«Era un horno, una especie de sauna ». Así describía el cardenal belga Leo Suenens en su autobiografía ‘Recuerdos y Esperanzas’ su experiencia en los improvisados habitáculos instalados en el entorno de la capilla Sixtina y los Apartamentos Pontificios durante los dos cónclaves que vivió entre agosto y octubre de 1978. Eran 111 hombres, la mayor parte de edad elevada, ubicados en oficinas, pasillos y otras estancias equipadas con camas plegables para convertirlas en estancias temporales, donde toda la privacidad la aportaban unas divisiones de madera y cortinas. Sin agua corriente en los cubículos y compartiendo baños comunes, con el espacio limitado y una organización caótica, no extrañó que el cardenal Siri, experto en cónclaves, bromeara después sobre que las condiciones eran tan insoportables que, tras días, los electores podían elegir a cualquiera «con tal de salir de allí».Juan Pablo II experimentó en primera persona aquella situación y sus vivencias fueron determinantes para su decisión de construir un nuevo edificio en el interior del Vaticano: la Casa Santa Marta, que se convertiría en la residencia oficial para los cardenales durante futuros cónclaves. Así, en 1996 se inauguraba este pequeño hotel que, con 129 habitaciones (109 suites, 22 dobles y un apartamento), baños privados, camas confortables y espacios comunes, contribuiría a paliar la falta de privacidad, higiene y comodidad que, hasta ese momento, habían caracterizado los cónclaves. Así lo señala la constitución apostólica Universi Dominici Gregis (UDG), que regula el funcionamiento del cónclave, y que establece que se dispongan «los locales de la ‘Domus Sanctae Marthae’ para el conveniente alojamiento de los Cardenales electores». Un hall del edificio en el que se alojarán los cardenales que eligirán al nuevo Papa EFEEn esta ocasión, aquellas 129 habitaciones —que se juzgaban suficientes, puesto que la misma UDG establece un máximo de 120 cardenales electores menores de 80 años — no van a ser capaces de acoger a todos los cardenales, pues Francisco decidió saltarse ese límite en varias ocasiones y, para este cónclave, son 135 los cardenales que cumplen con este requisito, aunque dos de ellos ya han anunciado que no participarán por razones de edad. Aún así, y teniendo en cuenta que la suite 201, la que ha ocupado el Papa Francisco estos años y en la que falleció, se encuentra sellada hasta que el nuevo Pontífice rompa los lacres para conocer la documentación que dejó Francisco, a la Santa Sede se le plantea un problema a la hora de instalar a los cardenales participantes. Habitaciones discretas pero funcionales Casa Santa Marta es un edificio moderno, aunque con decoración y mobiliario de palacio clásico romano, de cinco plantas ubicado frente al crucero de la basílica de San Pedro (en el lado del Evangelio) y cercano a la puerta del Perugino, que conecta el Vaticano con la ciudad de Roma. Las habitaciones son discretas pero funcionales. La mayor parte de ellas cuenta con tres estancias: el propio dormitorio —con una cama individual aunque amplia—, un baño privado con ducha y un espacio previo con escritorio de madera y sillones, que hace las veces de despacho y sala de espera. La casa está gestionada por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl , quienes se encargan de la limpieza, cocina y atención durante el cónclave, por lo que también tendrán que prestar juramento de confidencialidad y secreto. Noticia Relacionada especial No el minucioso mecanismo para elegir a un Papa j. de velasco, j. torres y j. martínez-brocal El proceso incluye detalles como el número de escrutinios o la forma de doblar las papeletasCuando no es necesaria para el cónclave, opera como una residencia para eclesiásticos y laicos relacionados con el Vaticano, con habitaciones ocupadas para largas estancias (con el compromiso de abandonarlas si hay que elegir nuevo Papa) y otras por días, como si fuera un hotel moderno, con recepción, comedor con autoservicio, varias capillas (como la que acogió la capilla ardiente de Francisco) y cómodos espacios comunes que garantizan un ambiente de aislamiento y recogimiento. Tampoco faltan otros servicios, como cafeteras de cápsulas en las habitaciones y una pequeña nevera con minibar, como la que vaciaron hace unos días varios cardenales, según ha narrado el arzobispo emérito Anselmo Guido Pecorari en una entrevista con ‘Corriere della Sera’. «Creía que era todo gratis y así terminaron rápidamente todos los licores en miniatura del minibar» Cardenal emérito Pecorari«No puedo decirle su nombre porque es un buen amigo mío», explicaba Pecorari, aunque sí reveló que se trataba de un cardenal «extranjero». El episodio ocurrió una noche después de cenar, cuando el cardenal en cuestión invitó a otros «colegas» a su habitación para continuar la conversación, un episodio propio del precónclave. «Creía que era todo gratis y así terminaron rápidamente todos los licores en miniatura del minibar», relató el arzobispo emérito. Sin embargo, el involucrado estaba mal informado. «Los encontró en la cuenta y se avergonzó», afirmó Pecorari.Desde el pasado 30 de abril, los ocupantes permanentes y los cardenales que llegaron para el funeral del Papa Francisco han tenido que dejar las habitaciones para que la Gendarmería vaticana comenzara una revisión exhaustiva de las instalaciones y de la seguridad electrónica de las instalaciones, como la retirada de la red wifi y los teléfonos de las habitaciones. También tendrán un especial cuidado con las persianas y ventanas, en especial con las de las habitaciones que recaen a la romana Via della Stazione Vaticana y que podrían propiciar una eventual comunicación con el exterior, totalmente prohibida por las normas del cónclave.Además, las religiosas de las Hijas de la Caridad también aprovechan estos días para una limpieza a fondo y la adecuación de las habitaciones en espera de sus próximos moradores. Además, el Vaticano ha aprovechado para resolver el ‘overbooking’ provocado por el exceso de nombramientos de Francisco. Según ha explicado el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, para compensar la falta de espacio, se han habilitado algunos espacios adyacentes a Santa Marta, en la denominada Santa Marta Vecchia.Así, las tareas de reestructuración de ambas Santa Marta han terminado este lunes 5 de mayo, por lo que los cardenales podrán comenzar a ocupar las habitaciones desde el martes por la mañana. Ocuparán la estancia que les haya correspondido en el sorteo que realizó el camarlengo el pasado 3 de mayo. El horario límite de los cardenales para alojarse en Santa Marta será el miércoles a primera hora de la mañana, siempre antes de las 9,15 hora en la que ya deben estar preparados en el basílica de San Pedro para la celebración de la misa ‘pro eligiendo Papa’, el primer acto del cónclave que se inciará a las 10 de la mañana del miércoles.El comedor en Casa Santa Marta EFELa posibilidad de alojarse desde el día anterior es una de las novedades de este cónclave quizás motivada por el alto número de participantes, y el hecho de que una buena parte de la segunda planta -la habitación del Papa y probablemente las de sus secretarios- se encuentra sellada. En los cónclaves anteriores, la llegada estaba restringida a las 7 de la mañana.El miércoles, tras la misa, volverán a Santa Marta para la comida. Desde allí se trasladarán a la capilla Paulina para iniciar la procesión con la que entrarán en la Sixtina, con el canto del ‘Veni Creator Spiritus’, con el que invocan la presencia del Espíritu Santo. Si no hay fumata blanca, volverán a la residencia. Ese ir y venir de Santa Marta a la Sixtina será su rutina hasta que elijan un nuevo Papa.

Leave a Reply