El Barcelona se quedó a centímetros de jugar la Final Four, de acometer una remontada para la historia. En el quinto duelo ante el Mónaco, tras un enfrentamiento glorioso, Anderson y Punter fallaron dos triples que les hubiesen dado a los azulgranas el billete para Abu Dabi y serán los del Principado los que participen en una lucha final por el título que, por primera vez desde 2004, no tendrá un representante español .Mónaco 85 – 84 Barcelona Quinto partido de los playoffs de la Euroliga Mónaco Strazel (11), James (20), Diallo (11), Blossomgame (9), Theis (4); Okobo (7), Loyd (2), Papagiannis (17), Jaiteh (4), Tarpey (0), Barcelona Satoransky (9), Punter (19), Anderson (16), Parker (7), Fall (10); Brizuela (6), Hernangómez (16), Abrines (2), Parra (0), Villar (0). En la pequeña pero intensa Sala Gaston Medecin , 5000 butacas de puros decibelios, el Barcelona supo caminar con rectitud desde el inicio. Anderson, muy silbado, encantado con el rol de villano que le ha proporcionado el Principado, lideró el parcial inicial de los azulgranas con ocho puntos casi consecutivos, dos triples incluidos. Sin embargo, poco tardaron sus rivales en encender motores gracias a las muchas virtudes de Diallo, otro de los grandes nombres de esta apasionante eliminatoria. El norteamericano, gracias a la tibia defensa de Punter , acribilló el aró hasta regalar a los suyos el empate. Reaccionó Peñarroya, le faltaba a su equipo potencia interior, y no dudó en mandar a la pista a Hernangómez, astro apagado en los últimos meses y cuyo renacimiento se antojaba obligatorio para que el Barça pudiese pensar en una victoria. El impacto del madrileño no fue el esperado hasta las últimas posesiones, en las que sumó una fantástica canasta tras sufrir una falta que permitió a los visitantes finiquitar el primer cuarto con ventaja (15-19). La mejoría defensiva del Barça era evidente, Parra y Abrines cerraban muy bien los pasillos hacia el aro mientras que Brizuela y Punter llevaban la voz cantante en ataque. Al Mónaco se le hacía bola el encuentro y encontró un héroe en Papagiannis, que no había jugado ni un solo minuto en la eliminatoria por lesión. El griego anotó de tres, Blossomgame siguió su estela y los del Principado se colocaron a un solo punto. El golpe no sentó bien a los azulgranas, demasiado precipitados, cazadores convertidos en presas en tiempo récord. Anderson volvió al rescate, pero el Mónaco entró en bonus cuando aún quedaban más de tres minutos hasta el descanso, una ventaja de lo más sustancial. Los tiempos muertos de ambos técnicos se sucedían, la igualdad era asfixiante y serían los detalles los que decidirían el vencedor. Rezaba el Barça para que Parker se centrase, pues el dos contra uno que el Mónaco había edificado le generaba una cascada de ansiedad y fallos en el lanzamiento. Tras una pérdida del de Chicago, James anotó un dos más uno que elevó el liderazgo local hasta los nueve tantos. Poco después, un nuevo triple del estadounidense permitió a los de Spanoulis abrir brecha antes del descanso (45-39). No aflojaba James , que con sus bellas suspensiones rompía el candado catalán. Mientras, el Barça erraba tiros muy claros desde la larga distancia, lento en el juego sin balón, encomendado a unas individualidades que no aparecían. Solo Anderson y Satoransky conseguían perforar el aro para que el duelo no acabase de forma prematura. Al americano y al checho se unió Willy que, con seis puntos seguidos, permitió a los suyos convertir una desventaja de 10 tantos en solo uno. Una vez más, relucía el coraje y el corazón de un equipo poco acostumbrado a mostrar este tipo de virtudes este curso. Strazel , que no había estado muy acertado en la primera parte, comenzó a tirar del carro de un Mónaco que salvó, aunque con apuros, el empuje rival hasta el final del tercer tiempo (65-62). Brizuela, al fin, calentó su muñeca y se convirtió en el inalcanzable diablillo que a tantas defensas ha enloquecido. Fall también estaba muy fino bajo el aro y en el rebote defensivo, dos filones que permitieron al Barça recuperar el timón del duelo. James, máximo anotador histórico de la Euroliga, también quería protagonismo y, con mucho talento, devolvía todos los golpes a los de Peñarroya. Papagiannis también estaba finísimo desde la larga distancia, sobrevivía el Barça a un bombardeo, caminaba por el abismo aunque lo hacía con la decisión de un curtido guerrero. Faltaban 100 segundos para el final y los azulgranas vencían por uno, aprovechaban sus oportunidades desde la línea de personal y necesitaban cerrar el partido desde la defensa. James sumó dos y Anderson estuvo a punto de sentenciar desde el triple, pero el aro escupió su tiro. Punter tuvo un último lanzamiento, aunque la fortuna no sonrió, se quedó corto y el Principado celebró la clasificación a la Final Four.

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