El plan presentado por el Gobierno este martes volvió a reabrir la enorme fisura interna que en materia de defensa y seguridad, y por extensión de visión de la política exterior, existe entre los dos socios de la coalición, el PSOE y Sumar . La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz fue informada del mismo días antes, según fuentes del Gobierno, pero ni esa deferencia evitó el choque de trenes. Pedro Sánchez se esforzó por minimizarlo en su rueda de prensa, cuando a preguntas de uno de los informadores admitió que su socio había formulado « observaciones ». Técnicamente era eso, y así rezaba el documento que Sumar presentó a su socio y que hizo circular este martes, pero de facto era algo más, una severa enmienda a las medidas aprobadas, hasta el punto de pedir que no se incluyeran en el índice del propio Consejo de Ministros . «Tenemos una discrepancia en este punto, pero hemos gestionado esa discrepancia desde el respeto y desde el diálogo, yo creo que eso es importante subrayarlo », afirmó el jefe del Ejecutivo, capeando una vez más el temporal. Al tiempo que enfatizó el «consenso europeísta» entre los socialistas y el partido a su izquierda. Un consenso que por razones obvias no pudo adjetivar como de atlantista.Noticia Relacionada estandar Si El Gobierno ha destinado 3.500 millones extra a Defensa en 2025 Pilar De la Cuesta Ha concedido suplementos de crédito, pagos por la dana, misiones y aumento de sueldosEl documento de marras califica de « exorbitado » el aumento del gasto en 10.000 millones de euros para cumplir este mismo año con el 2 por ciento del PIB comprometido ante la OTAN en principio para 2029. Y tacha de «especialmente preocupante» el apartado sobre adquisición de armamento o capacidades, que Sánchez excusó en la necesaria «disuasión» ante las nuevas amenazas. El socio pequeño de la coalición denuncia que «no se conoce con la necesaria precisión el destino que se va a dar a los gastos cuya aprobación se pretende, ni si estos se ajustan a las necesidades identificadas en términos de capacidades a reforzar y de garantía de la autonomía estratégica». El documento de Sumar habla, incluso, de que «sería inadmisible la compra de cualquier material bélico a Israel, no solo por su actividad de genocidio del pueblo palestino, sino también atendiendo a la propiedad de las patentes de este tipo de material bélico».Vaso medio llenoFuentes de la parte socialista del Ejecutivo, en cambio, tratan de ver el vaso medio lleno, y aseguran que la discrepancia con el socio en el Gobierno sólo afecta al 18 por ciento del plan presentado por el presidente, el que habla de las capacidades más puramente armamentísticas . En algunos casos, explican, se trata simplemente de renovar determinados materiales o capacidades.El del aumento en gasto en defensa es uno de los principales escollos que enfrenta Sánchez no sólo con su socio de coalición, sino también con sus aliados parlamentarios más a la izquierda, como ERC y Bildu y, claro está, los cuatro diputados de Podemos , formación que no tardó este mismo martes en volver a mostrar su radical discrepancia en este asunto, que según los de Ione Belarra es «cumplir el mandato de Trump».Frente a esas posiciones, y aun cuando como recordó el presidente no hay obligación legal ni constitucional de que el Congreso de los Diputados y el Senado refrenden el plan, Sánchez ha intentado para atraerse a sus socios maniobras dialécticas como denostar el término « rearme », algo que hizo el pasado marzo durante la cumbre de la Unión Europea (UE) que abordó el aumento del gasto militar a nivel comunitario. El presidente y sus colaboradores prefieren el de gasto en «seguridad», tal y como volvió a defender en su comparecencia de este martes.Tampoco necesita nuevos Presupuestos para sacarlo adelante, y preguntado por ello dijo que el plan debe estar listo «cuanto antes».

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