El pasado Jueves Santo, la Policía Nacional detuvo a un padre de 66 años y su hijo de 38 por haber presuntamente apuñalado a un varón de 46 tras una pelea en un bar de Puente de Vallecas. El Viernes Santo, dos hombres de 23 y 30 años fueron heridos muy graves por arma blanca en una agresión en la calle Mesón de Paredes, en Lavapiés. Los sucesos han encendido las alarmas en el Gobierno regional, y han provocado la reacción del consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, que ha enviado una carta al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín , recordándole que estos hechos «están comprometiendo gravemente la seguridad en las calles» e instándole a «que pongas en práctica todas las medidas» para evitarlo. La respuesta le ha llegado apenas unas horas después: el delegado le tacha de cometer un «ejercicio de tremenda irresponsabilidad, con un espasmo del peor politiqueo irresponsable» y le convoca a una reunión «mañana mismo», por este lunes.Aunque los días de descanso, durante la Semana Santa, habían abierto un paréntesis en la escalada de tensión entre los gobiernos regional y central, con el domingo de Resurrección volvió el choque. La excusa esta vez fueron las últimas reyertas que han tenido lugar en la ciudad, y sobre las que el consejero de Interior, Carlos Novillo, llamó la atención del delegado del Gobierno. En su carta, le traslada su «preocupación» ante estas «reyertas y actuaciones violentas acontecidas en Madrid en los últimos días», que a su juicio «están comprometiendo gravemente la seguridad en las calles».Lamenta Novillo que estos sucesos «están afectando de manera importante a los ciudadanos y a la imagen de Madrid como destino turístico de referencia».Noticia Relacionada estandar No El delegado del Gobierno acusa a Almeida de estar «enredado en chiquilladas» y luego le pide respeto institucional Sara Medialdea Francisco Martín se quejó de que le llegó tarde la invitación oficial al acto de hoy en homenaje a la Policía Municipal de la capitalPor eso, insta al delegado a que «pongas en práctica todas las medidas tanto preventivas como reactivas que sean necesarias en el ámbito de tus responsabilidades», al tiempo que pone a los equipos de la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 «a tu disposición para mantener una reunión con el objetivo de afrontar esta problemática».La respuesta del delegado no se hizo esperar: apenas habían pasado unas pocas horas cuando ya tenía circulando, también por redes sociales, su carta contestando a Novillo. En ella, le recuerda que «hace apenas unos días, el pasado 14 de abril, usted rechazó mi propuesta, enviada el 1 de abril, para mantener una nueva reunión en la que abordar las cuestiones de común interés entre la Consejería que usted dirige y esta Delegación del Gobierno». Una negativa que según Martín supuso quebrar «de forma unilateral, la dinámica de encuentros de trabajo en materia de seguridad que, con carácter semestral, habíamos acordado y puesto en marcha desde abril de 2024».Francisco Martín le hace algunas consideraciones al consejero Novillo: por un lado, que «tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil trabajan con absoluta profesionalidad y realizan su labor en favor de la seguridad ciudadana, con tareas tanto preventivas como reactivas, de manera constante y con la máxima intensidad, sin requerir de ninguna indicación extraordinaria para ello por parte ni de usted ni del Gobierno del que forma parte». Se ofrece a informarle sobre los resultados de las operaciones policiales «cuando muestre algún interés por estar adecuadamente informado».A continuación, le recuerda que los niveles de criminalidad en la región son «los más bajos en la última década, y con unos índices de evolución de las reyertas inferiores a la media nacional». Le recrimina el daño que hacen a la convivencia de los madrileños «la falta de rigor y proporcionalidad con la que solo buscan inocular miedo para obtener cualquier rédito».Le recuerda al consejero que «la gestión de la seguridad exige seriedad, discreción, rigor y constancia. En una palabra, exige de responsabilidad», y a continuación le afea el «ejercicio de tremenda irresponsabilidad que acaba de practicar, con un espasmo del peor politiqueo filtrado en tiempo real a los medios» cree que con el fin de «ganar notoriedad, generar alarma y alimentar la mañana del lunes en sus medios de cabecera».Es más, señala que «si usted realmente tuviera alguna preocupación urgente sabe que puede contactar telefónicamente conmigo en cualquier momento» y si «tuviera algún interés real en la seguridad de los madrileños y quisiera trabajar en favor de la misma, nunca hubiera rechazado la dinámica de colaboración y coordinación que le he venido planteando». No obstante, pese al «absoluto y frontal rechazo a la actitud que hoy ha demostrado, le planteo la posibilidad de reunirnos usted y yo en la Delegación del Gobierno mañana mismo, lunes 21 de abril, al objeto de analizar la situación actual de la seguridad ciudadana en la Comunidad de Madrid y los retos a corto y medio plazo a los que ésta se enfrenta».Además de esta carta, el delegado ha enviado otra a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, en la que le adjunta la misiva de Novillo, le señala que la seguridad es materia en la que «debieran imperar, más que en ninguna otra, la lealtad y la colaboración entre las diferentes administraciones públicas». Para completar su mensaje, le puntualiza que «a sabiendas de las inmensas diferencias que nos separan y de la dinámica rupturista en la que usted ha decidido instalar nuestras relaciones institucionales», le llama la atención «ante la gravedad de las últimas acciones realizadas por un miembro de su Consejo de Gobierno, y a las que estoy convencido que usted no es ajena».Lo cierto es que no sólo en el Gobierno regional están preocupados por los últimos sucesos acaecidos en Madrid: también el alcalde madrileño, José Luis Martínez-Almeida, reclamaba ayer al delegado del Gobierno Francisco Martín que ponga «todos los medios posibles» tras las últimas reyertas. Almeida recordó que «la seguridad es una de las señas de identidad de la ciudad. Muchísimos turistas vienen atraídos por las condiciones de seguridad. No hay que caer en la alarma social, pero sí hay que preocuparse de que este tipo de reyertas no tengan continuidad».

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