Mientras los cardenales van llegado a Roma para participar en el funeral y en las Congregaciones Generales previas al Cónclave, de las que hablaremos largo y tendido a partir de mañana, se van desgranando los balances del pontificado. El Papa Francisco, con su inteligencia práctica, identidad de jesuita, sabía muy bien que, en el mundo de la comunicación, en ocasiones es más importante, por inmediata, la narrativa, el relato, que la realidad. Tarea en al que se empeñó desde el minuto uno de su pontificado y que concluyó adelantando la publicación de su libro autobiográfico, «Esperanza». Desde los inicios del pontificado del Papa Francisco hizo verdad el dogma sobre el que se fundamenta la sociedad de la comunicación, el medio es el mensaje. Él era el mensaje en un pontificado en el que pesaron más los gestos y la palabra, en formatos y géneros líquidos -las entrevistas-, que el magisterio pontificio en forma clásica, por ejemplo, las Encíclicas. Versión de sí mismo que ya veremos qué influencia tiene en las Congregaciones Generales y en el posterior Cónclave. Hay muchas preguntas que, a lo largo de los próximos días, iremos resolviendo. Una de ellas, nada desdeñable, es si los cardenales tendrán en cuenta la humanización que ha iniciado el Papa Francisco respecto del pontificado, de lo que técnicamente se denomina el ejercicio del ministerio petrino. O lo dejarán para que lo decida el sucesor. Un analista tan fino, y tan vaticano, como el exdirector de L´Osservatore Romano, Gianni Maria Vian, ha escrito recientemente que algunas decisiones del Papa Francisco «parecen acentuar las divisiones y las polarizaciones. Por otro lado, ya presentes en la Iglesia, deberían instar a una urgente reflexión sobre el ejercicio del poder papal y la colegialidad episcopal». De las versiones balance del pontificado, exceptuando las disruptivas, voy a utilizar el símil sobre el que el periodista norteamericano John Allen Jr. ha sintetizado el pontificado. El Papa deja un legado de ‘montaña rusa’, de altibajos vertiginosos. ¿Elegirán los cardenales a un papa para que la Iglesia siga en la ‘montaña rusa’ o apostarán por un trazado de vías lineal, plano?

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