Jorge Larena: «Nunca pensé si iba a ser un crack, fui asimilando lo que me tocaba vivir»

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Jorge Larena: «Nunca pensé si iba a ser un crack, fui asimilando lo que me tocaba vivir»

Se retiró en Chipre en 2019, tras una ‘aventura’ que se prolongó cinco años en el AEK Larnaca, y desde entonces no ha vuelto a echar ni una pachanga. «Mi cuerpo y mi mente me dicen que no», confiesa Jorge Larena (29-9-1981, Las Palmas) , que ya sólo juega al pádel en el club que creó en Maspalomas. Debutó con 18 años en Las Palmas y se convirtió en su estrella en Primera, fichó dos temporadas más tarde por un Atlético de Madrid entrenado por Luis Aragonés y llegó a llevar el ’10’ rojiblanco a la espalda. Formó sociedad con un joven Fernando Torres y aprendió de un veterano como Simeone, pero tras tres temporadas acabó en el Celta, volvió a Las Palmas y con 30 años llegó incluso a estar sin equipo. Asegura que ha sido «feliz» en sus 20 años como profesional, pero que tras tener a sus dos hijos, que ahora son el centro de su vida, aprendió a «relativizar» las presiones y los sinsabores del fútbol profesional. -¿Cómo le va la vida? ¿Ya no quiere saber del fútbol?  -Soy abonado de Las Palmas, tanto de fútbol como de baloncesto, y voy con mis hijos. Dejé de entrenar a los chicos del Maspalomas y Las Palmas me ha llamado para entrenar allí, pero me queda lejos, y perdería estar más tiempo con mis hijos. Pero todo es empezar, formarse, estar con gente que sepa. Mira Torres la carrera que está haciendo, está ya en el filial y estoy seguro de que será el futuro entrenador del Atlético cuando el Cholo decida irse, porque lo ha dado todo por el club, siente lo máximo por el Atlético y si hay alguien que se identifica con el Atleti es Fernando. Noticias relacionadas estandar Si entrevista Renato Tapia: «El fútbol es de lo poco que da alegría en Perú» José Ignacio Fernández estandar Si Fútbol Pantic, la leyenda escorada José Ignacio Fernández- Como futbolista forjó una gran amistad con Torres.-Fernando se portó conmigo espectacular cuando llegué a Madrid. Yo iba a cumplir 21 años y él era más joven, pero ya llevaba un par de temporadas en el primer equipo. Yo era un niño que nunca había salido de casa, habíamos coincidido en la selección Sub 21 y gracias a él mi adaptación fue mucho más rápida, nos hicimos muy amigos, íbamos a todos sitios juntos, a cenar, jugábamos a la Play, a conciertos del Canto del Loco, de vacaciones… Hace tres años estuvo aquí de vacaciones y fuimos juntos a cenar con las familias y le tengo muchísimo cariño.- En uno de los mejores goles de su carrera, en el Villamarín, usted le puso un gran pase en largo.  -Yo en su día de broma le decía que sólo tuvo que poner el pie. Al final fue un golazo espectacular. El pase no es nada en comparación con lo que hizo. Dentro del campo teníamos buena conexión, le di algunas asistencias. Era un encanto jugar con él, te hacía muy buenos movimientos y era muy fácil congeniar. – Comenzó su carrera en Las Palmas como un jugador muy prometedor.  -Yo siempre lo he comentado, en mi primer año era el desparpajo, la falta de responsabilidad que sí tienen jugadores más veteranos, jugaba más desinhibido, te diviertes más, eres más descarado. Tenía el apoyo de la gente, que me trataba demasiado bien. También tenía una familia cercana que me supo guiar y hacer que tuviera los pies en el suelo. Al año siguiente fue el del descenso, yo era el encargado de tirar los penaltis, la situación fue más negativa y empecé a notar más la presión y la responsabilidad y fue complicado. – ¿Tanto afecta la presión en el fútbol profesional que al final sufres?-Yo he disfrutado mucho toda mi carrera de una profesión que para mí es la mejor del mundo, con la que todo niño sueña. No es que se sufra, pero cuando las cosas no salen bien, dentro de una vida cómoda tienes inquietudes. Los futbolistas no somos máquinas y emocionalmente las situaciones te afectan. Quizá los grandísimos jugadores están más capacitados para llevar mejor situaciones de mucha presión. Pero tampoco es lo mismo luchar por títulos que por no descender. El descenso te hace jugar más cohibido, la presión no es que te pueda, pero no juegas relajado. Pero hoy día todos los equipos tienen psicólogo, que ayuda bastante. – Habla de la figura del psicólogo. ¿En sus años le podría haber ayudado?-Yo es verdad que tuve algún problema con 19 años en Las Palmas, de vomitar antes de algún partido, cuando estábamos cerca de descender. Yo iba relajado, pero luego mi cuerpo generaba algún problema y vomitaba y tuve que ir al psicólogo para solucionarlo y después fue de otra manera. Son situaciones que ahora les doy más naturalidad, pero al principio me daba hasta vergüenza, sólo lo sabía mi familia. Y he tenido muchos compañeros que les pasó algo similar. A día de hoy sigo teniendo contacto con ese psicólogo y he acudido a él a lo largo de estos años, tanto a nivel deportivo como personal. Cuanto mejor estás, mejor compites.- Cuando le fichó el Atlético, ¿notó ese salto de presión?