El cardenal John Atcherley Dew , arzobispo emérito de Wellington, deberá atravesar medio mundo para llegar al Cónclave que se encargará de elegir a un nuevo Papa . Un viaje de entre 30 y 40 horas en dos aviones separa su diócesis en Nueva Zelanda de la Santa Sede. Una cita que por su condición no podría eludir, convirtiéndose así en el obispo más lejano en cuanto a distancia del lugar del velatorio.Como participante del Cónclave , que deberá tener lugar entre 15 y 20 días tras la muerte del Papa Francisco , Atcherley viajará a Roma. Él es uno de los 138 purpurados que están habilitados para participar en la elección del nuevo Santo Padre que sustituya a Francisco. De hecho, fue él propio Bergoglio quien lo nombró en febrero de 2015, diez años después de dejar el cargo como arzobispo de Wellington por límite de edad.Noticia Relacionada El pasado febrero estandar Si El último movimiento de Francisco que condicionará a su sucesor José Ramón Navarro-Pareja | Enviado especial al VaticanoFue una de las apuestas del Papa por nombrar un Consejo Cardenalicio con mayor presencia de países alejados del núcleo occidental. También es considerado de corriente ‘aperturista’ o ‘progresista’, como lo era Bergoglio, y ha tenido algunos roces con facciones más tradicionales del seno de la Iglesia por su apoyo a los divorciados que vuelven a casarse o su simpatía con aquellos que profesan la fe y no siguen estrictamente todas las posturas de la Iglesia, por ejemplo, respecto al aborto.En Nueva Zelanda sólo el 15% de la población son practicantes de la religión católica, y es una de las comunidades pastorales más pequeñas del mundo, con 14.000 fieles. A sus 77 años, el cardenal neozelandés todavía es apto para participar de la elección papal, un compromiso ineludible para el cargo que ostenta. A pesar de estar en las antípodas del Vaticano no es la primera vez que realiza este viaje. Antes estuvo para tomar posesión de su sede cardenalicia, en 2015.
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