Francisco deja Santa Marta y vuelve a San Pedro

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Francisco deja Santa Marta y vuelve a San Pedro

A partir de este miércoles, los restos del Papa Francisco volverán a recibir el abrazo del pueblo. Después de un día reservados en la capilla ardiente privada en su residencia, Casa Santa Marta , donde lo han visitado sus principales colaboradores de la Curia vaticana, a las 11 se abrirán las puertas de San Pedro para permitir el homenaje de los fieles. Mientras tanto, los cardenales celebrarán una nueva congregación general en la que intentarán concluir la lista de tareas pendientes antes de poder iniciar el intercambio de impresiones sobre el perfil del nuevo Papa . Ayer unos 60 cardenales se reunieron en la primera «congregación general». La reunión duró una hora y media, tiempo suficiente para familiarizarse con este formato de encuentros. Los participantes pronunciaron un primer juramento en el que se comprometieron a respetar la ley que gobierna la Sede Vacante, la constitución apostólica «Universi Dominici Gregis», y explícitamente a guardar silencio de lo que concierna la elección del próximo Papa .«Prometemos, nos obligamos y juramos, todos e individualmente, observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la constitución apostólica y mantener escrupulosamente el secreto sobre todo lo que de cualquier manera tenga que ver con la elección del Romano Pontífice, o que por su naturaleza, durante la vacante de la Sede Apostólica, requiera el mismo secreto», han dicho.Noticias relacionadas estandar Si Sánchez se escuda en la asistencia del Rey para no ir al funeral del Papa Angie Calero estandar Si El cardenal español Antonio Cañizares no asistirá al Cónclave por motivos de salud Toni Jiménez133 electores, por el momentoA estas reuniones están convocados todos los cardenales, también los que por ser mayores de 80 años no tienen derecho a participar en el cónclave. Teóricamente todos tienen la obligación de viajar a Roma para participar, ya que no pueden hacerlo por videoconferencia, pero quienes superan esa edad o están enfermos, están dispensados, aunque sean electores.Es el caso de los cardenales Antonio Cañizares, de 79 años, arzobispo emérito de Valencia, y de Vinco Puljic, arzobispo de Sarajevo, también de 79, que ya han comunicado que no participarán. Esto reduce el número de electores a 133, aunque probablemente el número bajará en las próximas horas.Mientras que el cardenal camarlengo se ocupa de las cuestiones administrativas, esta asamblea de cardenales se ocupa de los asuntos de gobierno de la Santa Sede que no puedan esperar. En su primera reunión, de sólo una hora y media, han tomado tres importantes decisiones. Primero han autorizado a que los restos del Papa sean trasladados este miércoles a la basílica vaticana; luego han convocado el funeral para el sábado y han confirmado que lo celebrará el cardenal decano Giovanni Battista Re; y por último, han «suspendido las beatificaciones pendientes hasta que sea elegido el nuevo Romano Pontífice».La polémica participación de Angelo Becciu en el cónclaveProbablemente una vez que pase el funeral deberán pronunciarse sobre cuestiones más espinosas, como una eventual participación del cardenal Angelo Becciu en el cónclave, pues aunque el Papa le obligó a renunciar a los derechos ligados al cardenalato, más adelante lo admitió en los consistorios y en las reuniones de cardenales. También deberán establecer la fecha del cónclave, que según la ley tendrá que ser entre el 5 y el 12 de mayo , pero que no fijarán hasta que todos los cardenales se hayan pronunciado sobre el perfil que debe tener el próximo Papa. Despedida del PapaA primera hora de la mañana de este miércoles, Casa Santa Marta dirá adiós al huésped que ha hecho celebre esta anónima hospedería del Estado Ciudad del Vaticano. A las nueve en punto, el cardenal camarlengo Kevin Farrell encabezará la procesión, acompañado de todos los cardenales que ya están en Roma. Es un recorrido breve, de unos 300 o 400 metros. Primero atravesarán la plaza de los Protomártires Romanos, entrará en la plaza de San Pedro atravesando el arco de las campanas, e ingresará en la basílica por la puerta central. En el mismo instante en que atraviese su umbral se entonarán las «letanías de los santos» en las que se invoca a grandes figuras de la fe para que ayuden al difunto. Comenzará así la «segunda estación» de