Viernes Santo sin el Papa en San Pedro

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Viernes Santo sin el Papa en San Pedro

El Papa Francisco ha estado físicamente ausente este Viernes Santo, pues no se ha dejado ver en San Pedro, y eso a pesar de que a la ceremonia de la tarde en el Vaticano ha asistido en primera fila el vicepresidente de EE.UU., JD Vance . Sin embargo, el Pontífice ha firmado el texto de las meditaciones que se han leído en el tradicional Vía Crucis que se ha rezado al anochecer junto al Coliseo de Roma. «Somos ancianos que aún quieren soñar», reconoce en el texto con frases en clave autobiográfica.Vance estará en la Ciudad Eterna hasta el domingo, y por eso no se descarta que pueda saludar en privado al Papa Francisco, al menos informalmente, como hicieron los reyes Carlos y Camila de Inglaterra el pasado 9 de abril. Por lo pronto, este sábado se reunirá con el número dos de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin . El vicepresidente, católico desde 2019, intentará resucitar las relaciones con el Vaticano y dar algunas garantías tras las críticas del Papa a la deportación masiva de inmigrantes por parte de Trump y a su campaña para impulsar la carrera armamentística. Roma se dice dispuesta a colaborar donde sea posible, pero las perspectivas de empobrecimiento general de la población y la estrategia de ruptura de relaciones internacionales que plantean los aranceles tampoco le dejan mucho margen de maniobra.Francisco delegó los oficios del Viernes Santo en el cardenal Claudio Gugerotti, quien como prefecto del Dicasterio para las Iglesias orientales es responsable de la colecta que cada Viernes Santo se celebra para sostener a los cristianos de Tierra Santa. También el vicario del Papa para la diócesis de Roma el cardenal Baldo Reina, presidió en su nombre el Vía Crucis en el imponente marco del Coliseo. Francisco, que ya el año pasado había seguido el rezo desde Casa Santa Marta, envió a los participantes un texto con reflexiones sobre la Pasión. El Vaticano no ha aclarado si el texto estaba ya listo antes de su hospitalización.Meditaciones y peticiones«La vía del Calvario pasa por nuestras calles de todos los días. Pero nosotros, por lo general vamos en dirección opuesta a la tuya», escribe Francisco en este diálogo personal con Jesús, en el que alterna meditaciones y peticiones de ayuda. En el texto, de contenido sobre todo espiritual, retoma con planteamientos muy originales algunas ideas centrales del Pontificado, como los efectos de la exclusión y la indiferencia o la construcción de la paz. Evoca por ejemplo a Simón de Cirene, quien según el Evangelio de Lucas estaba regresando a su casa y los soldados le obligaron a cargar con la cruz de Jesús cuando ya no podía llevarla. Francisco avisa de que también los cristianos «vamos por nuestro propio camino, desinteresándonos de los demás», «sin tiempo para escuchar», especialmente «cuando los cambios de programa no están permitidos» o «cuando las noticias no nos conmueven». «Simón regresaba de trabajar y lo cargaron con la cruz de un condenado mientras que su plan era otro», explica el Papa. «A veces necesitamos a alguien que nos detenga, y ponga sobre nuestros hombros algún trozo de realidad que sencillamente precisa ser cargado», concluye.Noticia Relacionada estandar Si El Vaticano prohíbe apostatar borrando la partida de bautismo de la parroquia Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en El Vaticano La Santa Sede aclara que las inscripciones realizadas no coartan en modo alguno la libre voluntad de aquellos creyentes cristianos que decidan abandonar la IglesiaTambién, al hablar de Jesús que carga con la cruz, se dirige a quienes «parece que no tienen fuerzas para dedicarse a los demás», a quienes «tienen talentos y capacidades que pueden poner en juego, pero buscan excusas» y les propone «asumir su propia responsabilidad», algo que «cuesta, como cuestan los vínculos más auténticos, los amores más hermosos». Cuando medita sobre cómo Pilato juzga y condena a Jesús, dice que en nuestros días Cristo «sigue estando silenciosamente en cada hermana y en cada hermano expuesto a juicios y prejuicios», alerta del «sentido común» que lleva a «no involucrarse en la suerte de los demás» y recuerda que cada persona tiene la capacidad de «liberar a quien es acusado injustamente, profundizar en la complejidad de las situaciones, contrastar los juicios que matan». Más adelante, implora a Dios que dé a los cristianos «un corazón materno» pues, «en este mundo hecho trizas, nuestra convivencia herida necesita lágrimas sinceras, no de circunstancias». «De lo contrario, se realizará lo que predijeron los apocalípticos: ya no generaremos nada y todo se derrumbará», avisa. Pide la ayuda del Cielo «cuando las cosas parecen no poder cambiar, cuando no se ve el final de los conflictos, cuando la tecnología nos engaña haciéndonos creer omnipotentes, cuando nos vemos inmovilizados por leyes y decisiones injustas, cuando nos vemos contrastados por quien no quiere la verdad y la justicia».Noticia Relacionada estandar No El Papa visita 70 presos por Jueves Santo: «Quiero estar cerca de vosotros» Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en El Vaticano Su cita, aunque esperada, no fue confirmada previamente por la Santa Sede ya que dependía del estado de salud de Francisco, que se encuentra todavía convalecienteMeditando sobre la muerte de Jesús en la Cruz, evoca las veces que los cristianos se han «mantenido a distancia de las llagas del Señor» y cuando «ante el hermano caído hemos mirado hacia otro lado» y asegura que «nuestros templos quieren permanecer definitivamente abiertos». Explica que lo propio de la experiencia cristiana es «caer y volver a levantarse» y que por eso, «quien hace alarde de infalibilidad, quien oculta sus propias caídas y no perdona las de los demás, reniega del camino que Jesús ha elegido». Concluye mirando hacia el sepulcro de Jesús y dirigiéndose a «Jesús, que pareces dormir en un mundo tempestuoso». «Llévanos a todos a la paz del sábado», paz «para los justos y los injustos», para «quien es invisible y carece de voz», paz «para quien no tiene poder ni dinero».Este Sábado Santo tiene previsto presidir en el Vaticano la Vigilia Pascual en nombre del Papa el cardenal Giovanni Battista Re, de 94 años. También el domingo Francisco ha delegado la misa que conmemorará la Resurrección en el cardenal italiano Angelo Comastri, de 81, pero se da por seguro que él se mostrará en público en torno a mediodía para la bendición Urbi et orbi y para entregar simbólicamente su mensaje del día de Pascua.

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