Una tragedia ha sacudido este jueves por la tarde la localidad de Castellammare di Stabia, en la provincia de Nápoles. Poco después de las 15:00, una cabina del teleférico del Monte Faito’ se desplomó al vacío tras la rotura del cable de tracción, provocando la muerte de cuatro personas e hiriendo de gravedad a una quinta. La cabina, que ascendía hacia la cima del monte con cuatro turistas y un operador a bordo, acabó estrellándose contra un pilón antes de precipitarse por un barranco.El accidente ocurrió en condiciones meteorológicas adversas, con una densa niebla que complicó desde el primer momento tanto la localización de la cabina siniestrada como las labores de rescate. Durante horas se mantuvo la esperanza de que la cabina, de la que se había perdido contacto, permaneciera suspendida. Fue un helicóptero de los bomberos el que, tras arduas búsquedas, logró localizarla.El balance es dramático: cuatro muertos, entre ellos Carmine Parlato, operador de la empresa EAV, y un herido en estado crítico, trasladado en helicóptero al Hospital del Mar de Nápoles. Las autoridades locales, con la Fiscalía de Torre Annunziata al frente, han abierto una investigación por homicidio culposo y desastre culposo. El teleférico, gestionado por la empresa pública regional EAV, había reabierto al público tan solo siete días antes tras la pausa invernal. Fue inaugurado en su reapertura por el propio alcalde de Castellammare, Luigi Vicinanza, quien este jueves, visiblemente consternado, confirmó la rotura del cable de tracción y la activación fallida del freno de emergencia en la cabina accidentada.En la cabina que descendía, también con pasajeros a bordo, funcionaron los sistemas de seguridad, lo que permitió rescatar a once personas. Esa diferencia operativa entre ambas cabinas será una de las claves de la investigación técnica. El accidente recuerda a otro ocurrido en el mismo lugar el 15 de agosto de 1960, cuando una cabina descendente se soltó y cayó sobre las vías del tren, causando también cuatro muertes. Hoy, 65 años después, la tragedia se repite.Las reacciones institucionales han sido inmediatas. El presidente de la Región Campania, Vincenzo De Luca, se desplazó al lugar del siniestro, mientras que el ministro de Transportes, Matteo Salvini, exigió esclarecer rápidamente las responsabilidades. El presidente de EAV, Umberto De Gregorio, calificó la tragedia de “inimaginable” y defendió la competencia del personal al frente del servicio, asegurando que “no existían indicios para suspender el funcionamiento del teleférico”.Más allá de las causas técnicas, sobre las que ahora se concentran los peritos judiciales, el drama humano es evidente. Dos parejas de turistas, según confirmaron fuentes locales, perdieron la vida en un viaje que debía ser panorámico y festivo. El dolor es compartido por toda la región y se extiende a nivel nacional. Ahora, la prioridad será la verdad. El sentimiento de los italianos es que una funivia recién reinaugurada no puede convertirse en un ataúd suspendido sobre la montaña.

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