El calvario de Ossorio en la Asamblea: 120 llamadas al silencio en un solo pleno

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El calvario de Ossorio en la Asamblea: 120 llamadas al silencio en un solo pleno

Muy a su pesar, Enrique Ossorio es uno de los protagonistas fijos en todos los plenos de la Asamblea. En medio del huracán político que se vive en Vallecas cada jueves, el presidente del Parlamento madrileño trata de poner orden en el caos del debate madrileño y, sobre todo, mantener la paz entre los diputados. Tarea harto difícil, con dos grupos en la izquierda que pugnan entre ellos por ser los más agresivos contra Isabel Díaz Ayuso y por utilizar con más soltura sus dos temas preferidos, transformados en armas políticas: los muertos en las residencias durante la pandemia y el ático del novio de la presidenta regional. Sí, para la izquierda aquí sí vale preguntar dónde y con quién duerme Ayuso. Incluso inquiere el porqué.En este contexto, cada sesión plenaria es un mundo, capaz de derivar en una batalla campal, de palabras, eso sí, pero también de gestos, como cuando el diputado de Más Madrid Pablo Padilla simuló un disparo contra la bancada donde se encontraba Ayuso. Fue sancionado con 18 días de sueldo. Con Ossorio como presidente, también se sancionó a Rocío Monasterio, entonces portavoz de Vox, por un doble voto. Le cayeron 15 días de sueldo.El presidente de la Asamblea abre la sesión cada jueves sin saber qué le deparará el destino inmediato. El lunes previo, en la Junta de Portavoces, suele pedir a los grupos contención y moderación, para no convertir los plenos en un espectáculo incalificable. Pero de nada sirve. En uno de los últimos plenos, desesperado, acabó recomendando a sus señorías escuchar más música para calmar los ánimos. «Están muy nerviosos, no sé qué les pasa. Ahora tienen el Festival de Arte Sacro, de la Consejería de Cultura, vayan ahí, o vayan al Teatro Real, que estoy seguro de que van a venir aquí mucho más tranquilos». En otro, apeló al Día Internacional de la Felicidad, que se celebraba esa jornada, para estar «todos contentos». Noticia Relacionada estandar Si La bronca política cede a la unidad para frenar el consumo creciente de drogas en Madrid Mariano Calleja La Asamblea estrena comisión con este dato: el 21,8 por ciento de los adolescentes consumen cannabisEn uno de los plenos más broncos de la temporada, el del 13 de marzo, Ossorio tuvo que pedir silencio a sus señorías en 120 ocasiones. El presidente leyó la cartilla a todos y a la semana siguiente ‘sólo’ tuvo que hacerlo en casi 70 ocasiones. La desesperación del presidente cuando trata de poner orden se ve en momentos como este: «Pero no grite usted, de verdad… ¡Es que están muy nerviosos hoy! ¿Pero qué les pasa? Están nerviosísimos, están intensos. Tranquilos, tranquilos, tranquilos. Es que están nerviosos. ¡Por favor, silencio! ¡Pero qué nerviosos están, es que, de verdad…! Tranquilícese».En los plenos no faltan los gritos, descalificaciones e insultos, como llamar «asesinos» a los populares por los muertos en las residencias, «banda criminal» al PSOE, o «nazis» a los diputados de Vox. En una ocasión, el portavoz adjunto del Grupo Socialista protestó ante Ossorio porque desde el PP habían llamado «banda criminal» al Gobierno de Sánchez. «Mire, señor Fernández Lara, su portavoz ha hablado de 7.291 muertos y así que usted tiene que aguantarse con lo que ha dicho el señor Díaz-Pache, ¿le queda claro o no le queda claro?», zanjó Ossorio. «Les he oído durante años. Mientras ustedes llamen criminales al Gobierno de la Comunidad de Madrid, tendrán que aguantar que llamen al Gobierno de España banda criminal». El portavoz del PP recordó que una diputada del PSOE acababa de llamar a los populares «asesinos». «¡No puede ser!»En otra ocasión una diputada de Más Madrid se refirió a una iniciativa de Vox como «propuesta nazi». Ossorio le pidió que retirara el término, y como se negó, la amonestó. Desde Vox, también llamaron al PSOE «partido sanguinario donde los haya». Ossorio advirtió a la diputada Ana Cuartero de que era «muy fuerte» lo que había dicho y le pidió que se retractara. «Ande, ¡que estamos en el Día de la Felicidad! Vamos…», casi rogó. Y Cuartero aceptó «por respeto a la Presidencia». El debate se puede ir de las manos también cuando, por poner un ejemplo, un grupo como Más Madrid lleva una reforma sobre la ley de Cooperativas, y la portavoz del PSOE aprovecha su intervención para hablar de los muertos en la pandemia y echárselos en la cara a Ayuso. «Bueno, de verdad, ¡ya! Señora Jiménez Liébana, ¡ya! Lleva siete minutos, ocho, sin hablar del tema», le recriminó Ossorio. «¡Es que no puede ser!, de verdad… ¡No tiene la palabra! ¡Por favor!, acabe y hable de cooperativas. Es una vergüenza que en un turno de diez minutos de una ley que se quiere modificar no se utilice la palabra cooperativas».«Desde 2015 llegaron formaciones empeñadas en enfrentar a los españoles», advierten fuentes del Parlamento madrileñoEn medio de la tensión, el presidente no pudo reprimirse un día: «¡Voy a tener una parálisis cerebral!». Ossorio, que es objeto de las críticas de la oposición por su «parcialidad», cortó a los diputados de Más Madrid que le reprochaban su manera de ordenar los plenos: «El presidente soy yo ahora; en la siguiente legislatura, usted se presenta y a usted le veo con muchas dotes de ser un presidente ecuánime de la Asamblea». «Si yo no quiero intervenir nada, de verdad, quiero dar la palabra y ya está», confesó resignado. Ossorio asume como inevitable que su papel sea cuestionado por la oposición, según fuentes de la Asamblea. «El clima político está muy enrarecido porque estamos viendo, en los últimos años, decisiones políticas y declaraciones insólitas desde que España es un Estado de derecho. Inevitablemente, esta situación se traslada a los debates de la Asamblea de Madrid», señalan esas fuentes. «Además, desde el año 2015 llegaron a los parlamentos formaciones empeñadas en enfrentar a los españoles en las más diversas contiendas para sacar rédito político». Desde la Mesa, se escuchan con frecuencia «discursos repletos de resentimiento y rencor, en ocasiones pronunciados por diputados muy jóvenes». Las fuentes consultadas también ven «inquietante» que otros diputados de más edad recurran «por sistema a la mentira» o que busquen «la destrucción personal del adversario». «Ossorio es el brazo político de Ayuso en la Asamblea y aplica un rodillo para silenciarnos», replican desde Más MadridEn el Grupo Popular defienden al presidente: «Su labor es fundamental para mantener el orden, pero también es muy complicada cuando nos encontramos con una oposición que, ante la falta de argumentos, utiliza el enfrentamiento y los ataques personales». Desde el PSOE se sostiene que Ossorio «ha renunciado a ser un presidente de todos y ha optado a ser una especie de baluarte del Grupo Popular». «Su pérdida de imparcialidad a la hora de hacer cumplir el Reglamento según quien lo vulnera es evidente». Fuentes de Más Madrid van más allá: «Ossorio es el brazo armado de Ayuso en la Asamblea. Aplica un rodillo para silenciar a la oposición».

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