Hace solo unos días, la titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid archivaba por falta de pruebas la última causa que el artista tenía pendiente por un presunto delito de narcotráfico. La Fiscalía, además, no encontró indicios suficientes para llevarlo a juicio. Una decisión que llega tras la absolución en mayo de 2023 por parte de la Audiencia Provincial de Madrid en el primer caso por el que fue investigado.Después de cuatro años marcados por el dolor y una l ucha constante por limpiar su nombre , Rafael Amargo (50 años) vuelve a brillar: «El tablao es el escenario más difícil que hay, donde se baila sin trampa ni cartón» . Acompañado por Noelia Ruiz, bailarina del Ballet Nacional de España, regresa con más fuerza que nunca. Lo hará hasta el 13 de abril en el Tablao Ópera Flamenca, en el emblemático barrio de Malasaña de Madrid, bajo la dirección artística de Salvador Barrul.te recomendamos Frank Cuesta se despide de YouTube y cierra todas sus redes sociales Daniella Bejarano Arrestan en Francia a Pablo de Rumanía, aspirante al trono en sustitución de su prima Margarita A.B. BuendíaAmargo regresa a los escenarios con la cabeza alta, el corazón dolido, pero el arte intacto. «Tengo que dar gracias a Dios de que estoy donde quiero estar, que es en mi hábitat, bailando y encima de un escenario», confiesa emocionado en una entrevista exclusiva con ABC.Aquel diciembre de 2020 marcó el inicio de su pesadilla. Cuatro años después, Rafael reconoce que hubo momentos en los que pensó que no volvería a bailar: «Han sido muchos meses, muchas horas… pero no puedo evitar escuchar una guitarra y venirme arriba. Tengo que empezar por abajo, por los tablaos, dignamente y con la cabeza bien alta , porque gracias a Dios estoy absuelto de todo. Han tratado de acabar conmigo, pero no han podido. Al que decía que me había muerto: que sepa que estoy vivo. Al que decía que no iba a volver a bailar: pues mira, aquí estoy, bailando como puedo, con lo que me dejan y de la manera en que puedo. Pero bailando, y con dignidad. Me gano el dinero con mi trabajo, no tengo que hacer nada de lo que dicen que hacía, porque, como nunca lo hice, no tengo por qué hacerlo ahora».Con la misma pasión con la que baila y recita, Amargo se planta para denunciar lo que considera un abuso de poder: « Alguien tiene que hacerse cargo de todo lo que me han hecho . Se nos ha olvidado algo muy importante: si yo he sido absuelto, es porque alguien lo ha hecho mal. ¿Dónde están los culpables?».Rafael Amargo junto a Noelia Ruiz Samuel Gonzalez SarmientoPara él, la herida sigue abierta, y aunque el perdón público ha sido escaso, su fuerza para seguir adelante es arrolladora. «Pedir perdón no basta. El perdón no me da de comer. Lo que necesito es que me devuelvan al lugar donde estaba. Yo estaba trabajando, dándole de comer a mi gente, a una compañía de 25 artistas que también se quedaron en el paro por esto. ¿Quién se va a hacer responsable de todo esto? No se le puede arruinar la vida a alguien y hacer como si nada . Quiero que el que lo haya hecho mal se retracte», afirma con firmeza.Pero lejos de quedarse en el dolor, Rafael ha decidido transformarlo en arte. Su nuevo espectáculo es una catarsis, una forma de sublimar su experiencia a través de la palabra y el cuerpo: «Ahora me apoyo en esa pena y ese dolor. Cuando recito, soy más yo. Declamo como los grandes poetas del 27, como Lorca, como Neruda… con los que me he criado, a los que he estudiado ».Y aunque los años pesan y la danza exige, su energía está intacta. «Ya tengo una edad. Y la danza tiene un tiempo. Hay carreras que tienen el tiempo más corto. La del bailarín es más corta que la de otra persona. Entonces, es una impotencia muy grande. Yo te aseguro que si hubiera salido mal y me hubieran condenado a no sé cuántos años de cárcel, seguro que hubiera sido otra vez otras 16 portadas de países distintos». Pero asegura que aún hay Amargo para rato: «Aunque el flamenco se baile con temple, todavía me queda arte para seguir contando lo que he vivido. Y eso también es bailar. A lo mejor es ahora de reciclarme mediante la palabra y contar con el cuerpo, con el teatro físico, el dolor que tengo dentro. Y los pies dejárselo a la gente más joven que viene con otra fuerza».El público aún lo quiere. «Vienen a verme con otro cariño, por todo lo que he vivido. Hay muchas asociaciones de víctimas que también han venido a verme y que me apoyan. Yo nunca he tenido subvenciones del Gobierno, solo el apoyo del público, que uno por uno, con su dinero, me han pagado la entrada de mi espectáculo».«Al que decía que me había muerto: que sepa que estoy vivo. Al que decía que no iba a volver a bailar: pues mira, aquí estoy» Rafael Amargo Bailarín y coreógrafoEn exclusiva, nos adelanta con ilusión que está esperando el estreno de un documental sobre su vida : «Aún no puedo decir la plataforma, pero ya está en marcha. Se está barajando si será de un capítulo, una miniserie de cuatro o un biopic de ocho capítulos. Si finalmente se decide hacer un biopic será al estilo del de Nacho Vidal o Miguel Bosé, contando mi historia desde pequeñito hasta ahora. Ahí saldrá todo, porque es mi vida, como yo la he visto y como yo la he sufrido».Lo que muchos no saben es que Amargo nunca ha dejado de formarse. Terminó su máster en drogodependencia en la Universidad de Barcelona y trabaja actualmente en su tesis sobre arte y consumo. «He visto muchas cosas en mi profesión. He ayudado a muchos compañeros a salir de la droga. Al adicto hay que darle mucho amor, y yo tengo esa paciencia y esa compasión. Por eso imagínate cómo me sentí cuando me vi envuelto en todo esto. Nada más lejos de la realidad».Sobre su paso por prisión, recuerda que fue uno de los momentos más duros de su vida: «Estar allí seis meses fue horrible, lo pasé fatal. Aunque tengo que reconocer que los reclusos se portaron fenomenal conmigo. Me hice amigo de todos y algunos aún me escriben cartas . Primero estuve en un módulo muy conflictivo, me puse en huelga de hambre y conseguí que me trasladaran al módulo de Proyecto Hombre, donde aproveché para hacer prácticas de mi carrera ayudando a otros internos».A pesar de todo, no está solo. «Mis padres nunca me han soltado de la mano aunque todo ha sido muy duro para ellos. A mi padre casi le cuesta la vida. Ha estado enfermo en un hospital muriéndose. Ha superado cuatro cánceres y viene todos los días a verme. Me dijo que hasta que no me viera feliz no pensaba morirse», reconoce visiblemente emocionado. «También cuento con grandes amigos y personalidades que me apoyan. El otro día vino Mariano de Paco Serrano, el Consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid. Me dijo que quería ayudarme . Sabe que estoy absuelto y que me merezco volver a brillar. Espero de corazón que me tiendan esa mano que ahora tanto necesito».Echando la vista atrás, Rafael lo tiene claro: «No cambiaría mucho de mi vida. Quizá no contar tantas cosas, para que no me las quiten. Pero soy un tío muy normal, íntegro, que sabe pedir perdón cuando se equivoca, que cree en el entendimiento, en la comprensión y en la comunicación del ser humano».

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