Cuando en todos los canales el foco principal está puesto en obtener respuestas sobre el origen y la responsabilidad del apagón, creo que es clave abrir una línea paralela de valoración y análisis sobre la resiliencia operativa de empresas y organismos.El gravísimo incidente que dejó fuera de combate a todas las infraestructuras de generación, transporte y distribución de energía eléctrica es un recordatorio contundente de la vulnerabilidad de nuestras infraestructuras y la necesidad de revisar y fortalecer los procedimientos de resiliencia operativa en empresas y organismos. El incidente del lunes se suma a una serie de eventos que han puesto a prueba nuestra capacidad de respuesta y resiliencia ante situaciones adversas. El más reciente la dana de Valencia, pero antes Filomena y la pandemia. También hemos tenido incidentes con proveedores tecnológicos donde se han visto comprometidos sistemas críticos para el funcionamiento de la sociedad. Cada uno de estos eventos e incidentes han tenido magnitudes e impactos muy diferentes, pero todos ellos tienen algo en común y es la necesidad de garantizar el funcionamiento y la operativa de empresas y organismos haciendo frente a situaciones complejas, no vividas anteriormente.En el caso del sector eléctrico ha quedado de manifiesto que existen los procedimientos para gestionar este tipo de eventos, pero me gustaría recalcar la necesidad de que las compañías sigan invirtiendo para tener y mantener los medios técnicos y humanos para hacer frente este tipo de situaciones extraordinarias, que como se ha demostrado, son extraordinarias pero posibles. Actualmente la tecnología y la digitalización es clave para operar y mantener las infraestructuras eléctricas, pero desde mi punto de vista, lo es todavía más que las empresas sigan invirtiendo en el capital humano. Reestablecer el sistema eléctrico de un apagón total en unas horas solo se logra con un equipo técnico altamente cualificado y con muchos años de experiencia.Y en un ámbito más general, la resiliencia operativa requiere un enfoque integral que abarca procesos, personas y tecnología . Requiere aplicar conocimiento experto para definir los planes los planes de continuidad del negocio y asegurar que son los suficientemente robustos para permitirles seguir operando en situaciones totalmente excepcionales que pueden alargarse en el tiempo. Esto implica realizar simulacros, establecer protocolos claros de comunicación y asegurar que todos los empleados estén capacitados para actuar en caso de una crisis.El apagón del pasado lunes debe ser un punto de inflexión para que las empresas y organismos revisen sus estrategias de resiliencia. La capacidad de adaptarse y recuperarse de situaciones adversas es clave para garantizar la resistencia, pero sobre todo la recuperación.

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