Tan brillante en las letras como seductor en cuestiones sentimentales, varias mujeres tuvieron un alargado peso en la vida de Mario Vargas Llosa, y no sin polémica en muchas de sus relaciones. De tía Julia a Isabel Preysler, y con su fiel Patricia como apoyo en el tiempo final de su vida , su corazón nunca dejó de estar ocupado.Ahora, en el momento de su deceso, llega el momento de hacer un detenido repaso por las mujeres de su vida, nombres que de una forma u otra también tuvieron su influencia en su propia obra. Musas, se les suele llamar . Y aquí están las más conocidas.La tía JuliaFue en la década de los 50, allá en su amada Perú, cuando un joven Mario Vargas Llosa se enamoraba de Julia Urquidi, a quien el escritor llamaba cariñosamente «tía». Él tenía 19 años y ella contaba 30. Julia era la hermana de Olga, tía política de Mario al ser la mujer de Luis Llosa, a su vez hermano de Dora, la madre del escritor. Aquella cercanía familiar disgustó en el entorno del autor . Y no solo eso: la diferencia de edad, que ella fuera una mujer divorciada, la falta de perspectivas económicas… Sin embargo, ya se pudo ver entonces que la tenacidad e independencia iba a ser uno de los rasgos vitales de autor y la pareja insistiría en su relación. Se casarían en 1955 después un idilio marcado por las citas furtivas. Los enamorados pondrían rumbo a París.Las imágenes de la fascinante vida de un autor icónicoLa prima PatriciaCon el adiós a su tía el hola a su prima llegaría la relación más estable de la vida de Mario Vargas Llosa. Y, de nuevo, envuelta en polémica. Se casarían en 1965 y tendrían tres hijos : Álvaro, nacido en 1966, Gonzalo, de 1967, y Morgana, de 1974. Pero sería una relación sometida a altibajos por ambas partes. Célebre sería aquel desencuentro entre dos gigantes de la literatura.La prensa de la época se haría eco de un notable enfrentamiento entre Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez en 1976. Este se acercó al peruano para saludarle y su colega le reprochó: «Cómo te atreves a abrazarme después de lo que le hiciste a Patricia en Barcelona!», en alusión a una supuesta relación extramarital que habrían tenido en la ciudad catalana, cuando Patricia Llosa, cansada de las supuestas infidelidades de su marido, se acercó al autor de «Cien años de soledad». Una despechada Patricia se habría molestado por una eventual aventura de su marido con una azafata sueca. « Las caza al vuelo », sería una broma de la época. Más allá de supuestas aventuras extramaritales, discusiones y reconciliaciones, la pareja continuaría con su relación a lo largo de las décadas su relación. A ella le dedicaría el discurso de su Premio Nobel de Literatura en 2010: « A mi prima de naricita respingadita ».La «reina» PreyslerEn 2014 llegaría la separación de la pareja por motivos nunca expuestos pero siempre imaginados. Las malas lenguas afilaron sus colmillos cuando en 2015 se confirmó la bomba : Mario Vargas Llosa comenzaba a salir oficialmente con Isabel Preysler, la mismísima «reina de corazones». Se conocieron en 1991, por una entrevista que ella le hizo para «¡Hola!» y entonces surgiría una amistad que desembocaría en un romance que haría las delicias de la prensa rosa .De nuevo vendrían más idas y venidas, encuentros y desencuentros, reproches y reconciliaciones. Hasta que tanta montaña rusa les dejó sin fuerzas y rompieron tras casi ocho años de relación. No se volverían a ver. Pero el destino propondría un nuevo giro final . Su prima Patricia nunca llegaría a olvidarla y regresaría a su lado tras la ruptura con la Preysler. El premio Nobel y su prima volvían a estar juntos tras su traumática rotura. Ella será recordada a la postre como el gran amor de su vida.

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