU mayor acceso a las instalaciones nucleares, a cambio del levantamiento parcial de las sanciones que afectan al sector del gas y el petróleo, principal fuente de ingresos del país. La incógnita es saber si el objetivo final de Washington es lograr una nueva limitación de su programa o si, como pide Israel, exigirán el desmantelamiento total del mismo, algo que no aceptará la otra parte y acercará la opción militar.Noticia Relacionada estandar Si El presidente de EE.UU. anuncia conversaciones con Irán para un acuerdo nuclear Javier Ansorena | Corresponsal en Nueva York Afirma que, si no van bien, Teherán estará «en peligro»Primer encuentroEl primer encuentro es siempre complicado, no se desvelaron apenas detalles y sirvió como una toma de contacto para intentar conocer de primera mano la voluntad de las partes. La postura oficial de Washington y Teherán es la de recuperar el diálogo para resolver el contencioso atómico y este seguirá de momento, lo que aleja la opción de un ataque directo a las instalaciones iraníes. La situación es muy diferente a la que se encontró el equipo de Barack Obama en 2015 porque los iraníes están dolidos por la decisión de Trump de retirarse del pacto en 2018, cuando ellos cumplían todo lo acordado, y porque la república islámica enriquece hoy uranio a un nivel del 60 por ciento, cada vez más cerca del 90 necesario para producir armas. Los estadounidenses piensan que el régimen de los ayatolás podría dar este paso técnico en cualquier momento y en poco más de una semana se uniría al club de países con armas atómicas. Hassan Ahmadian, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad de Teherán, declaró a la cadena Al Jazeera que «ambas partes están bajo presión: los iraníes quieren que se levanten sus sanciones; los estadounidenses quieren que se limite el programa nuclear iraní, y ambos lo desean cuanto antes», Ahmadian considera que el acuerdo puede llegar con rapidez ya que «la diferencia entre ahora y las negociaciones anteriores, que duraron años, es que contamos con un pacto anterior, con esa experiencia; los principales problemas ya se han resuelto, y se puede avanzar sobre esa base».Desde Teherán insisten en que su programa tiene carácter civil y que todas las medidas que han adoptado para aumentar el grado de enriquecimiento serán suspendidas en cuanto Estados Unidos vuelva al acuerdo y levante las sanciones. El Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) firmado en 2015 consiguió el compromiso iraní para limitar el enriquecimiento y almacenamiento de uranio, a cambio del levantamiento de los castigos, pero Trump lo consideró «un desastre» y lo rompió. Los medios iraníes recogieron también la intención de los negociadores de plantear a Estados Unidos la necesidad de avanzar hacia un Oriente Próximo libre de armas nucleares. Israel es el único país de la región que no es miembro del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares y su arsenal atómico es un tema secreto y fuera del control de los inspectores internacionales.

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