E l tenis ha reducido el tiempo: entre la potencia y la velocidad y el reloj entre saque y saque se han minimizado los intercambios y los puntos se debaten a tres o cuatro golpes. Pero, a la vez, el tenis alarga los torneos, multiplicadas por dos muchas de las competiciones de categoría 1.000 como este Mutua Madrid Open . Hay menos tiempo en pista, pero más de hotel. Una tendencia que busca el beneficio de los jugadores, pero que unos abrazan y otros rechazan. En Madrid vuelve a surgir el debate, preguntadas las raquetas más top del circuito, y no hay consenso. Pero los expertos en medicina deportiva sí lo tienen claro. Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Cincinnati, Canadá y Shanghái han duplicado su duración, tanto en chicas como en chicos. Del circuito masculino solo Montecarlo y París siguen en siete días. En el femenino mantienen la semana Qatar, Dubái, China y Wuhan. La Caja Mágica se abrió el lunes 21 de abril, con la fase previa y la llegada de las estrellas, exentas de la primera ronda del cuadro final. La final femenina se juega el sábado 3 de mayo; la masculina, el domingo 4. Entre medias, opiniones para todos los gustos.Alexander Zverev no deja ni acabar la pregunta antes de sentenciar a este periódico: «Una semana. El argumento siempre es el de que tenemos más tiempo para descansar entre partidos y movidas así. Pero para mí, el descanso es cuando estoy en mi casa. Descansar es estar con mi hija, con mi familia. Antes, Madrid y Roma eran un viaje de dos semanas, ahora son cuatro semanas. No estamos descansando: estamos fuera de casa, entrenándonos, preparándonos para jugar otro partidos. No es descansar. Es mucho mejor una semana».Noticias relacionadas estandar Si Tenis / Mutua Madrid Open Los presentadores de la Caja Mágica que revolucionan el tenis con el alma del boxeo Miguel G. Casallo estandar Si Tenis / Mutua Madrid Open La labor invisible del tenis: cómo los transcriptores dan forma a las declaraciones ESTÍBALIZ ALCÍVAREse estar fuera de casa es lo que también señalaba Novak Djokovic como una de las grandes exigencias del tenis: «El calendario siempre ha sido muy largo, y últimamente ha habido más cambios, como los Masters 1.000. Así que no tenemos cuatro Grand Slams, sino once, porque estás fuera de casa los mismos días. Es mucho tiempo en la carretera sin ver a tu familia y lejos de casa». Y cansa, exige, satura en algunas raquetas, como en el caso de Carlos Alcaraz , que siempre ha defendido los siete días de competición: «Es mucho mejor para el tenis porque desde la primera ronda ves partidos de altísimo nivel que lo hacen interesante para la gente. Y para nosotros, reduce los días y la exigencia de estar fuera de casa. Si duran siete días tendría la siguiente semana para recuperar y descansar. Después de Montecarlo hubiera ido a casa, que allí todo se siente con más calma y se piensa con más claridad. Se dice que es para tener un día de descanso, pero no es así. Estás en la pista de entrenamiento, preparando el partido siguiente…».Mucho más tajante se mostraba en Montecarlo Stefanos Tsitsipas : «A dos semanas, la calidad de los torneos ha bajado. No tenemos el tiempo de recuperación ni de entrenamiento necesario, con partidos constantes y sin espacio para el trabajo intenso fuera de la pista. Si el objetivo era aligerar el calendario, extender los torneos 1.000 a dos semanas es un retroceso. A veces creo que arreglan lo que no está roto». Para Alex de Miñaur también es demasiado: «Es lo que hay, pero ahora tenemos dos torneos que duran un mes. No juegas todos los días, pero estás en modo competición, fuera de casa. Se hace largo. Si tengo que elegir, prefiero tipo Montecarlo: jugar todos los días, sin descanso, pero pase lo que pase es una semana».En este torneo de Madrid, además de las bajas antes de empezar, ha habido nueve retiradas –cero entre ellas– por problemas físicos arrastrados de un torneo a otro o que surgen de pronto.La duración se ha decidido así; Iga Swiatek prefiere asumirlo: «He dejado de pensar en esto porque lo que tengo que hacer es adaptarme. Algunos torneos llevan un tiempo alargados, así que me he ido acostumbrando al sistema. También estoy cómoda cuando se juegan en una semana. No cambian muchos mis resultados, así que me da igual. Me gustan los dos». Aunque sufrió ayer una de sus peores derrotas, atropellada por Coco Gauff (6-1 y 6-1) , que estrena final en Madrid.Tras ganar a Daniil Medvedev (6-3 y 7-5) y citarse con Francisco Cerúndolo en semifinales, Casper Ruud hizo cuentas: «Siete Masters 1.000 a dos semanas, más dos a una semana, más los Grand Slams, son unas 28-29 semanas al año en las que estás obligado a jugar o hay castigos. Entiendo que los jugadores empiecen a pensar que es demasiado». Al otro lado de la discusión, la número 1 de la WTA, Aryna Sabalenka tiene sus razones muy claras: «Prefiero las dos semanas porque compites un día y tienes otro para recuperar y explorar la ciudad, salir a cenar con tu equipo. Es un buen equilibrio. Quizá me estoy haciendo mayor y necesito más horas para recuperar, quién sabe. Pero sí, prefiero los torneos largos». Todo depende desde qué punto se observe el debate; los que no están tan arriba en la clasificación coinciden con la número 1, aunque por distintos motivos. Así lo explica el argentino Francisco Comesaña, 70 de la ATP: «Los de arriba se meten directamente en el cuadro final, pero si estás 60-70 no puedes. Me conviene que sea a dos semanas porque me puedo clasificar, o me da tiempo a ir a otro torneo. Y si gano un partido puedo jugar contra los mejores del ranking».Dinero y saludHay otros motivos a favor de las dos semanas que en otros casos se contradicen y en este se complementan: dinero y salud. «Entendemos el revuelo; las dos semanas añaden saturación al estar más tiempo fuera de casa. Pero los tenistas tienen la potestad de organizar su calendario según sus prioridades, algo que no tienen otros deportes», indicaba en noviembre el presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi , a la vez que añadía que la ampliación atraía más patrocinadores, más tiempo, lo que redunda en más oportunidades económicas para todos.Más allá del dinero, Vicente Javier Clemente Suárez , catedrático de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea aporta a la balanza datos físicos y biológicos: «Un partido de tenis es muy exigente por el gasto de glucógeno y eso hace que la recuperación sea más larga. Al agotarse ese glucógeno, por el desgaste y el sudor, es más fácil que lleguen lesiones de tipo musculoesqueléticos, pues la estructura de las membranas de las células queda más sensible, y cualquier variación mecánica de extensión lo hace susceptible de rotura».Y el experto es claro: «El tenis tiene una carga muy alta a nivel psicofisiológico por todo lo que tiene de movimientos explosivos: rapidez para variar el golpe, esprints, cambios de dirección. Eso presiona mucho el sistema nervioso, y necesita tiempo. Tener 24 horas de recuperación entre partidos incide en el propio juego, se mejora la toma de decisiones, los tiempos de reacción, la forma de ejecución y el ritmo. Es decir, con torneos a dos semanas, en las últimas rondas, el tenista puede ofrecer un rendimiento mayor y puede explotar mejor sus cualidades». Y el debate sigue.

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