En el funeral del Papa Francisco , Donald Trump forzó el protocolo para estar en primera fila . Fue el primer evento en el que participa como presidente de EE.UU. sin ser el protagonista. Quizá le pasó por la cabeza la misma pregunta que se hizo Stalin: “¿Cuántas divisiones de soldados tiene el Vaticano?” Viendo las 250.000 personas en la plaza y las 150.000 en las calles, se dio una respuesta.Mientras mascaba chicle en la misa del funeral, todo apunta a que el presidente se interrogaba perplejo sobre la curiosa respuesta del mundo al fallecimiento del Pontífice argentino, sobre la influencia que ejerce el hombre vestido de blanco. Por eso, cuando el pool de periodistas que le acompañaba en el Air Force One le preguntó quién es su candidato para ser el próximo Papa, aseguró sin rubor que “mi primera opción sería yo mismo”. No bromeaba.Este sábado Roma se ha despertado con un post de Trump en su propia red social, una imagen retuiteada en X por la Casa Blanca, en el que aparece él mismo vestido de Papa, con mitra y crucifijo. No parece importarle al presidente el luto vaticano, el significado que la figura del Pontífice tiene para los católicos o el pre-cónclave en marcha para elegir un nuevo obispo de Roma.La foto, del mismo sujeto que amenaza Groenlandia o culpa a Zelenski de la guerra en Ucrania, no puede ser tomada a la ligera.No sabe que en Roma tienen la memoria larga y están tomando nota. “A Trump, con su paranoia de grandeza, le impresionó el funeral del Papa y el homenaje mundial tributado a Francisco”, comentan informalmente a ABC en el Vaticano. “En viaje de regreso dijo que a él le gustaría ser Papa. E intentará debilitar a candidatos que no le convengan”.Noticias relacionadas estandar No Empieza el 7 de mayo Un precónclave largo augura una rápida elección del Papa en las primeras votaciones Javier Martínez-Brocal | CORRESPONSAL EN EL VATICANO especial No Cónclave: el minucioso mecanismo para elegir a un Papa j. de velasco, j. torres y j. martínez-brocalCuriosamente, la foto de Trump coincide con ataques a dos cardenales que no interesan a la Casa Blanca y que estos días están recogiendo consensos entre los cardenales y podrían salir vestidos de blanco de la Capilla Sixtina. Se trata del cardenal Pietro Parolin , actual secretario de Estado. Algunos medios dieron mucho peso a que el jueves por la noche se sintió mal y se habría desmayado. Aseguraron que había tenido que recibir atención médica. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, que evita intervenir sobre lo que ocurre a otros cardenales, lo desmintió categóricamente. También en 2013 intentaron parar la candidatura del Papa Francisco asegurando que le faltaba un pulmón y que no tendría fuerza suficiente para cumplir sus obligaciones. La historia les desmintió.Asimismo, en redes sociales se da mucho peso a un vídeo en el que el cardenal Luis Antonio Tagle canta ‘Imagine’ de John Lennon en un encuentro con jóvenes. Aparte de que demuestra que el purpurado no tiene dotes de cantante, en el vídeo no aparece la estrofa de la canción que se refiere a un mundo sin religiones, sin Cielo ni vida eterna. Es una curiosa forma de desprestigiarle como candidato.Ambas ‘informaciones’ han sido bastante amplificadas por sectores críticos con el Papa Francisco. Además, este viernes una de las organizaciones de denuncia de abusos convocó una conferencia de prensa en Roma que se centró en acusaciones genéricas contra Parolin y Tagle por su modo de abordar denuncias. Acusan a Parolin de no haber abierto los archivos del Vaticano; aseguraron que Tagle no había afrontado bien los casos de abuso en su diócesis, pero no mostraron ningún caso específico. Acusa, que algo quedará.A Washington le interesa que Roma esté lo más lejos posible de Pekín. Parolin es el artífice de la mejora de las relaciones entre China y el Vaticano y el acuerdo que está deshaciendo el muro de bambú que los separa. Por su parte el filipino Tagle, que fue presidente de Caritas Internationalis, tiene una abuela China. Hasta que el miércoles entren en la Capilla Sixtina habrá nuevas oportunidades para desacreditarlos.
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