-Que me fichara el Atlético es de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Aunque no jugamos en Europa haber pertenecido a un club tan grande y tan increíble, la gente aún me recuerda. Es increíble ser del Atlético, vas a cualquier lugar de España y siempre tienes a gente recibiéndote en el Hotel. Yo llegué y me presentó Jesús Gil, Luis Aragonés era el entrenador. Y ninguno de los años jugamos en Europa, no llegamos a ninguna final de Copa. Sólo mi último año, que nos pasó un poco de factura después de tres años de no conseguir nada, hubo presión social y tuvimos algún problema en los entrenamientos, pero quitando eso no recuerdo tener presión, sino disfrutar mucho los buenos momentos y el Calderón era una cosa de locos.- ¿Cómo le trataba Luis Aragonés?-Llegué la última semana de mercado, Luis y yo teníamos el mismo representante y ya me fueron avisando de cómo era, y también Torres, que llevaba un año con él. Al principio te cuidaba para no darte presión, darte los minutos necesarios para que el proceso como joven fuera bueno. – Les mandó a la caseta en un entrenamiento porque dijo que estaban haciendo el gilipollas.Tenía mucho carácter, por eso estuvo tantos años en la élite. Creo que hoy no hay entrenadores así. Pero de puertas para fuera, con la prensa o con la afición, defendía siempre al jugador. Dentro de la caseta te podía matar, pero fuera nunca vi que criticara a ningún jugador. Si algún aficionado increpaba a algún jugador, él entraba en su defensa. Y eso se valora mucho.- También coincide con Simeone, que venía de ganarlo todo en Italia y antes en el Atlético.-Yo quizá por mi forma de ser, los más veteranos siempre me han ayudado. Cuando llegué al Atlético estaban Albertini, Sergi, que me ayudó mucho, el Cholo, Aguilera, Santi… que lo han vivido todo y te dan consejos. Yo siempre quería escuchar y aprender de los mejores. El Cholo era muy cercano, hizo un cumpleaños en su casa con los compañeros. Y ya se le veían aires de entrenador, se llevaba al Hotel vídeos del rival para analizarlo y luego nos decía con quién tener más cuidado. Hay imágenes de él en el banquillo con Manzano y ya estaba dando órdenes, se veía que iba a ser entrenador y ha cambiado la historia del club. – En Las Palmas y el Atlético parecía que iba para estrella. ¿Llego a sentirse decepcionado por no cumplir las expectativas?-Yo soy una persona que nunca me fijaba mucho en el futuro, sino que intentaba vivir el presente e ir asimilando lo que te toca vivir. Cuando llegas a Las Palmas es un premio, jugar en Primera, que te fiche el Atlético… Pero nunca pensé si iba a ser una estrella o un crack, nunca tuve esa sensación, tenía los pies en el suelo. Por eso cuando me ha tocado jugar tanto en Primera como en Segunda lo he disfrutado y he asimilado que era el sitio donde me merecía estar. Volví a Las Palmas por motivos sentimentales, pero las cosas no salieron como quería. Tuve a mi hijo en el último año y el entrenador y el club no quisieron renovarme y eso sí que me dolió, porque vine perdonando mucho dinero, lo hice prácticamente sin representante, y no me ofrecieron ni renovar a la baja, con un hijo recién nacido, cuando quería haber estado muchos más años aquí. Y estuve seis meses sin equipo y al final fui al Huesca en invierno y luego a Chipre. Quizá si en el Atlético hubiera tenido un poco más de continuidad, si hubiéramos entrado en Europa, a lo mejor mi vida profesional hubiera estado más años ahí. Pero siempre acepté dónde estaba, no quedarte anclado en el pasado y en si yo creía que iba a ser mejor. – Volviendo a la actualidad. ¿Cómo ve a Las Palmas? ¿Cree que se salvará?-Este año Las Palmas ha pasado por diferentes etapas. Con Luis Carrión para mi gusto el equipo jugaba bien, pero no hubo resultados. Después Diego Martínez cambió las cosas, ganó varios partidos seguidos, pero ahora en 2025 entraron en una muy mala racha sin ganar y te lastra. Por suerte ganaron en Getafe, que ya se lo merecían, y estamos a un punto de salir. El Atlético es un partido muy complicado y el año pasado ya se le ganó, así que por qué no repetir.- El Atlético ha estado luchando por todo, pero al final se va a quedar sin nada. ¿Qué le falta para volver a ganar un título?Ha sido una pena. En la Champions le elimina el Madrid y ya vieron todos cómo fue, con ese doble toque en el penalti… El Barça te elimina en Copa, que puede pasar. Y en Liga el Barça está muy bien y el Madrid se centrará tras haberle eliminado en Champions. Para mí este Atlético tenía la mejor plantilla de su historia, con recambios en todas las posiciones, pero esperemos que sigan así y el año que viene tengan ese puntito extra.- La gente habla del bajón de un jugador clave como Griezmann para que el Atlético no haya podido dar más en estos partidos decisivos. ¿Qué le parece que vaya a continuar?-Para mí en el fútbol no hay memoria, ni a corto plazo. Griezmann hizo una primera mitad de temporada espectacular y ahora porque lleva una mala rachilla ponen excusas y dicen que es por la edad. Quizá también otros tienen que tirar del carro, no sólo Julián, que ha estado muy bien. Las críticas me parecen injustas con Griezmann, para mí es imprescindible, maneja al equipo y es una alegría que continúe.

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