Olía a pólvora y victoria. Atrás quedaban los latigazos de la tormenta eléctrica que había estremecido Madrid. Las Ventas, con el ruedo en perfecto estado al retirar la lona, se vestía de Dos de Mayo, de memoria y sangre, de honor y gloria. Como la que rozó Álvaro Lorenzo en la fecha de su vida. Importantísima, de las que golpean a los carteles de las figuras. Por inteligencia y poso, por madurez y esa manera de ahondar en un día clave desde la hora en que supo que sustituiría a Rafael de Julia. Se le notaba en su rostro, herrado con la responsabilidad, con el ‘ahora o nunca’, tras verse apartado de las ferias. Un billete para ellas sacó Lorenzo: de Madrid… al cielo, aunque no lo tocó porque el presidente se puso serio y midió más los centímetros desprendidos del acero que la pañolada de los tendidos, con mucho ambiente. Si fenomenal anduvo con un estupendo ejemplar de Luis Algarra, noble, con fijeza y ritmo –en el que dibujó las tandas de mayor estética y abandono tras un extraordinario planteamiento–, con el de Baltasar Ibán, más tecloso, estuvo tremendo. Cabeza despejada, técnica impecable y temple sereno frente a este Camarito, al que pocos de los de arriba del escalafón cuajarían una obra de tanto fundamento. De peso su tarde, con oreja y vuelta al ruedo, de esas que antes valían para recorrerse toda España con categoría. Claro que entonces servían más los trofeos; hoy, depende de quién te apadrine o apodere, las dos ‘app’ del toreo.Se encogió el corazón de la grada tras ese potente gancho de izquierda, a lo Joe Frazier, de un toro de histórico bautismo: Bastonito, que manseó. Una cruz en el mentón hizo a Francisco José Espada en la hora final, con una herida de espejo que, por suerte, quedó en un puntazo. Porque el derrote había sido terrible, con el Ibán ya imposible, tapándole la salida y con la testa al alza. Lástima que no pudiese redondear su meritoria faena Espada, que nunca se rindió. Por momentos, Bastonito respondió agradecido a tanta firmeza, emborronada con su propio apellido. Sincero, buscó la colocación en el rebrincado cuarto. Noticia Relacionada estandar Si Manuel Escribano se encierra con seis Victorinos «en la plaza donde estuve a punto de perder la vida» Rosario Pérez La cita será el 28 de junio en la Feria de Hogueras de AlicanteCorrecto y con ganas se mostró Diego García en el de su confirmación, de complicada y mansa querencia, y con el buen sexto: los de Algarra dieron mejor juego que los de Ibán.La goyesca fue de Lorenzo, un torero que se bajó del tren y que ahora, vistas las orejas al lobo del ostracismo, se creció con madurez y firmó la tarde de su vida un Dos de Mayo. Qué dulce ‘bajío’ le dio el vestido prestado por López Simón, el madrileño de los triunfos.Feria de la Comunidad de Madrid Monumental de las Ventas. Viernes, Dos de Mayo de 2025. Corrida Goyesca. 17.131 espectadores. Toros de Baltasar Ibán (1º, 2º y 5º), de mansa querencia y complicados en general, y Luis Algarra (3º, 4º y 6º), de mejor juego. Se desmonteraron Iván García y Juan Carlos Rey. Hubo brindis a Isabel Díaz Ayuso. Francisco José Espada, de blanco y azabache: dos encuen-tros fallidos, cuatro pinchazos y descabello (silencio tras aviso); media (silencio tras aviso). Álvaro Lorenzo, de marfil y oro: estocada desprendida (oreja tras aviso); estocada caída (petición y vuelta al ruedo tras aviso). Diego García, de perla y azabache: pinchazo y estocada baja (silencio); dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso).Nota: algún toro pareció salir con una cornada de chiqueros, cuestión que debieron ‘vigilar’ más los veterinarios y las distintas partes. Se trata de Madrid…

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