Desde hace 46 años no hay un Papa italiano, y por eso la Ciudad Eterna se entusiasma con el cardenal Matteo Zuppi , un purpurado nacido en esta ciudad que podría acabar con la racha de «pontífices extranjeros». Como uno de sus títulos es «primado de Italia», este país reivindica el derecho a que el próximo sucesor de Pedro tenga pasaporte italiano. Por eso, sus periódicos y televisiones dan bombo especialmente a éste y a otros purpurados italianos como Pietro Parolin y Pierbattista Pizzaballa. Lo cierto es que la presencia mayoritaria de transalpinos en los cónclaves era un reflejo de la «italianidad» de la estructura de la Santa Sede, perpetuada con Papas procedentes de este país. La tendencia se detuvo de golpe tras el shock entre los purpurados por el fallecimiento de Juan Pablo I , 33 días después de su elección. Noticias relacionadas estandar No Los nuevos papables que podrían dar la sorpresa en el cónclave Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en el Vaticano estandar No Empieza el 7 de mayo Un precónclave largo augura una rápida elección del Papa en las primeras votaciones Javier Martínez-Brocal | CORRESPONSAL EN EL VATICANOEn el primer cónclave del siglo XX, en 1903, participaron 62 cardenales, de los que 36, un 58%, eran italianos. Cuando en 1914 falleció Pío X y se reunieron de nuevo para elegir a su sucesor, participaron 57 cardenales, de los que 31 eran italianos, un 54,4%. Siete años más tarde, en 1922 en el nuevo cónclave participaron 53 electores, y habían cambiado poco las cosas, los 30 cardenales italianos reunían el 56,6% de los votos. También en el siguiente cónclave, en 1939, cuando fue elegido Pío XII , de los 62 electores, 35 eran italianos, un 56,45% del total. No lo sabían, pero era la última vez que más de la mitad de los participantes procederían del Bel Paese. Desde entonces, no ha vuelto a ocurrir pues los Papas se han esforzado por reforzar la universalidad del Colegio de cardenales. En el primer cónclave del siglo XX, en 1903, un 58% de los cardenales eran italianosCuando en 1958 falleció Pío XII, sorprendió el bajo número de cardenales italianos que entraban en la Capilla Sixtina, sólo 17. Sin embargo, su porcentaje era bastante alto, del 33%, pues sólo participaban 51 electores. En 1963, tras la muerte de Juan XXIII, los purpurados italianos recuperaron un poco de terreno sin regresar a los niveles del pasado: había 29 italianos de entre los 80 electores, un 36,25%. Aunque Italia siempre ha sido el país más representado, su menor presencia se hizo notar aún más en los dos cónclaves de 1978. Cuando fue elegido Juan Pablo I de los 111 electores, 26 eran italianos, un 23,5%. Y unas semanas más tarde, en el que fue elegido Juan Pablo II, eran uno menos, 25, un 22,5%. Sin embargo, hasta entonces se daba por hecho que el obispo de Roma sería italiano, tendencia que se interrumpió con Karol Wojtyla .La rebaja definitiva de purpurados italianosEn el siglo XXI llegaría la rebaja definitiva. En 2005, cuando falleció Juan Pablo II, Italia tenía 20 cardenales electores, un 17,4%. En 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI y la gestión de Tarcisio Bertone, Italia aumentó su presencia numérica y pasó a tener 28 cardenales de entre los 115 electores, un 24,34%. Pero en el próximo cónclave habrá solo 19 cardenales electores italianos, con el porcentaje más bajo de todos los tiempos, un 14,3%. Estamos ante el cónclave más universal jamás celebrado, y con más cardenales de la historia. Votan 133 purpurados de 70 países y de todos los continentes. Paradójicamente, hay muchas posibilidades de que un italiano sea elegido obispo de Roma. Para Italia sería como ganar el Mundial de Fútbol. Para la Iglesia, dada la larga tradición de grandes personajes italianos que han sido Pontífices, tampoco sería necesariamente una mala noticia.

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