Phillippe Sands: «Las únicas personas a quien he rechazado defender son Augusto Pinochet y Sadam Hussein»

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Phillippe Sands: «Las únicas personas a quien he rechazado defender son Augusto Pinochet y Sadam Hussein»

Philippe Sands tenía 38 años y era un respetado profesor de universidad cuando en octubre de 1998 recibió una extraña llamada. Augusto Pinochet acababa de ser detenido en Londres y sus abogados querían saber si se encargaría de su defensa como experto en jurisprudencia internacional. Querían evitar como fuera su extradición a España bajo el requerimiento del juez Garzón. Antes de aceptar, puesto que quería aceptar, tenía que aceptar, Sands se lo explicó a su mujer y la respuesta de ésta fue tajante: «si aceptas me divorcio».Así arranca el último y fascinante libro de Sands: «Calle Londres, 38» (Anagrama), su recolección de dos casos paradigmáticos en la historia reciente en justicia internacional, la detención de Pinochet en Londres y la vida de Walter Rauff, el dirigente nazi responsable de las cámaras de gas móviles, en la Patagonia y su más que probable relación con el régimen de Pinochet. «La verdad es que era un hecho histórico. Nunca antes un líder de un país había sido detenido en un país extranjero. Era algo extraordinario y estaba emocionado. Como abogado, creo en el principio del taxista, no te puedes negar a llevar a nadie tenga las ideas políticas que tenga. Por suerte no acepté, y doy gracias a mi mujer por ello, porque mi vida hubiese sido muy diferente», asegura Sands.El libro nació hace nueve años, cuando empezó a investigar la vida de Rauff y su pasado en Chile. Allí descubrió asombrado la evidente relación del nazi con el régimen de Pinochet, cómo éste le había encubierto y cómo éste los había ayudado en los sistemas de tortura y desaparición de sus enemigos políticos. «Es sorprendente que un inglés saque a la luz una verdad que tampoco era tan difícil de descubrir. A veces, lo más fácil es mirar a otro lado, pero si no se cierran los crímenes del pasado, siempre resurgen con graves consecuencias», expone.Su investigación ha sacado a la luz dos documentos hasta ahora desconocidos. Por un lado, un dossier de diez páginas en que se demuestra la implicación del gobierno inglés y el chileno en inventar una enfermedad de demencia senil de Pinochet para evitar la extradición a España . «Todos sabían que estaba bien. Todavía puedes ver una entrevista en Youtube que le hicieron en Florida en aquella época en que se ve que está perfectamente. La propia traductora durante su detención certifica que no tenía ningún problema mental», asegura Sands todavía asombrado.El otro documento incriminatorio muestra la firma de Pinochet en un informe que ordena el asesinato de 97 personas a cargo de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional) , el principal organismo represivo de la dictadura y que demuestra que él no sólo era consciente de los actos de dicha organización, sino que los mandaba ejecutar. «Siempre había habido rumores y alegaciones alrededor de esto y de la conexión entre Rauff y Pinochet, pero para un abogado, como para un periodista, necesitamos pruebas. Y este libro gira entorno a las pruebas que he recogido, no a los rumores», afirma SandsRauff es un personaje terrible que ya salía en libros como ‘Nocturno de Chile’, de Roberto Bolaño o ‘En la Patagonia’, de Bruce Chatwin. En el 41 y 42 fue el instigador de las llamadas cámaras de gas portátiles a partir de unas furgonetas. Sus conocimientos los empleó después con los represaliados del régimen de Pinochet. «Es el primer caso documentado de la colaboración de los exhiliados nazis con las dictaduras de Sudamérica. Siempre se había sospechado, pero ahora tenemos las pruebas», comenta el escritor y abogado.Este detallado y profundo relato de los hechos se lee prácticamente como un thriller político de espías. Sands no deja ningún cabo suelto, como es la implicación de España en el caso, sobre todo a partir del trabajo de tres juristas que abrieron la posibilidad a que Pinochet fuera extraditado, Baltasar Garzón, Carlos Castresana y Juan Garcés . «El gobierno español no participó en la enfermedad fingida de Pinochet, pero desde luego respiró aliviada al saber que no tendría que recibir y juzgar al dictador. Lo que era evidente es que Garzón persiguió a Pinochet indirectamente porque no podía perseguir a ninguno de los responsables de los crímenes de la dictadura española», señala SandsEl cierre a una gran trilogíaEl libro cierra la trilogía abierta con ‘Calle oeste-este’ y ‘Ruta de escape’ en que buceaba en los principios del concepto de crímenes contra la humanidad y el genocidio, así como en las vías de escape de los nazi para huir a Sudamérica y evitar los juicios de Nuremberg. «Sólo he rechazado dos casos en toda mi vida, el de Pinochet y el de Sadam Hussein. En este último ni siquiera necesité a mi mujer», comenta. En su opinión, el futuro de la justicia internacional puede que sufra un retroceso en los próximos años, con la irrupcion de los casos de Putin en Ucrania o Netanyahu en Gaza , pero a largo plazo es claramente optimista en que la justicia siempre avanza y está lo suficientemente enraizada en nuestro sistema para que sea imposible abolirla por completo. «La literatura te permite llegar a donde la judicatura no llega. La justicia no está encerrada en los juzgados, va más allá, es un relato y allí es donde las historias populares son esenciales. Puede que Pinochet y Rauff tuvieran impunidad judicial, ya que nunca pisaron un juzgado, pero fueron hombres destrozados», aclara.Noticia Relacionada estandar Si Un tribunal en Chile destituye a la senadora Allende por la venta de la casa de su padre María J. Errázuriz | Corresponsal en Santiago de ChileEl escritor y abogado está inmerso ahora en un libro que versará en el ecocidio contemporáneo y cómo hacer a nuestro ecosistema en una entidad propia también con derechos inalienables. Además, quiere indagar «a lo Cercas» , en la vida de una mujer que salvó en los años 40 a dos judíos a los que daba clases de inglés diciéndoles que se disfrazasen de mujer. «No sé si se publicará, pero quiero huir un poco de mi proceso de documentación y construir una ficción a través de los datos que conozco«, reconoce

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