Mar Espinar ha cambiado de forma radical el tono y el protagonismo del PSOE en la Asamblea de Madrid . La nueva portavoz del Grupo Socialista, antigua pupila de Antonio Miguel Carmona y hasta el año pasado muy próxima a Juan Lobato, lleva un par de meses en un puesto clave para la labor de oposición en la Comunidad de Madrid. Desde el primer día marcó un discurso mucho más agresivo, directo y vibrante contra Isabel Díaz Ayuso, a años luz del estilo político de sus antecesores. Espinar consiguió el aplauso de una parte de la izquierda que pedía mucha ‘más madera’ contra la presidenta regional. Pero su protagonismo creciente en su partido y en la política regional tiene un freno interno, al quedar opacada siempre por su jefe de filas y secretario general del PSOE de Madrid, Óscar López, con una agenda cargada de actos para lanzarse contra Ayuso y que acaban eclipsando a su portavoz parlamentaria. El último jueves, día de Pleno en la Asamblea, y por tanto la jornada de la semana en la que la portavoz parlamentaria tiene más foco mediático y político sobre ella, sirve de ejemplo. Óscar López ‘contraprogramó’ la sesión de control en el Parlamento regional, donde él no está ni participa al no ser diputado, con dos actos en su agenda esa misma mañana, más una convocatoria a los medios de comunicación para hacer declaraciones en Leganés mientras se desarrollaba el Pleno, algo que difuminó por completo el papel de Espinar en la Cámara de Vallecas. Por si fuera poco, la dirección del PSOE de Madrid decidió poner fin a las ruedas de prensa habituales de Espinar tras la sesión de control, en las que contestaba a las preguntas de los periodistas sin límite. El último jueves, comparecieron los portavoces del PP, Más Madrid y Vox, y por primera vez no lo hizo la representante del PSOE. Noticia Relacionada estandar Si Los expresidentes de la Comunidad de Madrid contarán con chófer, dos asesores y despacho hasta un máximo de cuatro años Mariano CallejaFuentes socialistas sostienen que la estrategia política del PSOE está coordinada, con un papel más que relevante para la número dos del partido, Pilar Sánchez Acera, que dirige y controla todo lo que sucede en la Asamblea de Madrid, y que fue jefa de gabinete de López en La Moncloa. Los muertos en las residencias de mayores durante la pandemia y el ático del novio de Ayuso siguen siendo los dos argumentos principales, y casi únicos, que usan los socialistas para tratar de desgastar a la presidenta regional. El papel de la portavoz en la Asamblea y su capacidad de iniciativa quedan subordinados a Óscar López, quien ha convertido a los ‘7.291’ fallecidos en las residencias en su principal arma política en estos primeros meses tras su aterrizaje en la política de Madrid. Las ‘armas’ de LópezEspinar también usa los «protocolos macabros» en las residencias, como los ha bautizado, para atacar a Ayuso, algo que suele unir al ático de su novio en una misma frase, aunque parezca complicado: «Los protocolos existieron y, lo que es peor, se aplicaron. Mientras los suyos se lo llevaban crudo, se aplicaron; mientras su novio hacía chanchullos para que usted pudiera pasar de un pisito en Malasaña a un aticazo en Chamberí, se aplicaron. Señora Ayuso, 7.291 veces se aplicaron estos protocolos. La única salida que le queda es pedir perdón y dimitir».«Tarde o temprano se conocerá la verdad, porque todo acaba en un ático opaco e inexplicable», había advertido López unas horas antes. El secretario general había marcado la línea: «La señora Ayuso tiene que hacer dos cosas: pedir perdón y dejar el cargo. Los protocolos de la vergüenza no sólo existieron, se aplicaron». El sábado pasado, el único mensaje que publicó en ‘X’ se centró, una vez más, en los muertos de las residencias. López y Sánchez Acera controlan y dirigen desde fuera al Grupo Socialista en la Asamblea, su actividad, sus mensajes y sus discursos. Desde la llegada de López al PSOE madrileño la instrucción fue clara: prácticamente en todas las intervenciones parlamentarias de los diputados socialistas debía atacarse a Ayuso, bien por las residencias, bien por su pareja, o por las dos cosas a la vez. El margen de maniobra de Mar Espinar quedó reducido a la mínima expresión, algo que se agudizó la semana pasada, al recortarle aún más su protagonismo en el día de Pleno. Fuentes parlamentarias del PSOE señalan que Mar Espinar tiene muy claro su papel, «coordinar sus intervenciones con la dirección del partido y seguir la línea editorial de Óscar». «Hasta ahora lo está haciendo, Mar es muy prudente».En este contexto, en el último Pleno se produjo un encontronazo entre la portavoz y su número dos, Fernando Fernández-Lara, sentado a su derecha, y con un peso muy relevante dentro del PSOE madrileño: tiene una conexión directa y mucha influencia en la Agrupación de Alcalá de Henares, una de las más fuertes de su partido, además de mantener una buena relación con Sánchez Acera, la ‘mano’ que controla la Asamblea desde el partido. Mar Espinar, aunque sea portavoz, tiene menos influencia y peso orgánico en el partido. En su turno de la sesión de control, Espinar vio cómo su portavoz adjunto no dejaba de protestar contra la bancada del PP mientras ella se dirigía a Ayuso, y la obligaba a interrumpir sus palabras una y otra vez, hasta que ya, visiblemente harta, se dirigió a él, con el micrófono abierto, y le dijo que se callara: «¡Fernando, coño!» Los diputados socialistas a su alrededor no daban crédito a la escena ni al exabrupto de su portavoz, según comentaron a ABC. La situación resultó bastante violenta y el portavoz adjunto abandonó su escaño, que se mantuvo vacío buena parte del Pleno.«Fue una situación muy incómoda que ha causado malestar», confesó un diputado del PSOE, quien reconoció que el incidente había sido muy comentado en las filas socialistas. «Ha sido una situación grave», advierte otro parlamentario socialista, quien asegura que hacía muchos años que no se vivía una tensión semejante en la banca de su partido en la Asamblea. «La imagen ha sido y es nefasta», lamentan en el Grupo Socialista, donde se constata cómo su actividad y protagonismo se manejan desde el exterior.

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