las tres que conforman el rito de las exequias del Papa. La primera fue la ceremonia de constatación del fallecimiento que tuvo lugar el lunes por la noche. La segunda es el traslado de sus restos mortales desde Casa Santa Marta hasta la basílica de San Pedro de esta mañana; y la tercera será el funeral y el entierro previstos para el próximo sábado.Primero atravesarán la plaza de los Protomártires Romanos, entrará en la plaza de San Pedro atravesando el arco de las campanas, e ingresará en la basílica por la puerta centralEl ataúd del Papa será transportado por los «sediarios pontificios», un antiguo cuerpo protocolario formado por laicos romanos, que en el pasado eran responsables de transportar la «silla gestatoria». Visten un chaqué gris, casi violeta, con pantalón y chaleco del mismo color, y camisa, guantes y pajarita blancos. El chaqué no lleva botones, sino que se cierra con una cadenita con un broche de las llaves de Pedro, símbolo de la Santa Sede. El libro que recoge el ritual, el ‘Ordo Exsequiarum Romani Pontificis’ subraya que los restos quedan en la basílica vaticana, pues allí «ha ejercido a menudo su ministerio de obispo de la Iglesia que está en Roma, y de Pastor de la Iglesia universal». Permanecerán expuestos hasta el viernes por la noche cerca del altar de la Confesión, el altar central, a pocos metros de la tumba del primer apóstol. Basílica abierta hasta medianocheEste miércoles y el jueves el Vaticano mantendrá abierta la basílica hasta medianoche, y el viernes, hasta las siete de la tarde. En la Via della Conciliazione, la avenida que conecta el río Tiber con el Estado Ciudad del Vaticano, han sido dispuestas pantallas gigantes, en previsión de la multitud que a partir de las próximas horas llegará a estas calles.Muchos de ellos seguirán en la Ciudad Eterna hasta el fin de semana para participar el sábado en el funeral. Verán una ceremonia diferente a la que se celebró para despedir a Juan Pablo II en 2005 y a Benedicto XVI en enero de 2023, sobre todo, menos oropeles. Francisco la revisó en su último año de vida y en junio del año pasado confirmó el nuevo ritual.La idea es «que exprese mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado» en lugar de elogiar al difunto, y «que el rito subraye aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo», según explicó el encargado de la reforma, el arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias. En la ceremonia no se usan expresiones como «Romano Pontífice», que se sustituyen con títulos más sencillos como «Papa», «Obispo de Roma» y «Pastor». También «se ha simplificado la estructura, revisando o eliminando varios elementos rituales que resultaban difíciles de coordinar o que ahora se consideraban inapropiados, y se han definido mejor las competencias y funciones de quienes intervienen en la preparación y realización de los ritos», según detalló Ravelli en noviembre.Aparte de la solemnidad de la ceremonia y del lugar donde se celebra, tendrá muy pocas diferencias respecto a los funerales de cualquier obispo, aunque sí hay algunas específicas para subrayar la especificidad de la misión del pontífice. El principal ritual propio del funeral papal es la «última recomendación y despedida» que tiene lugar junto al ataúd después de la bendición final y que consta de tres partes: Primero, una «súplica de la Iglesia de Roma presidida por el cardenal vicario», en este caso Baldo Reina; a continuación, una oración «de las Iglesias orientales» encabezada por un Patriarca oriental, cuyo nombre aún no se ha revelado; y tercero, una oración del cardenal decano Giovanni Battista Re en nombre de toda la Iglesia católica. Después de la misa, los cardenales que han concelebrado se retiran seguidos por el féretro mientras el coro entona un «Magnificat» como despedida. Desde la plaza partirá probablemente el coche fúnebre rumbo a Santa María la Mayor para el entierro. Allí será el sepelio, mucho más breve que el vigente hasta hace unos meses, pues «se ha eliminado el cierre del primer ataúd de ciprés en un segundo de plomo y luego en un tercero de roble o de otra madera». Una vez depuesto en el suelo en una capilla junto al icono de María Salus Popoli Romani, será cubierto con tierra de Liguria, de donde proceden sus antepasados italianos. Lo cubrirá una lápida de mármol con el nombre «Franciscus» y marcará el punto final de este Pontificado.

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