El PSOE fracasa en su cruzada contra el obelisco de Baleares

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El PSOE fracasa en su cruzada contra el obelisco de Baleares

Sa Feixina no se tumba. El monumento levantado en 1948 en memoria de los fallecidos en el crucero franquista Baleares seguirá en pie en el glacis de la plaza Sa Feixina, en el barrio de Santa Catalina de Palma, y gozará de una protección máxima integral, en contra del empeño de los partidos de izquierda que intentaron sin éxito derribarlo en la última década.El Ayuntamiento de Palma, ahora bajo el mandato del PP, ha iniciado los trámites para la protección del monumento en cumplimiento de una sentencia que dio la razón al movimiento cívico Salvem Sa Feixina que pedía su conservación. A partir de ahora, el obelisco formará parte del catálogo de edificios y elementos de interés histórico, artístico y arquitectónico de la ciudad.La Justicia ordenó que Sa Feixina fuera incluida en el catálogo para su protección, pero el tripartito de izquierdas -que gobernó en las dos últimas legislaturas- se negó a catalogarla. Una de las más firmes detractoras fue la entonces presidenta de Baleares y hoy presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol.La cruzada del PSOE, los nacionalistas de Més y Podemos contra este monumento, obra del afamado arquitecto Francesc Roca i Simó y el escultor Pascual Ortells, comenzó en 2015 cuando el alcalde de Palma, el socialista José Hila -que alternaba el mandato con sus socios nacionalistas- rompió el espíritu de concordia y anunció que lo destruiría por ser considerada una exaltación del franquismo.Noticia Relacionada estandar No El Ayuntamiento de Palma rectifica y permitirá residir en autocaravanas si no genera molestias Mayte Amorós«Los vecinos nos conjuramos cuando el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma anunciaron el derribo», recuerda a ABC Tomeu Berga, de la Asociación de Vecinos y Amigos de Santa Catalina que impulsó el movimiento ciudadano en 2016 para frenar la demolición. «Corrimos en cuestión de horas. Llamamos a todas las asociaciones de Palma, se apuntaron más de 30 y creamos Salvem Sa Feixina. También se adhirió la Asociación para la Revitalización de los Centros Antiguos (ARCA), lo que nos dio una cuota de prestigio porque sus luchas tienen la bendición de los técnicos».Salvem Sa Feixina, sin ninguna vinculación política, reivindicaba que el monumento no se había construido en honor al buque Baleares sino a las cerca de 800 víctimas del hundimiento. Apelaba al acuerdo unánime del Ayuntamiento de Palma que en 2010, bajo el mandato de la socialista Aina Calvo y con el apoyo del PP en la oposición y del propio Hila, despojó al obelisco de la simbología franquista para cumplir con la ley de Memoria.Se suprimieron el águila imperial, los yugos y las flechas; y se quitó también la inscripción que rezaba ‘Mallorca a los héroes del crucero Baleares. Gloria a la Marina Nacional. Viva España’. Se sustituyó por una placa contextualizadora que dejaba claro que el monolito recordaba a los marineros fallecidos en el hundimiento del barco y serviría como «símbolo de la voluntad democrática de no olvidar nunca los horrores de las guerras y las dictaduras». Se zanjó así el debate de la simbología.«El problema es que en 2015 llegó la otra cara del PSOE, y empezó el revisionismo. Los acólitos de Zapatero en el ayuntamiento con José Hila al frente se desdijeron», critica Berga, que recuerda que sólo cinco años antes el alcalde socialista había promovido la conservación de Sa Feixina cuando era teniente de alcalde. Hila es el político que protagonizó otra polémica nacional en 2021 por suprimir del callejero de Palma el nombre de tres almirantes del siglo XIX al considerarlos, nuevamente, simbología franquista. El escritor Arturo Pérez Reverte le reprendió llamándole «idiota». Finalmente, el consistorio rectificó pero no ocurrió así con Sa Feixina, que siguió adelante.La plataforma recogió más de 10.000 firmas y realizó varias manifestaciones. En una de esas protestas, Berga coincidió con un letrado del consistorio. Jorge Garrido ofreció su ayuda a los vecinos para promover un nuevo procedimiento administrativo y conseguir la catalogación del monumento. El abogado Francisco Javier González-Montes Sánchez llevó el pleito.La ponencia técnica de la comisión de patrimonio del Consell fue favorable a que Sa Feixina fuera declarada como Bien Catalogado, pero los políticos de izquierda que dirigieron la institución en 2017 votaron en contra, lo que obligó a la asociación de vecinos de Santa Catalina a acudir a los tribunales. Logró la paralización del derribo y, más tarde, la orden de protección. La Justicia fue contundente. «De los tres grados de protección, arquitectónica, histórica y cultural, Sa Feixina merecía las tres. Ni la catedral de Palma tiene la protección del monumento de Sa Feixina», celebra Berga. «Aunque es verdad que nunca la ha necesitado porque los comunistas nunca la han querido tirar».Informes de expertosLa sentencia del Juzgado de lo Contencioso-administrativo número 3 de Palma, de 27 de febrero de 2020, se basó en informes de las reales academias de la Historia y de San Fernando, y sobre todo de Icomos, organismo consultivo de referencia para la Unesco en materia de protección del patrimonio monumental. Más tarde, el Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB) desestimó los recursos de apelación del Consell de Mallorca, el Ayuntamiento de Palma y la entidad Memoria de Mallorca. La sentencia del magistrado Gabriel Fiol Gomila destacó a Sa Feixina como «la rememoración de un momento histórico que formaba parte de la imagen urbana de la ciudad». Argumentó que había recuperado su valor patrimonial, una vez desprovisto de los símbolos franquistas añadidos, y resaltó el gran impacto estético y la imagen de gran belleza de esta obra integrada dentro del art-decó.«Lo único que faltaba era obligar a inscribir Sa Feixina en el catálogo del Ayuntamiento de Palma», prosigue Tomeu Berga sobre este largo proceso. Una orden judicial de protección que fue acatada por el nuevo equipo de gobierno del PP y Vox en el Consell de Mallorca en 2023, y que ahora se cumplirá en el consistorio palmesano.

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