Un Djokovic al ralentí también tropieza en Madrid a la primera

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Un Djokovic al ralentí también tropieza en Madrid a la primera

Había ganas de ver a Novak Djokovic en Madrid, mucho seguimiento en las gradas y calor para el serbio, que llevaba dos ediciones ausentes y la última vez había caído en semifinales contra Carlos Alcaraz. Ausente el murciano, se celebra que esté una leyenda como él, 24 Grand Slams a sus espaldas, aunque con esta versión más humilde de quien lleva demasiado tiempo sin haber encadenado buenos torneos. Persigue Djokovic el título 100 de su carrera, que no suma en la ATP desde noviembre de 2023, y había interés por saber cómo respondería después de estos meses de altibajos: retirado por lesión en la semifinal de Australia, derrotas en primera ronda en Doha e Indian Wells, finalista en Miami (cayó con Mensik) y otro tropiezo temprano en Montecarlo. Mutua Madrid Open Segunda ronda Matteo Arnaldi 6 6 Novak Djokovic 3 4Pero le falta el mordiente de antaño, rodaje en la pista rápida y más confianza en sus golpes. Al ralentí, sin chispa y solo a trompicones de brillantez, cede también en el estreno del Mutua Madrid Open ante un Matteo Arnaldi que mostró arrojo, desparpajo y falta de miedo y respeto para doblegar al serbio. Este serbio lejos de sus mejores momentos y al que le falta para poder llegar a Roland Garros con garantías de éxito. Llegaba Djokovic a Madrid con cero expectativas, sufriendo desde hace tiempo porque no le acaba de acompañar la ambición con el nivel. Y cuando le alcanza, hay algún joven que le pelea sin respeto por sus títulos.A pesar de sus más de mil partidos, Djokovic todavía encuentra rivales se nuevo cuño en su historial, como este Arnaldi de 24 años. Que sorprende al personal cuando se revuelve en el segundo juego para romper el saque a este serbio que venía para intentar rodarse. Una parada en Madrid como campo de pruebas para Roland Garros.Algo lento de movimientos, fue pasando de ahorro de energía a efectividad djokoviana. Que aunque parezca lento, su raqueta sigue entonando golpes al compás: a un lado, a otro, ahora alta, ahora baja. El serbio, no obstante, regaló saques casi directos a 130 y momentos brillantes con ese revés para enmarcar, de sus mejores épocas en esta pista, y también errores de bulto, de falta de rodaje. Y dos dobles faltas con las que brindó la rotura en el octavo juego para que Arnaldi amarrara el 6-4 a su favor.Noticias relacionadas estandar Si TENIS / MUTUA MADRID OPEN Cuando perder no es el final: el fenómeno de los ‘lucky losers’ Natalia Moscardó Gallego estandar Si Mutua Madrid Open Alexander Zverev: «Alcaraz ha cambiado el tenis; esa derecha no se había visto» Laura MartaLa grada, llena por fin en esta sobremesa de sábado, se inclina por edades: veteranos del tenis hacia el ganador de 24 Grand Slams, y voces más jóvenes a favor del italiano, más acorde con la generación de la potencia, que Djokovic ya queda lejos. Y se va diluyendo conforme pasan los minutos en el Estadio Manolo Santana.Empieza a inventar el serbio, a desplegar el parabrisas, a jugar con el riesgo para forzar y amilanar al rival, y a sonreír con dos puntos del campeón de 24 Grand Slams: picardía, fuerza, inteligencia y la pista en pie porque este es el Djokovic que se tiene en las retinas y en la memoria. Aunque sean solo chispazos que ni siquiera desequilibran a Arnaldi, porque lo que no se quiere es dejar escapar esa época irrepetible y sabe el personal que habrá poco Djokovic en Madrid en el futuro. Tampoco lo quiere el serbio, que se marca el puntazo del partido de lado a lado, de patinador profesional sobre la tierra y engancha a todas las generaciones con un dedo a la oreja, que esto es lo que parece gustarle a los jóvenes.Pero Arnaldi ni se inmuta, que quien vive en esta generación es él y tiene todo lo que se necesita para tumbar a este Djokovic: desparpajo, derecha, velocidad de pelota y arrojo. Con él se va hacia delante, reta incluso con los restos y el revés y fuerza y fuerza y fuerza al serbio, que va diluyéndose en la arena roja a pesar de todo lo que es, que es muchísimo, pero no en esta tarde madrileña. Un error con una volea en el séptimo juego permite al italiano contar con una opción de rotura con la que tiembla el refugio serbio del Estadio Manolo Santana, y eleva a Arnaldi, que devuelve todo y más, engatusa a Djokovic para que vaya a la red y este se enreda para dejar la pista y el partido libre.Rotura y un 4-3 y saque que no hacen temblar al italiano, por mucho que apele el de Belgrado a su gen competitivo, al público al que quiere tener de su lado, con el que logra tres bolas de ‘contrabreak’ para alegría del tenis y de Madrid, que hay un poco más de Djokovic. Pero sigue Arnaldi sin alterarse, levantado el peligro con arrogancia incluso y un saque directo para asegurar el cambio de guardia. Esta ya está aquí. Porque aguanta en pie el serbio un juego más antes de claudicar ante el italiano. «Oh, my God», firma en la cámara Arnaldi. Primera cita y primera victoria ante Djokovic. Ante este Djokovic, todo hay que decirlo, que necesita más para volver a ser el tenista hambriento de antes. Pero es Djokovic, que nadie lo olvide.»Sé que no es el mejor Djokovic, pero no sé qué decir ahora mismo. No sé cómo he mantenido la clama. Tengo que volver a verlo. Intenté jugar como él, pero no sé qué más decir», intentaba explicar el tenista, incrédulo todavía nada más terminar el partido.

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